En el suplemento de Diario de Navarra XLSemanal del pasado 28 de noviembre Arturo Pérez-Reverte se refería a Pío XII como “el papa entrañable que se hacía fotos místicas con un pajarito posado en un dedo mientras los nazifascistas deportaban y gaseaban a cientos de miles de judíos bajo sus pastorales narices”. Ante estas afirmaciones quisiera recordar que Eugenio Pacelli -futuro Pío XII, entonces secretario de Estado- participó decisivamente en la redacción de la encíclica Mit brennender Sorge (14-III-1937), de Pío XI, en la que se condenaba el paganismo anticristiano y totalitario de los nazis, en un contexto en que los gobiernos europeos se preocupaban de mantener buenas relaciones con Hitler. No en vano, en España Franco prohibió la difusión de esta encíclica en la que se afirmaba: «todo el que tome la raza, o el pueblo, o el Estado, o una forma determinada del Estado, o los representantes del poder estatal u otros elementos fundamentales de la sociedad humana (…) y los divinice con culto idolátrico, pervierte y falsifica el orden creado e impuesto por Dios».
Después, en vida de Pío XII, numerosas personalidades y organizaciones judías elogiaron la actuación del Papa y la Iglesia en la guerra. Es el caso del famoso físico Albert Einstein: “cuando llegó la revolución (nacionalsocialista) a Alemania (…) sólo la Iglesia permaneció en pie y firme para hacer frente a las campañas de Hitler para suprimir la verdad” (Time Magazine, 23-XII-1940). El 7-IX-1945, Giuseppe Nathan, Comisario de la Unión de las Comunidades Israelistas italianas, declaró: “dirigimos un reverente homenaje de reconocimiento al Sumo Pontífice, a los religiosos y las religiosas que, (…) sólo han visto en los perseguidos a unos hermanos, y con arrojo y abnegación han actuado de forma inteligente y eficaz para socorrernos”. Pero quizá el hecho más significativo a este respecto fue el bautismo, en febrero de 1946, de Israel Zoller, gran rabino de Roma, que en homenaje al Pontífice tomó el nombre cristiano de Eugenio.
Nuevos homenajes se sucedieron a la muerte del Papa (1958). Así, Golda Meir, Ministra de Asuntos Exteriores de Israel dijo ante las Naciones Unidas: “Compartimos el dolor de la humanidad por la muerte de Su Santidad Pío XII. En una generación afligida por guerra y discordias, él ha afirmado los altísimos ideales de la paz y de la piedad. Durante el decenio del terror nazi, cuando nuestro pueblo sufría un terrible martirio, la voz del Papa se elevó para condenar a los perseguidores y apiadarse de sus víctimas. La vida de nuestro tiempo se ha visto enriquecida por una voz que expresaba las grandes verdades morales más allá del tumulto de los conflictos cotidianos. Lloramos a un gran servidor de la paz” (L’Osservatore Romano, 10-X-1958).
9 respuestas
Pio XII no se pronunció contra el nazismo tan tajantemente como ahora lo hace la Iglesia contra el aborto, por ejemplo. Fue una postura tibia.
Al Sr. Paco,a quien no se si calificar de ignorante atrevido, indocumentado o anticristiano de vía estrecha, le recomiendo la lectura de una fuente como Wikepedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Mit_brennender_sorge
Del extracto de la encíclica que es del año 1937 que hace esa fuente se puede extraer el siguiente párrafo:
«Todo el que tome la raza, o el pueblo, o el Estado, o una forma determinada del Estado, o los representantes del poder estatal u otros elementos fundamentales de la sociedad humana […] y los divinice con culto idolátrico, pervierte y falsifica el orden creado e impuesto por Dios»
Y vaya que si sabía lo que era el nazismo pues no en vano había sido legado pontificio en Baviera (cuna del nazismo) en los años de a génesis del partido nazi NSDAP
Es verdad que la encíclica defiende la Iglesia, busca el respeto al concordato, desmiente la confusión entre Dios de los Católicos y esa «divinidad» pagana que alentaba el nazismo, defiende la moral cristiana, la unidad de la fe, el magisterio de la Iglesia, y protesta contra la persecucion a los cristianos, etc..
De todas formas, Perez Reverte, que sin duda alguna es un bruto y un provocador, habla de los judios. Y sobre eso, sobre un tema tan enormemente grave como la limitacion de derechos de los judios alemanes, desde la promulgacion de las leyes raciales como la de 1933 de Restablecimiento del Servicio público «Arierparagraph» (que expulsaba a todos los no arios de la admnistración), y las leyes Nuremberg de 1935 que segregaban civilmente a los judios y medio judíos alemanes (mischlinge).
Se puede pensar que denunciar esta intolerable segregación no era posible en 1937 (yo creo que sí) o que podía convenir no hacerlo para irritar al nazismo, pero no hubo problema en defender (e hizo muy bien el papa) a los católicos, en una encíclica.
Como siempre, a toro pasado, es fácil juzgar. Pero es legítimo hacerlo. El papa, como cabeza de la Iglesia, tiene una gran autoridad moral, y por tanto, una gravísima responsabilidad si no sale en defensa de intolerable y obviamente peligroso racismo en Alemania. Nótese que la Encíclica no dice una palabra sobre la segregación, y la privación de derechos civiles a ciudadanos alemanes. Solo habla de católicos, fé católica, doctrina católica,culto, magisterio y Concordato.
Seguro que el Papa ayudó de muchas maneras a los Judíos. Estoy seguro de ello. Pero los olvidó en esta Encíclica,que no creo que pueda invocarse como muestra de lo contrario.
spurgus, muy bueno tu comentario, la iglesia católica ha hecho cosas muy muy bien a lo largo de la historia… otras no.
Enhorabuena por el artículo. David Dalin, rabino de Nueva York e historiador, propuso que se le concediera a Pío XII el título de «Justo de las Naciones» -el más alto reconocimiento hebreo a un gentil- por sus actuaciones en favor de los judíos. Si fuera verdad que hubiese tenido una actitud tibia en este tema ¿habría recibido tantos elogios por parte de los representantes de la comunidad judía? Por favor… ¡No a la mentira! ¡Pío XII santo ya!
Os dejo el enlace de un vídeo interesante sobre el tema:
http://www.youtube.com/watch?v=hL6lgqLN5BA
Sr. Spurgus Vd. suele ser razonable, pero esta visto que todos tenemos algún punto donde el sentimiento puede a la razón. Bueno es algo propio de nuestra condición humana pues sino seríamos máquinas.
Le escribo esto porque no resulta razonable que usted juzgue la supuesta omisión de Pio XII con una dureza que contrasta con las opiniones vertidas por distinguidos elementos del judaísmo y significados sionistas (que como ya sabrá no son lo mismo).
Itúrbide.- yo hablo de lo que dice Perez Reverte del Papa, a quien acusa de no haber defendido suficientemente a los Judíos. Alguien usa como argumento en contra la encíclica. Yo la leí, y les indico que la encíclica en cuestión no dice NADA de los judíos, y también digo que: a) sin duda el Papa conocía las leyes de 1933 y 1937 de pureza racial, y b) que DEBERÍA HABER ARREMETIDO contra dichas leyes, por radicalmente contrarias al amor de Dios cristiano.
¿Defiende la encíclica del Papa «Con ardiente preocupación» a los Judíos (y otros ciudadanos) alemanes de la sevicia de los nazis?
La respuesta es NO. Lo siento, pero en eso no hay discusión posible (salvo que la haya leído mal). La enciclica NO habla de ellos, ni de estos abusos del régimen hitleriano contra las libertades civiles.
¿Tenia que haberlos defendido en esa u otra encíclica? Esto es opinable, y así lo indico por mi parte, pero a mí, humildemente, y sin desdeñar otras formas de ayudarles que empleó sin duda el Papa, me parece que DE TODO PUNTO era necesario realizar una DEFENSA PÚBLICA de los judíos en la Alemania Nazi, y luego, en los territorios ocupados.
Parece que el Papa los defendió de otras formas. Si no, esos judíos que Ud. dice no se habrian manifestado así. Eso para mí no es cuestión. Lo que me pregunto es ¿no habría sido adecuado defenderlos en una encíclica?
Que cada cual juzgue como crea el caso. Pero no invoquemos la encíclica en cuestión como demostrativa de nada, pues nada demuestra, sobre la Iglesia y sobre el Papa en relación con el problema judío.
Spurgus: tu razonamiento es un sofisma. Si, como tú dices, has leído la encíclica, habrás entendido que en ella se realiza una clara condena del racismo. Y como la encíclica está dedicada a la situación de Alemania, está claro que se refiere a los judíos. Pues el posterior exterminio de éstos no es más que la aplicación práctica de aquellas doctrinas condenadas por la encíclica.
Por otra parte, en la primera encíclica de Pío XII, la Summi Pontificatus, de 1939, también se hace una condena del racismo y, por eso, los aviones aliados lanzaron miles de ejemplares sobre Alemania para suscitar un sentimiento contrario al nazismo.
Y esto es lo que dijo Robert M. W. Kempner, fiscal por Estados Unidos en el Juicio de Nuremberg (que juzgo a los dirigentes nazis tras la guerra): «Cualquier acción de propaganda, inspirada en la Iglesia Católica, contra Hitler, habría sido un suicidio y habría llevado a la ejecución de muchos más judíos y cristianos».
Hola Nacho: perdón pero mi razonamiento no es un sofisma. Decir eso sí es un sofisma.
Sería un sofisma si yo interpretara una expresión literal del texto en cuestión -o la desconociera- y la retorciera para hacer cambiar su sentido.
El contenido de la encíclica es
I. CONCORDATO
2. GENUINA FE EN DIOS (contra el panteísmo)
3. GENUINA FE EN JESUCRISTO (contenido de fe)
4. GENUINA FE EN LA IGLESIA (magisterio)
5. GENUINA FE EN EL PRIMADO (fe en la Iglesia).
6. NINGUNA ADULTERACIÓN DE NOCIONES Y TÉRMINOS SAGRADOS.
7. DOCTRINA Y ORDEN MORAL (toda moral viene de la religión).
8. RECONOCIMIENTO DEL DERECHO NATURAL (contra el positivismo como fuente de derechos).
9. A LA JUVENTUD.- La Iglesia y la religión están antes que el Partido Nazi.
10. SACERDOTES Y RELIGIOSOS .- Agradecimiento por su labor y exhortación a la fidelidad y a su trabajo.
11.- 11. A LOS FIELES SEGLARES (idem respecto a su fidelidad y valor en horas de persecucion: exhortacion a mantener en la fe a sus hijos y familia.
No encuentro ninguna frase que se refiera, aún indirectamente, por contexto o conforme a cualquier criterio razonable a la cuestión racial, los judíos, los gitanos… o cualquier minoría religiosa, o ideológica de Alemania.
Ya que dice que mi razonamiento es un sofisma, enséñeme una frase, o un párrafo que se refiera con una mínima claridad a cualquier otro problema que el puramente pastoral o de fe de la Iglesia. La Enciclica se ocupa d elos católicos en un entorno hostil (gobierno nazi), pero, lo siento, olvida a los «otros».
Repito (porque en seguida tildan lo que escribo de irrazonable, sofismático, cuando no enemigo) que: a) La enciclica tiene un objeto que no me parede discutible. b) No discuto que la Iglesia Alemana (no solo la católica, pero sobre todo esta) prestó ayuda a la comunidads judia, y c) Que esta Encíclica NO PRESTÓ AYUDA A LOS JUDÍOS ALEMANES.
d) Por último: no discuto que la resistencia a Hitler habría sido enormemente peligrosa. (¿QUé no lo habría sido, ante semejante estado de locura general?). Desde mi primera intervención he dicho que es muy fácil juzgar ahora. Pero creo (y esto es discutible, como he dicho también desde el principio) que si la Iglesia (no solo la Católica) hubiera(n) denunciado como anticristiano, inmoral e intolerable dictadura el régimen de Hitler, quizás hubiera producido un revulsivo moral en Alemania. Esto, claro, no lo sabe nadie, pero yo tampoco lo afirmo como un hecho, sino como una interesante e incontrastable hipótesis. La historia también juzga duramente a Chamberlain por plegarse a Hitler y «comprarle» la paz en 1938, cediendo ante la cuestión de los Sudetes. Seguro que el «Premier» inglés actuó de buena fe, pero hoy día parece evidente que fue un error de apreciación y falta de valor, pues enfrentarse, habría originado una crisis bélica.
¿O tal vez no? El tirano se creció porque nadie le puso freno hasta que se hizo demasiado poderoso. Nuestros representantes fallaron, y no hemos de avergonzarnos de eso, ni salir puerilmente en su defensa, sino aprender el cuento y defender la libertad resueltamente ante la tiranía.