Cuando alguien se declara contrario al aborto, a menudo se le identifica con el catolicismo. La idea es identificar la oposición al aborto sólo con el catolicismo, al punto en que todos los que no son católicos se desinteresen de la defensa de la vida. Obviamente los católicos se oponen al aborto, pero ni todos los que se oponen al aborto son católicos, ni para oponerse al aborto es necesario en absoluto hacerse católico. En realidad, para oponerse al aborto simplemente hay que oponerse al aborto. Para ello no hay ni que adoptar ni que renegar de ningún otro bagaje ideológico. Lo curioso, sin embargo, puede ser recordar el perfil de algunos defensores del aborto.
Marine Le Pen
Merine Le Pen es hija de Jean-Marie Le Pen y presidenta de su partido, el Frente Nacional, habitualmente considerado de extrema derecha. Marine Le Pen se ha opuesto ha derogar la ley de plazos (la Ley Veil de 1975) vigente en Francia. Si alguien tiene el temor de que oponiéndose al aborto le puedan tomar por derechista o católico, en virtud de la misma lógica tendría que temer que le tomaran por lepenista al defenderlo.
Los musulmanes
Según se puede leer en webislam.com, (la web fundada por el Centro de Documentación y Publicaciones de la Junta Islámica de España), “la concepción y regulación del aborto en el pensamiento islámico, aunque por derroteros algo diferentes, puede llegar a asemejar mucho a lo que las legislaciones occidentales están implementando al respecto”. Como ejemplo de la forma en que se justifica una ley de plazos, la web cita un hadiz recogido por Al Bujari que sostiene que según Abu Huraira, habría dicho Ibn Mas´ud: “Oí al Mensajero de Allah decir: ‘Cuando el óvulo fecundado cumple cuarenta y dos noches Allah envía a un ángel para que le dé forma, le dote de oídos y vista y le dé su piel, su carne y sus huesos’”.
La web admite que el aborto es más infrecuente en los países musulmanes, pero advierte que “no tanto, según vemos, por la vía de una defensa del concepto metafísico de la vida más estricto que el que sostiene la ética cristiana, cuanto por la vía de que la promiscuidad, como es notorio y conocido, es muy inferior en los países musulmanes que en los cristianos”. La web musulmana llega a celebrar en 2010 la Ley Aido proclamando: «Por fin, derecho al aborto«.
Cualquier defensor del aborto que tema coincidir en nada con planteamientos religiosos, debiera preguntarse si no le genera en cambio ninguna inquietud coincidir con los ulemas y los imanes, cuyos planteamientos respecto al aborto, a tenor de lo transcrito, por lo demás parecen bastante alejados del actual racionalismo al que estamos acostumbrados los europeos.
Hitler
Un nuevo ejemplo de abortista con el que usted podría estar coincidiendo al defender el aborto es el mismísimo Adolfo Hitler. El terrorífico dictador alemán defendía una ley de supuestos. Concretamente, el supuesto despenalizador del aborto era no ser ario. En virtud de las leyes nazis, un tribunal de Lüneberg legalizó en 1.938 el aborto para los judíos. Un decreto de 1.943 autorizó el aborto para las trabajadoras polacas, exceptuando a las que se considerara “racialmente valiosas”. Juzgue usted mismo si se puede considerar progresista al nazismo o si el aborto suponía para las judías o las polacas algún privilegio.
Posiciónese libremente
Todo lo anterior, bien mirado, supone en definitiva una liberación. Puesto que tanto incluirse en el bando de los defensores de la vida como incluirse en el de los defensores del aborto supone compartir bando con muchas personas con ideas diferentes a las nuestras, podemos centrarnos en lo que pensamos nosotros mismos en vez de en lo que piensan los que nos rodean.
2 respuestas
ILUSTRANDO AL AUTOR DE ESTE EDITORIAL:
La política social del Reich partía de que, para cumplir su destino, la nación alemana debía contar con una población abundante; el régimen luchó contra la tasa de mortalidad, a base de mejorar el estado sanitario de la nación, PERO SOBRE TODO FOMENTÓ LA NATALIDAD. Mediante una fuerte y equilibrada natalidad se quería asegurar el futuro demográfico y por supuesto el relevo generacional de Alemania ( Hitler quería un millón y medio de nacimientos cada año, ya que sabía que una baja natalidad -como ocurre ahora en toda Europa-, la identidad en todos los sentidos, no sólo de Alemania, sino de todo el continente estaba en peligro, por eso PIDIÓ A LOS ALEMANES POR TODOS LOS MEDIOS QUE SE REPRODUJERAN. Para ello, promovió claras políticas para fomentar la natalidad como fue acabar en sólo 4 años con la lacra del desempleo, generar empleo estable, y un acceso digno a la vivienda (algo básico y fundamental); en este sentido, el pago de la letra mensual de la vivienda, no suponía más del 20% del salario mensual y por supuesto en caso de compra los intereses eran mínimos y controlados por el estado (la mayoría de los préstamos los emitía el Banco del Reich ya que la banca fue prácticamente nacionalizada en su totalidad).
En la actualidad, el Estado alemán, a diferencia de Francia no asume un rol de fomento de la natalidad; la razón de esto es que implica inmediatamente un recuerdo de las políticas hitlerianas.YA ESTA BIÉN DE INTENTAR MANIPULAR LA HISTORIA A COSTA DE LA ALEMANIA DEVENIDA NAZI POR VÍA DEMOCRÁTICA, NO POR VÍA CLEPTOCRÁTICA, COMO AQUÍ.
El señor Infante de Ruesta tiene toda la razón.
Los «señores del Sistema» tienen como norma inventar toda clase de «cuentos de terror» referidos a todo lo que en el pasado cercano era contrario a la dictadura que intantaban (y han logrado) imponernos. Ejemplo ilustrativo es todo lo que se publica contra las acciones de la llamada «derecha» durante y después de la guerra civil española. Los que lo vivieron son muy viejos o han muerto y en el caso de Alemania, existe un llamado «párrafo 23» en la ley actual que pena con la carcel a quien ponga en duda, no digamos niegue, la propaganda de los que vencieron.
Lo que se intenta es, que viendo lo malos que eran «otros» sistemas, aceptemos agradecidos el que nos han impuesto.