Es lo que tiene la aldea global. Que ya no tenemos ni reyno, ni ejército, ni aduanas, ni nada capaz de frenar las inclemencias -o lloviznas- del clima exterior. Y lo mismo sucede en la gestión macroeconómica que en la definición de lo políticamente correcto. ¿Queda pues algún margen de maniobra para los políticos locales, navarros y españoles? Esa es la gran cuestión. ¿Como podrán dormir sus protagonistas sin resolverla?. ¿Serviría de algo tener alguna que otra convicción, un poco de personalidad, alguna idea propia? ¿O es que no cabe otra cosa que seguir en todo una corriente ajena que nos lleva a quién sabe dónde? Los triunfadores del momento no parecen querer otra cosa mas que seguir un rumbo y un ritmo que viene marcado no se sabe muy bien por quién. Como mucho presumen acerca de sus dotes para evitar el hundimiento. Pero nunca nos dan pistas acerca de si sería posible hacer algunas cosas a nuestro aire. La sensación general es de descontrol. O de control oculto que es peor porque de esta forma ni siquiera sabemos ante qué oficina manifestar nuestras indignaciones varias.
2 respuestas
En parte sí, en parte no. Identificar el abanico p gama de los grises que va desde «en qué sí» hasta el en qué no» es una tarea que muy bien podrían acometer los sagaces lectores que tanto saben de la CAN y de las «cárceles» que amenazan a Goñi y compañía.
Curioso, Don Jerónimo. Coincido con Ud. en las preguntas. Son muy pertinentes y las asumo como propias. De hecho, son las que me condujeron del grupo navarrista en el que Ud aun milita a otro más reducido pero creo que renovador. Al menos respecto del pensamiento dominante.
En las respuestas, seguro que disentimos. Se agarrá Ud a los fueros medievales, a la «personalidad histórica» de navarra, a «nuestro» caracter»? ¿Se enrocará en suma, en la posición fetal de defensa ante los retos?
Todo muy autóctono, histórico y radical (en el sentido de raíz/tierra/tradición). Es una postura que no deja de recordarme a la de los nacionalistas vascos (y vascas).