El pánico en la bolsa ha saltado de los titulares a la vida política, y en Navarra se cuestiona al gobierno por las caídas de Iberdrola, empresa de la que un 1% del capital pertenece al Gobierno de Navarra. Hoy no entraremos en la discusión de si el Gobierno de Navarra debe comprar o vender. Ni siquiera analizaremos el hecho mismo, independientemente de que compre o venda, de si tiene sentido que el Gobierno de Navarra -éste u otro de otros colores- utilice el dinero de los contribuyentes para invertir en bolsa o influir en empresas.
En realidad, nosotros no vamos a utilizar este índice para saber si la bolsa va a subir o bajar. Hay muchos especuladores que lo hacen, pero los resultados son inciertos. Para lo que sí sirve este índice es para medir el miedo. Queremos saber si el miedo que se ha experimentado esta semana en los mercados internacionales es un miedo poco frecuente. Cuánto más excepcional sea el nivel de pánico, más probable es que lo peor quede atrás. He aquí el aspecto que ofrece el índice.
Se han marcado en rojo algunos de los hitos en los que la volatilidad marcó sus máximos, se trata de crisis como la recesión del 90-91, la crisis asiática del 98 o los atentados del 11S. También tenemos señaladas en rojo las últimas caídas que supusieron en 2002 el fin del mercado bajista que arrancó con el crash de las puntocom en el 2000, continuó con la recesión del 2001 y concluyó –como decíamos- con el 11S. Todos esos puntitos rojos corresponden a este tipo de acontecimientos.
El último punto rojo es el que corresponde a la sesión del martes en Wall Street. Es una lectura muy elevada, pero no es una lectura extrema. Se trata, desde luego, de una de esas lecturas que no se ven en años ni en tiempos de bonanza, por lo que no es una lectura irrelevante. Lo que seguramente sí que marca por tanto, al menos, es un suelo a corto plazo, un rebote. De confirmarse, esto al menos dará un respiro durante el que acaso podamos conocer más datos de la economía USA que, según los últimos partes médicos, sigue al borde de la recesión. De esos datos es posible que dependa también que el rebote se quede en eso.