Las víctimas de Eta son el mayor referente moral de Europa de estos últimos 50 años. Su ejemplo, es decir, no haber respondido durante todo este tiempo con las mismas armas que Eta ha utilizado contra ellas, es el mejor patrimonio cívico sobre el que edificar una Navarra, una España y una Europa mejores.
Ocurre que estamos tan ocupados y confusosintentando resolver los dramas que plantea la dura realidad del día a día que, entre las costuras abiertas de nuestras propias contradicciones y hartazgos, Eta va reescribiendo su historia -autoexculpatoria, por supuesto- con la impunidad que parece garantizarle nuestro desistimiento o nuestra despreocupación.
Vivimos tiempos difíciles debidos a la peor crisis de nuestra historia que, por desgracia, nos ha pillado desunidos y engreídos – me viene a la memoria aquello de “la champions league”-. Sin modelo social compartido. Sin modelo políticodefinido. Sin “proyecto sugestivo de vida en común”. Sin liderazgo. Sin fuerzas para reaccionar.
Una sociedad desilusionada (por la difícil situación económica), narcotizada ( por el síndrome de Estocolmo) y aparentemente abatida (por la falta de unidad política). No tenemos bastante con la crisis como para tener que seguir soportando que Eta nos siga amenazando y matando. “¡Dadles lo que piden y acabemos de una vez!” parece clamar.
En esta encrucijada, las palabras edulcoradas de los terroristas y las ofertas de pacificación de los mediadores de ocasión nos resultan todo un alivio en nuestro actual estado de zozobra. “Si al final van a dejarlo –piensan algunos- ¿por qué no aceptar sus condiciones desde ahora?…Total, tampoco es para tanto”. Y así, son muchos los que se apuntan al “como sea” -verdadero disolvente moral que acuñara Zapatero- para dar carpetazo en falso al cacareado “conflicto” que sólo unos desalmados alimentaron.
Es tanto el hartazgo social –Eta lo sabe- y son tantas las manifestaciones, tantas las veces que pedimos unidad, dignidad, memoria y justicia; tantas las veces que esos anhelos se frustraron,que parecemos dispuestos a cualquier cosa con tal de que el chantaje termine. Lo decía muy bien el Nobel gallego C.J.Cela “el que resiste, gana” y, en este momento – por desgracia y aunque parezca contradictorio- Eta parece resistir.