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El mapa electoral es una consecuencia del mapa ideológico de la sociedad. Para cambiar el mapa electoral, primero hace falta cambiar el mapa ideológico. Por esa razón, analizar la política sólo desde los resultados electorales o la aritmética parlamentaria puede resultar a veces superficial. En este sentido, el último barómetro del CIS nos ayuda a conocer directamente la forma de pensar de los españoles, aunque luego se refleje en los votos.
Un corte casi perfecto
De este modo podemos comprobar que el 29,1% de los encuestados podrían calificarse como potenciales votantes del centro-derecha. Son los que se autodenominan como liberales, conservadores y demócrata cristianos. Por el contrario, el 29,2% se califica como socialista, socialdemócrata, progresista o comunista. Lógicamente se trata del segmento de población que alimenta principalmente el voto de la izquierda. Por un lado llama la atención la pluralidad de tribus que habitan la izquierda y especialmente el centro-derecha. Por otro lado salta a la vista que la división entre ambos grupos resulta casi perfecta.