No obstante todo lo anterior, Santiago Cervera pronto sintió el venenillo de la política. Aún estaba estudiando cuando ya se convirtió en concejal del Ayuntamiento de Pamplona. Poco después era candidato a la alcaldía, después senador y, finalmente, consejero de Sanidad con 31 años. Su carrera política fue meteórica.
Una de las notas distintivas de Cervera, como decíamos, es que se trata de una de esas personas que no dejan indiferente. Por una u otra razón, Cervera siempre ha sido uno de esos políticos que generan 10 veces más noticias que el político que tiene al lado. Estupendo para los confidenciales, pero malísimo para el político de al lado.
Su probable nombramiento como cabeza de lista al Congreso por UPN en las generales, ya ha generado una sucesión de comentarios en cascada. La vuelta a la política activa de Cervera, tiene lugar dentro de una legislatura en la que va a producirse el relevo de Miguel Sanz en el seno de UPN. Y de momento no puede sino constatarse la coincidencia, punto. Sin embargo, ya ha caído sobre Cervera una manta de reproches como el de que ejerce de tertuliano en la cadena SER, lo que automáticamente le convierte en el candidato de PRISA. No queda claro, sin embargo, si la presencia de Cervera en la SER se produce en calidad de misionero que va a convertir a los caníbales o en la de caníbal, aunque trataremos de informarles. Lo que sí que parece es que el alud de reproches contra Cervera tiene una conexión con el futuro proceso de sucesión a Sanz, o que por lo menos existe esa conexión en el ánimo de quienes le critican.
Hasta este momento, Cervera ha estado trabajando como Gerente de Relaciones Externas y Responsabilidad Social Corporativa de la multinacional farmaceútica Merck, y su único contacto con la política ha sido tener una cuñada que es concejal del Ayuntamiento de Pamplona. Es decir, que al menos no es un político profesional incapaz de vivir al margen del presupuesto. Le anotamos el tanto.