Miguel Sanz, después de haber presentado su libro “Pasar página” antes de las Navidades, ha reaparecido en los últimos días emitiendo su opinión sobre diversos asuntos. Así, en un artículo publicado en el Diario de Navarra abogaba por “privatizar algunas empresas públicas o semipúblicas”. Sanz no hacía así sino incidir en una entrevista anterior concedida al programa Sala de Prensa, de Popular TV Navarra. En aquella entrevista, Sanz desgranaba a lo largo de media hora su visión sobre distintos asuntos de la actualidad política:
Liberalismo tardío
Para el ex presidente Sanz, “el concepto de libertad hay que aplicarlo a todo. Incluso en estos momentos, hay que aplicarlo a la economía. Los recortes hay que aprovecharlos para liberalizar la economía, trasladando muchas actuaciones e inversiones que actualmente están reservadas al sector público trasladándolas al sector privado”. Aunque sin duda estas palabras pueden sonar muy bien a buena parte de su electorado, lo cierto es que en estos momentos parece muy lejana una apuesta decidida por la libertad educativa como la que supondría el cheque escolar, pese a que forma parte del llamado “estado del bienestar” en países como Suecia. En cuanto a la economía, llama un tanto la atención que tras quince años en el gobierno aparezca ahora el ex presidente hablando de privatizar empresas públicas o semipúblicas. Bienvenidas sean no obstante estas reflexiones al debate político navarro. Más vale tarde que nunca.
Fue a votar y votó “bien” y “con arreglo a mi conciencia”
En cuanto a las últimas elecciones, tras haber manifestado que no haría público el sentido de su voto, Sanz aseguró que había votado “bien” y “con arreglo a mi conciencia”. No obstante, matizó que “si lo que pretende alguien es que entusiásticamente haga una exhibición lingüística e eufórica de mi compromiso de la coalición, cuando todo el mundo sabía que yo me había manifestado interna y externamente, que pensaba que se sumaba más por separado que yendo juntos, lógicamente eso es no conocerme. No quise mostrar en ningún momento una incoherencia”.
¿Por qué los resultados de las generales no fueron buenos?
Sanz no tuvo pelos en la lengua al declarar que los resultados “no fueron buenos” y que “se sacaron 7.000 votos menos que en las forales”. El ex presidente subrayó el hecho de que “El PSOE perdió 45.000 votos y UPN-PP no se llevaron ni un voto”. ¿Qué falló entonces? Para Miguel Sanz la explicación de los malos resultados estriba en que “no siempre el ir juntos implica sumar más”. A su juicio “la ley D´Hondt tiene a veces unas consecuencias y luego el comportamiento del ciudadano a la hora de depositar su voto nace del sentimiento. Hay muchísimas personas que consideran que el Partido Popular es su opción preferida y que no pueden votarlo si va con UPN. Y al revés, hay otros que consideran que su opción preferida es Unión del Pueblo Navarro y no el Partido Popular, porque Unión del Pueblo Navarro representa más la centralidad política y sociológica navarra, se identifica más con el sentimiento navarro, con el fuero navarro, con la identidad de Navarra, con el pensamiento de lo que se enriende que tiene que ser España y entonces opta en unos momentos determinados por refugiarse en la abstención, etc”. La prueba más palpable de este diagnóstico sería que UPN en las últimas elecciones forales sacó 19 parlamentarios y el Partido Popular 4, por tanto 23, y en las anteriores elecciones forales, en que habían ido juntos, sacaron sólo 22. Sanz no valora sin embargo un par de hechos relevantes. Que entonces el centro derecha, existiendo CDN, obtuvo 24 escaños. Pero sobre todo: que yendo por separado a las generales a UPN y PP les podían haber faltado hasta 43.544 votos para obtener el tercer diputado, muchos más de los 7.000 perdidos desde las elecciones forales y que los 1.135 que al final faltaron para obtener el tercer escaño.
El bigobierno
Aunque Sanz consideró a UPN y PSN “tan diferentes como piensan algunos y menos diferentes de lo que piensan otros”, reconoció que el gobierno de coalición resulta complejo, entraña dificultades y, en general, “es difícil gestionarlo”. Máxime, según el expresidentes, “cuando no hay un feeling profundo que no se si lo hay o no lo hay”, y cuando el marco de la relación es “una crisis financiera con escasos recursos”.
Terminar legislatura
Miguel Sanz se mostró esperanzado de que el gobierno UPN-PSN pueda acabar la legislatura a pesar de los problemas, recordando que es lo que dicen que quieren los líderes del PSN. No obstante, también precisó, refiriéndose a la lucha por la secretaría general del PSOE, que “hay algunos aspectos que hay que esperar para valorarlos conveniente” y que “algunas decisiones no recaen en el ámbito de la comunidad foral”-
En Youtube puede encontrarse la entrevista íntegra en el canal de Popular TV Navarra.
6 respuestas
Hoy tocaba ejercicio de autolimpieza personal para el Sr. SANZ. Tuvo muchos años para ser liberal y nunca lo fue, especialmente desde 2008. A otro perro con ese hueso..podrido. Que tenga cuidado la Barcina que este tipo ya está montando un CDN a su imagen personal y personalista; se llamará SLN Sanz Liberal Navarro. Toma del frasco.
Claro claro, sr. Sanz para usted liberalismo significa subvencionarlo todo, desde coches hasta teles, pasando por la kultureta y el amiguismo. Para usted y para el «camarada» Miranda. No sabía yo de las excelencias de esa nueva escuela liberal de Corella, infinitamente más adelantada que la de Austria. Y más navarra. No se pué contimparar.
Cómo cambia la gente según en que sillón se sienta, oiga. Se habrá pinchado con la chapita del PSN?
¿Se conoce Miguel Sanz a sí mismo?. Ahora aboga por liberalizar la economía, pero durante 15 años desbocó el crecimiento del sector público al más puro estilo socialdemócrata, en detrimento de la participación del sector privado en la economía y la sociedad en general. Si el crecimiento del presupuesto público desde 1996 fue exponencial, hay que suponer que la participación del sector público en el PIB navarro también creció exponencialmente. Si se nos presentaran las estadísticas (que se esconden) veríamos que desde 1996 el PIB del sector privado decreció en términos reales. ¿Y Sanz no se da cuenta de ésto?. ¿Se conoce Miguel Sanz a sí mismo, o desconoce los principios básicos de la economía?
Privatizarlas y venderlas a precio de saldo a sus amigotes, es lo que entienden algunos por política.
Muy liberales pero para algunas cosas porque cuando hablamos de que se vea la ETB en Navarra, aunque no le cueste un duro a las arcas públicas, ya no somos tan liberales.
La razón por la que Sanz es un nuevo converso al liberalismo hay que buscarla en la portada de Diario de Noticias de hoy. Publican que se ha avanzado en la privatización de Audenasa, y según la información que se acompaña el consejo de administración presidido por el propio Sanz está en ello.
La salida a la palestra de Sanz, entrevista y artículo con la misma cantinela, indica que hay una operación en marcha para vender esa participación. El motivo: Sanz quiere repetir de otra manera el pelotazo que pegó Morrás con la venta de EHN a Acciona. Desde dentro, tendrá modos y maneras de participar en la selección del comprador, y de ahí se podrán deducir determinados beneficios. Por ejemplo, seguir en ese machito e incluso medrar en otros lares. Sanz, que pensaba que las empresas se lo iban a rifar tras su salida del gobierno (¡hace falta ser ingenuo!) busca así lo que no ha conseguido por otras vías. Pasan los meses y claro, hay que pensar en el futuro…
Pues esa y no otra es la razón por la que Sanz vuelve a escena. Agotadas sus posibilidades, hay que intentarlo por ahí, aunque sea a costa de enunciar teorías económicas tan contrapuestas a lo que hizo en el pasado, tal como decís en los comentarios más arriba. Hay que pegar el pelotazo con Audenasa, que la Caja ya ha volado, tal y como reconocen incluso en Cordovilla (¡sí, ellos que han sido colaboradores necesarios!).
Mientras, Barcina asiente a las pretensiones de Sanz. Esta mañana ha declarado que claro, que las privatizaciones se harán como pide el otro. Jiménez se hace el tonto con la mirada puesta en exigir su parte de la tajada. Más de lo mismo. Otra que nos van a meter doblada.