La parábola de la niña socialista

 

Recientemente le pregunté a la hija de un amigo qué le gustaría ser cuando fuera mayor.

Ella respondió que quería ser presidente.

Y si algún día llegaras a ser presidente, le dije, ¿qué sería lo primero que harías?

Ella respondió sin vacilar: “Daría alimentos y viviendas a todos los pobres.»

Sus padres, orgullosos, escucharon la respuesta de su hija con una sonrisa

«¡Bravo, que propósito más noble!», comenté, «pero para eso no tienes que esperar a ser presidente. Puedes venir mañana a mi casa a cortar el césped, sacar las malas hierbas y abonar el jardín, y te pagaré 50 euros por el trabajo. Luego te llevaré al supermercado de mi barrio donde siempre hay un mendigo y tú podrás darle el billete para que se compre comida y empiece a ahorrar para su casa.”

La chica pensó durante unos segundos; luego, mirándome fijamente a los ojos me preguntó: “¿Y por qué no va el vagabundo a hacer el trabajo y le pagas directamente a él?»  

“Bienvenida al Tea Party», le contesté.

 

(Fuente: desconocida)

 

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4 respuestas

  1. La respuesta a esa niña es muy fácil: porque yo nunca dejaría que un mendigo entrase en mi casa con jardín, así que es mejor que entres tú, te doy a ti el dinero y tú se lo das al pobre.

  2. No pasa nada -antes al contrario- por repetir la historieta: tanto entre los papás/mamás, como entre los abuelitos/as y los profes/profas desde infantil a 2º de bachillerato
    Por otra parte, ¿no sería interesante volver a acompañar a los niños/as por ejemplo y entre otras cosas, a dar de comer, a lavar a los mendigos/gas, a enfermos y enfermas, a personas mayores … además de acudir con la caja de herramientas para arreglarles un grifo y lo necesario para cambiarles una bombilla fundida (que no cambian prencipalmente porque no se atreven, con razón, a subirse a una escalera o a una silla)?

  3. Me pregunto por qué el ayuntamiento no tiene una bolsa de trabajos sociales como los que sugiere Óscar para los ancianos que viven solos. Incluso retribuída por el propio ayuntamiento (con entradas a espectáculos o para el pago de multas de tráfico). Seguro que hay algún concejal que lee esto. Sólo hace falta un poco de voluntad y un rincón en alguna de esas páginas web tan estupendas.

    La parábola está bien. Me recuerda a la fábula de la cigarra y la hormiga, y sirve para entender por qué los titiriteros tienden a ser de izquierdas.

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