Al final era muy fácil. El PSOE ha dado la razón a la derecha y ha salvado la revalorización de las pensiones, las ayudas a la DANA y el volcán de La Palma, así como las ayudas al transporte (las cuestiones sobre las que había consenso), sacándolas del decreto ómnibus, troceándolas y votándolas aparte. El resto de metralla que el PSOE y la izquierda había metido en el decreto ha quedado aparcado. Todo hubiera sido así de sencillo si se hubiera hecho de este modo desde el principio. Si separas las ayudas o las pensiones de la metralla, y votas a favor de las ayudas y las pensiones, queda demostrado que te oponías a la metralla, no a las pensiones y las ayudas. Queda demostrado también que el PSOE usó a los pensionistas o los afectados de la DANA como rehenes, condicionando su pensión o su ayuda a la aprobación de toda la metralla palaciega o pro-okupa añadida en el ómnibus. Pero claro, tratándose de Pedro Sánchez no todo puede ser tan sencillo.
La forma que Pedro Sánchez ha elegido para salir de este entuerto ha sido la más complicada posible. O sea, hubiera bastado sin más trocear el decreto y votar por separado las medidas de consenso, pero esto hubiera significado perder por completo el relato. De este modo, lo que ha hecho es eso mismo pero pactado exclusivamente con Junts. Pedro Sánchez quería evitar a toda costa la imagen de tener que sacar las medidas con el apoyo de PP y VOX, lo cual es muy curioso porque al decaer el decreto la culpa era del PP y VOX, no de Junts, y ahora que rescata el decreto troceándolo es sólo gracias a Junts.
En cualquier caso Sánchez ha querido comparecer con el apoyo asegurado por Junts, para no tener que depender de PP y VOX. Hasta tal punto Sánchez vive obsesionado por el relato que, para intentar visualizar que saca las medidas adelante sólo con Junts, sin necesitar el apoyo de PP y VOX, ha llegado a pactar el tramitar una cuestión de confianza como exigía Junts. Es decir, Sánchez iba a tener el apoyo parlamentario para aprobar las medidas sociales sólo con trocear el decreto y presentar estas medidas sin el resto de medidas parásitas, pero en vez de tener eso gratis en la votación del Congreso, ha preferido salir del Consejo de Ministros con un acuerdo cerrado con Junts, al precio de tramitar la cuestión de confianza, para visualizar que no necesita los votos de PP y VOX. Lo que pasa es que Sánchez ya ha anticipado que tramitará la petición de que se someta a una cuestión de confianza, pero también que aunque se tramite la petición él no la va a plantear.
Sea como sea Sánchez ha perdido el pulso con la realidad. No ha podido resistir la presión de dejar de subir las pensiones o ayudar a los valencianos por una cabezonada. Ha dejado en evidencia que para aprobar las medidas sociales bastaba con sacar el palacete del PNV y unas cuantas cosas más. Para ser exactos, al haberse pactado con Junts, el palacete se ha podido conservar. Ha quedado demostrado que, durante días, por no sacar ciertas cosas del decreto, Sánchez estaba dispuesto a dejar a la gente sin subidas de pensiones o sin ayudas. Se ha puesto de manifiesto que la derecha no estaba en contra de las medidas sociales sino de la metralla que las acompañaba y que, retirando esa metralla, no había problema en apoyar las medidas sociales. Todo en el PSOE es pensar en el relato y el interés de Sánchez, no en España y los españoles.
Políticamente, la maniobra de Sánchez favorece sobremanera a Junts. Ahora parece que las pensiones y las ayudas se han salvado gracias a Junts. El PSOE ha pasado a Puigdemont de villano a héroe en cuestión de horas. ERC queda una vez más en ridículo y el tanto se lo anota la derecha catalana. El PSOE le atribuye todo el mérito a Junts y se somete a tramitar la petición de una cuestión de confianza (que Sánchez puede desoír) antes que reconocer el error, presentar las medidas por separado al Congreso, dar la razón a la derecha y aprobar las medidas con su apoyo sin necesidad de pagar un precio a Junts. Pedro Sánchez es un Maquiavelo de Aliexpress. Para jugar siempre con la ventaja no tener escrúpulos ni límites morales en realidad es bastante torpe. Lo que nos queda por ver en todo este esperpento, por lo demás, es contemplar a todas las cacatúas del sanchismo que ayer defendían la integridad sagrada del ómnibus aplaudir hoy su troceamiento y el pacto con Junts. En realidad todo ha sido un teatro del absurdo dentro de la mayoría sanchista del que PP y VOX han sido meros espectadores. Si lo del decreto era culpa del PP y VOX, ¿cómo lo han podido arreglar pactando sólo con Junts?Para aprobar el decreto a la mayoría sanchista se le cayó Junts, y para rescatar las medidas sociales han tenido que recuperar otra vez a Junts. Ya le dijeron que tendría que mear sangre y ahora lo han obligado a trocear su ómnibus y tramitar la petición de someterse a una cuestión de confianza aunque después la ignorará, porque sólo el presidente tiene esa potestad. Lo único no negociable es la permanencia en Moncloa. Lo único asegurado es la diversión.