La semana pasada se reunió con notable repercusión mediática la Comisión Organizadora 2012, que prepara el doble aniversario el año que viene tanto de la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) como de la unión eque-principal de Navarra al resto de España (1512).
En reino antes de 1512
Lo cierto es que, para entender lo que sucedió en 1512, habría que remontarse al menos hasta casi un siglo antes, en 1419. En ese año se casaba Blanca de Navarra con Juan II, rey consorte y futuro rey de Aragón. Al morir Carlos III, doña Blanca se convertía en reina de Navarra, y su hijo Carlos en heredero legítimo del trono navarro y Príncipe de Viana.
Juan II el Usurpador
Al morir la reina Blanca de Navarra, no obstante, el rey consorte Juan II usurpó la corona arrebatándosela al Príncipe de Viana. Los navarros se dividieron entonces en dos. Por una parte la facción liderada por los beaumonteses, que se puso de parte del Príncipe de Viana y agrupaba a la inmensa mayoría de la población navarra. Por otra parte la facción agramontesa que apoyaba al usurpador frente al heredero legítimo. Contrariamente a lo que podría pensarse partiendo de algunas asociaciones que se hacen en el presente, los mayores apoyos al usurpador se encontraban en la Ribera, donde Juan II había repartido diversas tierras y villas.
La muerte y probable asesinato del Principe de Viana y de su hermana
La usurpación del trono por parte de Juan II desencadenó casi dos décadas de guerra civil en Navarra. Los capítulos finales del conflicto incluyen episodios familiares escalofriantes como la muerte del Príncipe de Viana y el probable asesinato de su hermana Blanca por orden de su propio padre o de su otra hermana. Tras haber muerto o haber sido asesinados sus hermanos, la corona pasó así irregularmente a la cabeza de Leonor, hija favorita del usurpador.
La encrucijada francesa
La nueva reina se había casado con Gastón de Foix, quien le había granjeado el apoyo francés para sujetar a la población navarra. La corona pasó de Leonor a su nieto Francisco I, situando explícitamente a la monarquía navarra bajo la influencia de Francia. Al morir prematuramente el joven Francisco la corona recayó finalmente en Catalina de Foix, hija de Leonor, que con Juan III de Albret viviría en 1512 las últimas horas de esta dinastía como reyes de Navarra.
Una Navarra que no era color de rosa
Todo lo anterior nos lleva a concluir que el reino de Navarra era un territorio extraordinariamente convulso, sacudido por conspiraciones palaciegas sanguinarias y situado en una doble encrucijada. Había por una parte una guerra civil entre beaumonteses y agramonteses, desatada por la usurpación del trono y la eliminación de los herederos legítimos de Navarra. La otra gran encrucijada era el precario equilibrio entre las dos grandes potencias de la época: España y Francia. Cada potencia apoyaba a una facción navarra, y cada facción navarra se apoyaba a su vez en una potencia. Huelga decir que el aniversario de 1512 no nos desplaza hasta una inexistente Arcadia feliz euskalerríaca en guerra con España, sino hasta un conflicto de una parte de Navarra contra otra parte de Navarra. Si hay algo claro en aquella coyuntura es que los vascos fueron la punta de lanza de las tropas castellanas. El interés del nacionalismo vasco por los actos conmemorativos de 1512, en consecuencia, resulta ridículo. También se entiende mejor de este modo que la incorporación de Navarra se produjera mediante una unión «eque-principal» negociada, de forma que se conservaban las instituciones del reino y tan sólo se producía en la práctica un cambio dinástico. Un cambio dinástico que por todo lo expuesto hunde sus raíces en una usurpación anterior, y era bienvenido por la mayoría de los navarros.
10 respuestas
Enhorabuena. Tenía ganas de ver por escrito esta que para mí es la más coherente sobre los sucesos de 1512-1521.
Y ya puestos me gustaría añadir que un partido era anti-castellano (agramontés) y otro anti-francés (beamontés). Eso de idealizar a unos como defensores del Reyno y denigrar a otros como quintacolumnistas del invasor suena a pelis de buenos y malos. En realidad era una lucha de partidos por hacerse con el poder.
Si matizaría la fecha de la incorporación a la Corona de Castilla (la unión eque-principal) que se produjo en 1515 mediante un acto unilateral de las Cortes de Castilla reunidas en Burgos. De hecho esta actuación provocó un serio enfado en el jefe del partido beamontés D. Luis de Beaumont. Hasta entonces el único cambio fue la sustitución de Juan de Albret por Fernando de Aragón (el Rey católico).
Pues muy interesante.
Que no se trató de una «conquista» sino que se forzó un cambio dinástico por la fuerza de las armas es también la tesis de la obra de teatro «NAVARRA MON AMOUR» que relata amenamente los antecedentes y lo ocurrido en 1512 en Navarra (www.lebrelblanco.com)
Diga lo que diga la historia, los nacionalistas seguirán con su visión particular de la misma.
Ojalá se pudiera abrir la mente y los ojos a más de uno, pero lo veo complicadillo.
Por lo demás me gusta el análisis, por rápido y acertado.
Sí hay una conexión vascongada entre 1512 y 1212. Efectivamente, los vascongados fueron la punta de lanza de la entrada de las tropas castellanas en Navarra desde Álava por el valle del Arakil, además. Tropas castellanas llenas de vascongados y desde las vascongadas. Eso en 1512. Por cierto, a su excelente exposición le falta el dato de que Fernando el católico se había casado. Respecto al rey Sancho el fuerte, no acudió inicialmente a la batalla entre otras cosas, porque aún estaba resentido por la pérdida de las vascongadas que se incorporaron al reino de Castilla. Vizcaya y Guipúzcoa decidieron ser vasallos de Castilla y promovieron el sitio de Vitoria y de territorios alaveses. Así que Sancho el fuerte estaba quejoso aún con el rey Alfonso de Castilla. Al final acudió, ante la presión de la Iglesia. Los vascongados, en 1512 y en 1212, formaban parte de las tropas castellanas.
A las afueras de Salinas hay un monumento a la batalla de Noáin (1521) donde los abertzales se reunen anualmente a celebrar la derrota haciendo la pirueta mental imposible de ligar aquello con lo de ahora (con ikurriñas y todo oiga). Lo de monumento es por llamarle de algún modo, porque la obra del bueno de Ulibarrena es todo un homenaje a la fealdad (como la mayoría de lo que hace, en mi modesta opinión).
Estoy de acuerdo con vd. Sr. Arana en el anacronismo de esos nacionalistas vascos. Es más el actual santo patrón de Guipúzcoa S. Ignacio de Loyola cae herido en la conquista de Pamplona un mes antes de la batalla de Noáin. Vascos al servicio de Castilla luchando contra navarros.
Ahora bien. El nacionalismo que no existe (me refiero al nacionalismo español ya que nadie se reconoce como tal) también lleva a cosas curiosas. En las lecturas que hice de crio explicaban que la batalla de Noáin fue una lucha entre españoles y franceses, entre el gran Emperador Carlos de Gante y Francisco I de Francia. Claro que hay contar como españoles a los mercenarios alemanes al servicio del Emperador y como franceses a los navarros del partido agramontés (como los hermanos de S. Francisco Javier).
El relato en sí no está mal, el problema llega cuando aparece la recurrente eusko-fobia que tantos estragos causa en Navarra.
Es hasta gracioso lo esforzados que son algunos navarros en defender algo que les es tan ajeno como lo que atacan: Si Navarra es España, Navarra es Euskal Herria.
Anacronismo por anacronismo.. Y tiro porque me toca.
Sr. Itúrbide, sus lecturas infantiles o juveniles iban muy bien encaminadas, desde luego casaban con la realidad histórica mucho más que las recientes publicaciones sobre Navarras marítimas y otras hierbas. No sólo se ventilaba el destino del Reino de Navarra entre las dos potencias, España y Francia, sino que además estaba el factor religioso, entre el rey católico hispano y los protestantes franceses.
Sr. Lope de Aguirre no entiendo donde he cometido un anacronismo pues a pesar de releer su texto varias veces no veo donde puede estar.
Sr. Arana: alguien me dijo que las opiniones pueden ser más o menos acertadas. No se si mi interpretación de los hechos es la correcta pero desde luego lo que si tengo claro que el Rey de Francia no era protestante en el año 1512.
Vayamos por partes. Se considera como el origen de la Reforma protestante la exposición por Lutero de las 95 tesis en la Iglesia de Wittenberg en octubre o noviembre de 1517. La conquista de Navarra comenzó en junio de 1512. Es más Francisco I de Francia persiguió a los calvinistas franceses (hugonotes).
Respecto a la existencia de protestantismo en Francia, que es de confesión calvinista, se considera que los primeros brotes tienen lugar hacia el año 1530. Es en 1560 cuando Juana III Albret (madre de Enrique III de Navarra y IV de Francia) se convierte al calvinismo. Como puede ver bastante mas tarde que el año 1521 donde termina el ultimo intento de reconquista del Reino por los Albret o Labrit.