El Sr. Rubalcaba, vicepresidente y preboste máximo del actual Gobierno, en la jornada de reflexión del día 13 de marzo de 2004 señaló: “Necesitamos un gobierno que no nos mienta”. Quien iba a pensar que tendría el valor de decir esto, quien ha hecho de la mentira continuada su principal virtud. Pero más allá de la memoria histórica, hoy hay que decir alto y claro, que necesitamos un Gobierno que nos gobierne y no esta caricatura de desgobierno que soportamos con estupor y rabia contenida con los españoles. Las urnas no pueden ser una patente de corso para extender el caos y la ineptitud indefinidamente.
El día 3 de diciembre, unos cuantos navarros, 170 aproximadamente, nos dimos cita a partir de las 6,30 en la nueva terminal, un tanto megalómana y desproporcionada, del aeropuerto de Noain. Queríamos salir alas 8,10 horas rumbo a lo que los cristianos viejos llaman Constantinopla y los otomanos Estambul. La nieve (fuerza mayor que duda cabe) nos empantanó hasta las 12,00 horas en que la climatología dejó de ser severa y la naturaleza indómita. No se sabe quién – la desinformación fue absoluta – ni con que criterio, decidió llevarnos a Zaragoza para embarcar hacia Turquía a las 18,00 horas. Los cuentos que nos fueron contando durante toda la mañana y el resto del día hacían presagiar lo peor… A las 18,00 horas, allí no estaba el avión y embarcamos a las 19,30 horas. A las 20,10 horas nos desembarcaron por causa técnicas – los controladores ya estaban haciendo de las suyas – y nos dijeron que a las 22,00 horas ya nos informarían de algo. A través del transistor (como en el 23-F) y de las familias, supimos el follón que se estaba montando. A las 23,00 horas nos embarcaron con si se tratase de una peli del Maestro Berlanga. Sin control, pasamos arcos y scanner con maletas y demás impedimenta. Incumplimos todas las normas de seguridad.
A las 00:30 horas del día 4 de diciembre, nos dijeron que el vuelo se cancelaba. Primero lo dijo el Comandante turco, en ingles, y luego una empleada de Iberia, que antes nos había amenazado con enviarnos a las “fuerzas armadas” (textual) si no abandonábamos la aeronave. Pedimos un certificado de cancelación de la autoridad de navegación aérea competente, ya que las mayoristas (Politurs, Iberojet, etc. así lo exigían para que pudiésemos empezar la reclamación), y lo que obtuvimos fue que el avión se rodease por no menos de cincuenta efectivos antidisturbios, y por media docena de guardias civiles. Debe ser la solución que el capaz y veraz Rubalcaba aplica en estas ocasiones a turistas indefensos, que son apaleados por sus controladores, personal de Aena y algún que otro cooperante.
Se les explicó que éramos gente pacifica, frustrada por habérsele destrozado las vacaciones, y que sólo queríamos un certificado para poder reclamar nuestro dinero (en mi caso familiar, algo menos de 3.000 €).
Hubo su tira y afloja, que me atrevo a calificar hasta de educado, dada la hora, las circunstancias, y el cansancio, por parte de los pasajeros torturados. Tras interponer una denuncia en la comisaría del aeropuerto, a las 02:00 horas salimos en autobús hacía Pamplona y aquí llegamos a las 04:00 horas.
En aras a la ecuanimidad, luego supimos, y eso hay que manifestarlo sin ambages, que todo se debió a una colección de salvajes -los controladores aéreos – que actuando desde la absoluta prepotencia y temeridad decidieron tomar medio millón de indefensos rehenes, el viernes día 3, de inicio del puente más importante del año. Ellos y solo ellos son los causantes del desaguisado y si son empleados de Aena, lo que debe esta hacer es, despedirlos…
Pero había algo más que hemos sabido luego. Ese viernes, el Gobierno de ese nefasto Presidente que es el Sr. Rodríguez, había aprobado de tapadillo un Decreto en el que recortaba alguno de sus privilegios laborales. Con una cobardía infinita, este cáncer – los controladores, decidieron tomar de rehén a medio país – en tan señalada fecha.
Pero no son los únicos responsables. El otro claro responsable es el Gobierno incapaz, inepto, del Presidente Rodríguez. Tras meses de negociaciones, sin conseguir objetivos claros, ahora empieza con el capitulo de ocurrencias e improvisaciones, y declara el Estado de Alarma, previsto Constitucionalmente para situaciones gravísimas, y dudoso para el caso de fallo masivo de un servicio público…
Otra alocada aventura de un Gobierno que desgobierna, que ha sumido a España en la ruina y en el caos, que nos ha llenado de descrédito internacionalmente, y que el mayor favor que se podría hacerse, y de paso hacernos, es convocar cuanto antes elecciones anticipadas, para que los españoles se pronuncien, y que no es que sean un peligro porque mienten sistemáticamente, son un peligro porque no saben resolver lo que tienen entre manos, y cuando algo les estalla, la única terapéutica que conocen es la ocurrencia y la improvisación. O mandar a los GEOS, contra turistas, armados con un arma tan peligrosa como es la guía de Estambul…
Así difícilmente se puede construir un país mínimamente serio y homologable internacionalmente. Es por eso, que el mejor favor que pueden hacernos es permitirnos que les echemos. Democráticamente, eso si, aunque para ello no podamos ir a Constantinopla
8 respuestas
Siento que le hayan fastidiado sus vacaciones D. Ignacio. Pero no se engañe. El problema de sus vacaciones no fueron los controladores.
Si usted hubiera volado desde Pamplona a las 8.10, cuando el vuelo hubiera aterrizado en la capital del Imperio Romano de Oriente, en Barajas, la normalidad hubiera seguido siendo absoluta. Esa mañana yo tomé dos vuelos de Iberia (no desde Pamplona) y los dos salieron puntuales, y aterrizaron puntuales. En mi viaje de vuelta me quedé en la cabecera de pista de un aeropuerto a 1200 km de Pamplona porque eran las 17.15 y los controladores empezaron su faena.
No le culpe usted a Rubalcaba (un saludo que nos estará escuchando) por esto. Cúlpele por otras muchas cosas, pero no por el fracaso de sus vacaciones. Y culpe usted a las autoridades Forales que han invertido una millonada en una terminal en la que a dos copos de nieve, y tres nubes bajas ni entran ni salen aviones. De eso Rubalcaba no tiene la culpa. La tiene Sanz y la señora Alba.
Culpe usted de su desgracia al sector de las Agencias de Viaje de Navarra, que se aprovechan de los pobres foralicos que quieren viajar en los «puentes forales» y para los que organizan nefastos viajes con vuelos charter de compañías interpuestas para que usted no tenga derecho a reclamar nada.
Y de por jodidos sus 3.000€. Ni el maestro armero se los devolverá. Se lo aseguro. Ah! y piense bien a quien quiere votar el próximo Mayo, por si acaso se le ocurre viajar el próximo diciembre.
Hombre vecino, no creo que las agencias de viajes hagan sus planes para que no se pueda reclamar. Tal vez los hacen de una manera en que la reclamación puede verse complicada, pero no creo que sea buscado ex profeso. Bastante tienen con conservar lo poco que les queda del mercado.
Eso sí, me parece que poco vamos a tardar en ver a cada personaje del sainete tratando de untar su bizcocho en el cacao amargo de los viajeros. Una actitud muy nuestra, por supuesto.
VG por si acaso léase bien las condiciones de los viajes que usted compra. Resulta que la agencia (es un ejemplo eh!) contrata un vuelo charter a una compañía sueca que subcontrata el viaje a unos Canadienses que operan un avión abanderado en las Caimán, con tripulación Rusa y que por tanto si usted quiere reclamar, los tribunales competentes son los de Luxemburgo, así que cuando usted habla con su abogado él le dice: «Mira, para empezar a hablar con esto hay que soplar 3.000 Euritos (que es lo que le costó el viaje de la familia entera) y a partir de ahí podemos ganar, o podemos perder»… Así que… pleitos tengas y los ganes. Andese con ojo. Se lo dice un piloto.
Tendrá razón, vecino, pero qué quiere, no veo yo a las agencias de por aquí en plan James Bond. Siguiendo su ejemplo, contratan a la compañía sueca porque pueden y sale más barato. Y pueden hacerlo sin preocuparse del resto de la cadena. El problema es, como siempre, de por qué se ha dicho que pueden, y bajo qué condiciones. Insisto en que no lo veo como una estrategia planificada de las agencias «para que no tengamos derecho a reclamar», y lo creo porque si internet ha dado más poder a los viajeros, acceder a un mercado mayorista globalizado es una de las pocas salidas que les quedan a las agencias. Quizá una de las más evidentes, pero a la vista está que con mal futuro, porque si uno se desentiende de los problemas de sus clientes, no volverán. En cuanto al coste de la defensa, tiene razón, pero en estos casos es fácil que se reduzcan mucho al poderlos repartir entre tantos afectados.
No se engañe VG.
Las agencias no organizan nada. Compran todo organizado por mayoristas que muchas veces no saben ni quienes son (todos conocemos los Kuoni, los Catai, los Nobel… pero junto a esos hay otros muchos miles de piratillas).
Y no crea usted que las agencias navarras viven de los billetes que sacan para que ¿34.000? navarros quieran viajar en el puente foral. Viven de otros viajes.
Luego ya ve, la culpa acaba pareciendo de Rubalcaba, de los controladores o de un inepto de Iberia, y le aseguro que en el caso que nos ocupa, ninguno de los tres (ni de los cuatro, incluyo a la agencia) es responsable.
El único responsable es el Gobierno Foral y su consejería de transportes (ja!) al frente.
Pues no me engañaré, vecino, pero volviendo a la carta del Sr. Martínez Alfaro (al fin y al cabo, le estamos ocupando el patio), de sus comentarios deduzco que no se preocupe porque no va a recuperar nada, y que si quiere quejarse, reclame al Gobierno Foral (del que, si no me equivoco, formó parte). Es usted un genio dándole la vuelta a las cosas.
Por cierto, ¿se ha fijado en que no llamamos la atención de nadie?
VG
No se preocupe por lo mucho o poco que llamemos la atención… No está hecha la miel para la boca del asno.
Con usted me basta.
Apago, que tengo un Sevilla y luego un Bilbao.
VG
No se preocupe por lo mucho o poco que llamemos la atención… No está hecha la miel para la boca del asno.
Con usted me basta.
Apago, que tengo un Sevilla y luego un Bilbao.