Otra empresa importante en Navarra que amenaza con irse al garete, con el consiguiente impacto sobre el empleo, la recaudación y la prosperidad del territorio. En este caso se trata de Nano Automotive y los 120 empleados de la planta de Tudela. Pero no pasa nada. Cosas de la derecha. Navarra va como una moto.
Por supuesto el mandarinato de progreso sigue obcecado en su negacionismo ante las evidencias que se acumulan. Navarra es una planta que se marchita. Necesita más agua, más sol y más abono. No esperen a que sólo quede un palo seco clavado en un tiesto. Por el contrario, el gobierno pretende que las empresas declaren lo maravillosamente bien que las trata este gobierno apoyado en Bildu y Podemos.
Lo cierto es que el maltrato a las empresas en Navarra es cierto que se concentra sobre todo en las grandes empresas. Según presume el propio consejero de Economía y Hacienda, basta coger las leyes del Impuesto de Sociedades y comprobar que las micropymes, aquellas que facturan menos de un millón de euros y suponen el 60% de las empresas totales en Navarra, tributan al 19% y en la CAV tributan al 20% y en España lo hacen al 23%. En el caso de las pymes (hasta 20 millones de facturación), el consejero señala que quienes facturan hasta diez millones tributan por debajo del estado, y entre 10 y 20 por debajo del estado y de la CAV: “Esta es la verdad, no hace falta que ningún colegio me haga un informe, basta con ir a la ley. Lo que no puede ser que con un 82% de empresas mejor tratadas digamos que esto es horrible”. ¿Pero qué pasa con el otro 18%?
Lo que viene a decir el gobierno de “progreso” es que no odia y maltrata a todas las empresas, sólo a las grandes empresas. Hay empresas a las que se les puede tolerar, siempre que no crezcan demasiado. Hay empresarios a los que se les puede perdonar, siempre que pierdan dinero. Esta es en definitiva la ruinosa filosofía que tiene como marco mental la izquierda: perseguir y machacar a las empresas cuando funcionan bien y ganan dinero hasta llevarlas a la ruina, y entonces sostenerlas artificialmente como empresas zombi con ayudas y créditos públicos cuya financiación se añade a la carga de las empresas que todavía funcionan, cerrando de este modo el círculo destructivo. Una de las ventajas de llevar las empresas a un estado zombi y tenerlas intervenidas es que se puedan ver espectáculos bochornosos como que se meta a un etarra en el consejo. Quitar los recursos de donde se generan y desviarlos hacia donde se destruyen es el sello de la ruina y el socialismo.
Dicho esto y volviendo a la literalidad de lo dicho por el consejero, numéricamente puede parecer un asunto menor maltratar especialmente a sólo el 18% de las empresas, dejando más o menos en paz al otro 82%, pero no es la verdad. Si acudimos a los propios datos del Gobierno de Navarra, nos encontramos por ejemplo con que sólo el 1,2% de las empresas navarras tienen 50 ó más asalariados, pero este pequeño porcentaje de empresas, las empresas más grandes que son 460, emplean a la mitad de los asalariados en Navarra. ¿Se entiende ahora el disparate que significa arremeter fiscalmente contra estas empresas? ¿Se entiende ahora mejor el constante goteo de noticias negativas respecto a este tipo de empresas? ¿Reconocerá el consejero que ha creado un infierno fiscal para las grandes empresas en Navarra? ¿Qué tipo de empresas vienen de fuera de Navarra o del extranjero a invertir? ¿Microempresas o grandes empresas? La pregunta sería si un consejero de Economía que presume de perseguir a las grandes empresas en Navarra puede seguir un minuto más en su puesto, pero a fin de cuentas es sólo un mandado.