El discurso de Javier Milei al recibir el XVII Premio del Instituto Juan de Mariana en la Cena de la Libertad 2024 me llevó a reflexionar si uno de los legados del Presidente de la República de Argentina podría ser el impulso definitivo para la ratificación del Tratado de Libre Comercio entre Mercosur y la Unión Europa, congelado desde el 28 de junio de 2019, día en el que se firmó el acuerdo político de libre comercio entre ambos bloques económicos.

De esta forma, se crearía una de las áreas de libre comercio más grandes del mundo. Un mercado de 780 millones de consumidores prácticamente sin aranceles, que supondría un espaldarazo al libre comercio en un entorno de crecientes tensiones proteccionistas entre los principales bloques comerciales.

Este año se alcanzará el pico máximo de producción agropecuaria en Europa, debido a las leyes de bienestar animal y de regeneración de la naturaleza aprobadas recientemente. La biodiversidad basada en el índice de mariposas de los pastizales, tierras agrícolas paisajísticas y reservas de carbono orgánico en cultivo llevará a producir menos alimentos en suelo europeo y tendrán que ser importados de otros países productivos para que su precio no se convierta en un artículo de lujo, como ya está pasando con el aceite de oliva.

Ley de Bases

Por el contrario, Javier Milei va a conseguir en breve que el Parlamento, en el que no tiene mayoría, apruebe la reformista Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos, que supondrá delegar en el Presidente de la Nación competencias extraordinarias por un año, Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (REGI) de más de 200 millones de dólares estadounidenses, privatizaciones de empresas públicas-deficitarias y reforma laboral: un soplo de aire fresco para que los argentinos puedan producir más y mejor.

Ya que los precios de los alimentos en el Viejo Continente van a seguir subiendo en los próximos años al disminuir la producción interna, una opción para solucionar este importante reto y otros más, sería que Mercosur y la UE ratificasen el Tratado de Libre Comercio lo antes posible gracias al empuje de las nuevas ideas libertarias que vienen de Hispanoamérica. Esto supondría una mayor competencia, bajada de precios y aumento en la calidad en la contratación pública, servicios financieros, telecomunicaciones, transporte marítimo internacional, comercio electrónico, etc.

Cumbre del Mercosur el 8 de julio 2024

Para impulsar el Tratado, debería seguir por el camino iniciado en la Cumbre del G7 y en las reuniones con la Presidente del Consejo de Ministros de la República Italiana, Giorgia Meloni y el Canciller de Alemania, Olaf Scholz, presentando internacionalmente a la República Argentina como un socio fiable que pueda liderar Mercosur. El siguiente paso sería la creación de una unión aduanera para desembocar en el Mercado Común Euromercosur con libre circulación de mercancías, servicios, capitales y personas que mejoraría la vida de los europeos y los americanos del Sur. Esta unión de bloques económicos con personas que comparten una misma cultura y visión vital por tener las mismas raíces cristianas, ayudaría a solucionar el problema del envejecimiento de la población europea frente a la fortaleza poblacional que gozan los países sudamericanos.

Tendríamos otra generación de europeos e hispanoamericanos nacidos después de la Crisis de Lehman Brothers con mayor oportunidades de empleabilidad, crecimiento económico sostenido y baja inflación. Las empresas europeas e hispanoamericanas se ahorrarían en aranceles más 4.000 millones de euros al año y los consumidores podrían adquirir bienes y servicios de mejor calidad y más baratos gracias a la libre competencia, manteniéndose los exigentes estándares de seguridad alimentaria europea en ambas zonas. Así se aprovecharía la ventaja comparativa de cada bloque económico para mejorar al otro, como explicaba David Ricardo.

¿Podría ser el Mercado Común Euromercosur el legado de Javier Milei para nuestros hijos y nietos?