Agresión sexual a una mujer en Pamplona

La noticia es que una mujer ha denunciado haber sufrido una agresión sexual este fin de semana en Pamplona, en el barrio de Iturrama. Pocos detalles sin embargo han trascendido de la agresión, incluido el perfil del agresor. Sí que parece que todavía no hay ningún detenido. Todos los partidos del Ayuntamiento de Pamplona han acordado una condena unánime contra las agresiones con mucha ideología en su redacción: «Se basan en las relaciones de poder que, en el plano simbólico y material, sitúan a los hombres por encima de las mujeres».

Ante esta noticia cabe preguntarse sin embargo  un par de cosas. En primer lugar si los partidos saben más de lo que se ha hecho público o si se manifiestan contra la posible agresión sólo con lo que todo el mundo conoce. Esto resulta más importante de lo que parece en estos tiempos porque no es la primera vez que una cosa no es lo que parecía y determinadas declaraciones y concentraciones quedan en ridículo al ir conociéndose los detalles de lo que pasó. Es lo que pasa con que los tiempos policiales y judiciales no coincidan con los políticos, y con que los políticos se hayan autoimpuesto la obligación de hacer gestos públicos y aspavientos compitiendo por ser los más beligerantes contra las agresiones sexuales antes de saber a ciencia cierto lo que ha podido pasar. O sea, seguramente la mayoría de las denuncias son lo que parecen, pero los políticos se han creado la necesidad de montar su numerito para la totalidad de las denuncias antes de saber realmente lo que pasó. La alternativa es que sepan más de lo que se ha publicado, pero entonces la pregunta es por qué saben más y por qué nos lo tienen que ocultar.

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La segunda cuestión que podría plantearse en torno a esta posible agresión es de qué han servido los carteles bilingües de que Pamplona no tolera agresiones sexistas o las anteriores concentraciones de nuestros políticos a la puerta del Ayuntamiento o del Parlamento. ¿A lo mejor el agresor no hablaba euskera ni español? ¿O a lo mejor es que los carteles no sirven para nada?

En este sentido a lo mejor habría que pensar de qué vale que un partido pongan muchos carteles multilingües si después se opone a la prisión permanente de los violadores y asesinos en serie. O de qué vale poner un cartel si por otro lado apruebas una ley que de hecho reduce las penas por las agresiones sexuales. O de qué vale que un partido ponga muchos carteles contra las agresiones sexuales si por otro lado se opone a los filtros para impedir que lleguen a España agresores sexuales, o a que los potenciales agresores sexuales sean expulsados de España al primer indicio de peligrosidad. ¿Imponer una pena de 20 años a un agresor sexual evitará las agresiones sexuales? Sin duda no acabará con todas, pero al menos acabará con las agresiones de ese agresor concreto durante 20 años. Y si la pena es de 30 años acabará con ellas 10 años más. Eso seguro que va a ser más eficaz que un cartel, un manifiesto o una concentración.

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3 respuestas

  1. Ningún violador ni asesino va a dejar de serlo porque vea unos cartelitos por las calles o le sorprenda por la calle una manifestación de vocingleros con unos tambores.
    Serán criminales, pero no imbéciles. ¡Vamos hombre!.
    Y si además son inmigrantes a los que no se puede tocar ni publicar el nombre ya ni te digo.
    Pero si no ponen carteles y pagan a unos cuantos enchufados para que movilicen a un grupo de becerros (en ambos sentidos de la palabra. Ovinos y voceadores), ¿cómo va a explicar Irenita la imbécil para qué necesita tantos millones como le han dado para su club, y además seguir pidiendo más, enseñando los dientes y arrugando la frente (que fea se pone), para la necesidad de estos despilfarros inútiles?
    La gente ya está harta. No hay más que leer los comentarios de los lectores de los principales periódicos.

  2. No puedo abrir los comentarios.
    He enviado dos hoy y me salieron al principio. Luego ya no me fue posible.
    No se como hacer para leerlos.
    Ya me dirán.

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