Roberto Jiménez comienza el año en clave electoral, afirma que va «a por todas» con la educación como principal impulso, que los socialistas pondrán en marcha iniciativas como la facultad de Medicina en la UPNA, que van a convertir la UPNA en la “fábrica de ideas” de la comunidad, y que van a implantar un salario de 200 euros para estudiantes de grado y posgrado.
Yo señalaría a don Roberto que, antes que una fábrica de ideas, lo que necesita poner en marcha para cometer sus planes es una fábrica de dinero. Lo que pasa es que don Roberto piensa que ya estamos los navarros para ser su fábrica de dinero. Don Roberto es el mismo que hace un año decía que lo que teníamos que hacer para salir de la crisis era endeudarnos sin complejos.
Por otra parte, si don Roberto tiene alguna idea que considera particularmente brillante, lo mejor que puede hacer es acudir él mismo a una entidad financiera, explicar su idea, pedir un crédito y ponerla en marcha a su costa, sin tocar el dinero público. Si le va bien enhorabuena y felices impuestos; si le sale mal, a los navarros no nos costará un solo euro.
En todo lo que se refiere a la UPNA los socialistas se acogen a un discutible informe en virtud del cual, según un curioso multiplicador, cada euro invertido en la UPNA genera 1,7 euros.
La lógica del multiplicador es que si un aprendiz de etarra quema el despacho del rector, valorado (es un suponer) en un millón de euros, hay que llamar al pintor, a la tienda de muebles y al cristalero, y pagarles una reparación de un millón de euros. Con su parte de ese millón de euros el cristalero se compra una Nespresso, el pintor contrata un ayudante y el vendedor de muebles cambia de coche. A su vez el vendedor de coches le compra una pulsera a su esposa, etc. De esta manera un aprendiz de etarra, según las tesis socialistas y el multiplicador mágico de una universidad valenciana, lejos de ser un cafre se convierte en un creador de riqueza que, atentando contra el despacho del rector, multiplica lo invertido en la UPNA por 1,7 euros.
Naturalmente esta forma de razonar es completamente perversa, porque omite el dato de que el rector ya tenía un despacho y ya lo habíamos pagado con nuestros impuestos. Cuando tenemos que volver a pagarlo, otro millón de euros sale de nuestros bolsillos. Es un millón de euros con el que nosotros no podremos contar para contratar a un pintor, emplear a un parado, cambiar de coche o comprar una pulsera a nuestras mujeres. Todo lo que se multiplica por un lado se deja de multiplicar por otro. La lógica del multiplicador, sencillamente, omite este dato.
Otra perversión de la lógica socialista del multiplicador es que pagar dos veces el mismo despacho es una inversión tan buena como pagarlo solamente una vez y con el otro millón de euros pagar otras inversiones. Para la lógica del multiplicador todas las inversiones, por disparatadas que sean, siempre producen beneficios y resultan igual de buenas. Es por lo que los socialistas, que no han montado un negocio en su vida, por ejemplo piensan que las guerras no son estúpidas, sino que generan grandes beneficios porque se rompen muchos despachos. Grandes capas de la población, sin embargo, razonan a través de la mentalidad socialista.
Si la UPNA genera 1,7 euros por cada euro invertido, no entiendo cómo al señor Jiménez y a sus asesores no se les ha ocurrido invertir el 100% del Presupuesto de Navarra en la UPNA. Aunque parece que van por ese camino a poquitos.
Teniendo en cuenta que el coste medio por alumno de la UPNA está por encima de casi cualquier matrícula en una universidad privada, que alguien en el PSN nos explique por qué hay que pagar más por matricular a alguien en la UPNA. ¿Hay que pagar más en lo público por lo mismo (generalmente por menos) simplemente por ideología? ¿Qué lógica tiene esa ideología?
No me resisto a recordar que España, entre los países de la OCDE, tiene más universitarios y más médicos que casi nadie. El problema es que en España la Sanidad está peor organizada que en ninguna parte y las universidades se encuentran entre las más flojas del mundo desarrollado, tal vez porque los socialistas regalan los aprobados y hasta cheques de 200 euros si resulta necesario: el dinero público no es de nadie.
Finalmente, porque también tiene mucho que ver, una pequeña reflexión en torno a los socialistas y al copago. Los socialistas se oponen al copago. Como a diferencia de nuestro entorno europeo no hay copago, la gratuidad total genera abuso del servicio sanitario. Como se abusa del servicio sanitario gratuito, faltan médicos. Como faltan médicos, los socialistas proponen abrir más facultades de Medicina. Como las facultades públicas de Medicina hay que pagarlas, hay que subir el IVA. Al subir el IVA, a los ciudadanos les salen muchísimo más caros los benditos impuestos que el maldito copago. ¿Seguro que no quiere usted pensarse dos veces lo de que le conviertan en una fábrica de dinero para pagar ideas socialistas?
Las ideas de Roberto Jiménez, por lo demás, demuestran que Zapatero no es un caso aparte, sino fiel reflejo de la forma de pensar generalizada en el PSOE. Si a estas alturas alguien piensa en poner al frente del gobierno foral al representante de Zapatero en Navarra, ya sabe a qué atenerse.