La negociación de los Presupuestos de Navarra para el año que viene ha encontrado un escollo en la deflactación de los tramos del IRPF, a la que socialistas y nacionalistas se oponen total o parcialmente. Deflactar la tarifa del IRPF significa que los límites de cada tramo del IRPF suben en la misma medida en que se espera que suba la inflación. De esta forma, se evita que los trabajadores a los que se les sube el sueldo el equivalente a la inflación, aunque no ganen poder adquisitivo, pasen a tributar en un tramo superior del IRPF. Si no se deflacta el IRPF todos los años, todos los ciudadanos pasarían a un tramo superior más tarde o más temprano. Esta subida de impuestos generalizada y encubierta se conoce como “progresividad en frío”.
Frente a la postura de nacionalistas y socialistas, UPN y CDN apoyan la deflactación del IRPF. El PPN ha ido incluso un paso más lejos anunciando que propondrá que la deflactación resulte obligatoria por ley todos los años.
Penalizados por no ser vascos
Las diputaciones de la CAV han aprobado la deflactación general en un 2% de todos los tramos del IRPF, incluyendo los de las rentas altas, para Alava, Guipuzcoa y Vizcaya. Según los nacionalistas, que controlan las diputaciones vascas, pagar menos impuestos debe ser muy bueno para los vascos, pero muy malo para los navarros. Tomamos nota los navarros.
2 respuestas
No se preocupen: vascos y navarros pagamos menos impuestos que el resto del país… esto sin duda es muy justo y muy foral, y les encantará a la mayoría de Uds…
Eso es jugar con dos caras, pero eso no nos debe extrañar. Preocupar, tal vez si; la sociedad actual se desvincula de casi todo lo que supone un valor o una virtud y se fija en vanalidades, menos sacrificadas y más llevaderas. De esa forma a las actuaciones que como ésta de NABAI y PSN se les atribuye poca importancia, se excusan y se aprueban, de forma que lo que las motiva cala poco a poco en la sociedad, ante sus narices y de la mano de su inoperancia. Menos mal que siempre nos queda la historia para ver que no son nuevas, que es otra más de las que continuamente nos han «obsequiado», aunque otrora sí que fueran respondidas y combatidas.