PRISA ha nombrado a Joseph Oughourlian, su principal accionista, presidente de EL PAÍS. Se trata de un movimiento defensivo de Oughourlian frente a los intentos de Moncloa de hacerse con el control directo de la cabecera progresista. El franco-libanés se ha estrenado en el cargo publicando un artículo en su diario en el que, para cualquier buen entendedor, compara a Pedro Sánchez con Franco. Literalmente, Oughourlian denuncia que “En este contexto, sería inaceptable que, cuando estamos recordando que hace ya 50 años murió el dictador Francisco Franco, alguien cayera en la tentación de tratar de adueñarse de un medio de comunicación independiente desde el poder, bien directamente, bien utilizando alguna empresa estatal como instrumento”.
Perturbadora columna del presidente de El País, alertando contra las injerencias gubernamentales en los medios de comunicacion y la tentación de adueñarse de los mismos.
— Ander Iturri 🇪🇺🇺🇦 (@anderiturri) March 17, 2025
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Para poner contexto, el gobierno de Sánchez está colonizando el mundo empresarial lo mismo que la justicia, las instituciones o los medios públicos y privados. En este afán colonizador hemos visto cómo Moncloa, a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), ha utilizado el dinero de todos para tomar el control accionarial de Indra o Telefónica, y también cómo es accionista de Caixabank, que a su vez es accionista de referencia de Repsol o Naturgy, para influir a través del FROB. La comunicación es una prioridad absoluta para Moncloa y PRISA se ha convertido en el siguiente objetivo político. No sólo por la propia PRISA, sino por la necesidad de que PRISA se involucre en la creación de un nuevo canal de televisión, La Séptima, operación a la que Oughourlian se opone por su escasa visibilidad empresarial y financiera. De ahí el empeño de Moncloa por tomar el control de PRISA y erradicar a Joseph Oughourlian.
Oscar López a Vivendi: "O vendéis PRISA a nuestros empresarios afines o Telefónica, que ahora es nuestra tras gastarnos 2.000 de dinero público en controlarla, deja de contratar a Havas del que sois dueños para sus campañas publicitarias"
— Toro Sentado (@ToroenReposo) March 16, 2025
El PSOE es una mafia internacional. pic.twitter.com/EaPpa6hldz
En todo este culebrón llama la atención en igual medida tanto el afán del gobierno por controlarlo todo, particularmente la comunicación, como el hecho de que El País-PRISA sea un grupo afín a pesar de lo cual también quiera colonizarlo Moncloa. Es decir, una cosa es ser afín y otra ser dependiente. Pedro Sánchez no sólo quiere afinidad sino dependencia, sumisión absoluta.
La Séptima, el nuevo canal de televisión que Pedro Sánchez concede a Prisa y José Miguel Contreras: todos los detalles https://t.co/B5OuzXcJ05
— Informalia (@Informalia) November 27, 2024
Llegados a este punto, no queda sino no apiadarse de Joseph Oughourlian. El presidente de PRISA no puede pretender apoyar al sanchismo y que después a él no se le aplique el sanchismo. De hecho, resulta particularmente abyecto apoyar el totalitarismo sanchista con tal de que no se lo apliquen a uno. Oughourlian practica la regla aúrea de los Evangelios pero en sentido opuesto: que les hagan a los demás lo que no quiero que me hagan a mi. ¿En qué momento ha descubierto Oughourlian que Sánchez se comporta como un pequeño caudillo? ¿Dónde estaba Oughourlian cuando Sánchez colonizaba TVE, la Justicia o Telefónica? Oughourlian ha apoyado a Sánchez en todo con devoción lacayuna hasta que Sánchez ha tocado su asiento. O sea, que la moral de Sánchez y la de Oughourlian es la misma: el único límite es el asiento de cada uno. Por este motivo los artículos que ahora firme el presidente de PRISA (blanqueando obscenamente la historia de este grupo mediático) carecen de relevancia, porque a Oughourlian nunca le ha importado la libertad sino el dinero. De hecho, puede que Moncloa le mejore la oferta en algún momento y Oughourlian volverá a ser otra vez un devoto de Sánchez. Lo que no puede Oughourlian en términos de coherencia es decir que Sánchez es como Franco y seguir apoyando el sanchismo. Más que nada porque podríamos decir entonces de Oughourlian que es un franquista. ¿Puede seguir contando Sánchez con Oughourlian para, por ejemplo, sacar adelante sus reformas mordaza? El presidente de PRISA no puede sorprenderse de que la contrapartida por apoyar al sanchismo (o el franquismo) sea que se le aplique el sanchismo (o el franquismo). ¿O qué esperaba, sólo dinero?