La presencia de los primeros burkas en Navarra atizó la polémica sobre esta prenda la semana pasada. Discutiendo con otras personas en Twitter, Santiago Cervera mostró su oposición a esta prenda asegurando que el burka “será «costumbre» en sentido descriptivo, pero su fondo cultural e histórico es la discriminación de la mujer” y que “no se puede tener tolerancia genérica con ese fenómeno. Es denigrante para la mujer”.
En sentido contrario se manifestó por ejemplo la socialista María Chivite, preguntándose: “¿qué podemos hacer? ¿Le prohibimos llevarlo?”, y expresando su temor de que “así lo único que conseguimos es encerrarla en casa”.
Yolanda Barcina, por su parte, abordó el asunto con mayor extensión a través de una entrada en su blog, sosteniendo que la llegada del burka a nuestras calles “requiere una necesaria reflexión y, posiblemente, una futura actuación de las instituciones públicas”. Para Barcina, la libertad religiosa es “un derecho fundamental que tenemos que preservar y proteger, sea cual sea el credo que se practique”, aunque “en ocasiones, algunas interpretaciones religiosas colisionan con otros derechos fundamentales e irrenunciables, como es el de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer”. Por todo ello la presidenta de UPN concluye que “utilizar una cuestionable y muy particular interpretación religiosa para relegar a la mujer a un segundo plano y anular su faceta social y pública no puede tener cabida en una sociedad abierta, plural, libre y democrática”.
16 respuestas
Hola, Napoleón…
Cuando se ponen ejemplos como ese de la correa, se busca reducir al absurdo. El problema del argumento de la correa es que, que yo sepa, no hay nadie que por motivos religiosos aspire a sacar a su mujer, o a su hombre, o a su hijo, atado con una correa. Luego no hay cuestión. Es como si me preguntase si dejaría a un marciano casarse con mi hija. Le diría: primero presénteme al marciano, y luego le contesto.
Dije.- «Si el collar es un símbolo de fe religiosa, y se acepta totalmente por el fiel, y no conlleva limitación alguna en el desenvolvimiento de la persona (si puede educarse, si tiene iguales derechos, si no se implica un sometimiento a otra persona, tendremos que aceptarlo.”
Es decir: si implica un dominio de servidumbre o esclavitud a otra persona, prohibido. Si esa sumisión se refiere a un ser divino, pues nada que decir: (¿no hay unas religiosas que son las ESCLAVAS DE MARIA?)
En este caso el tema problemático es el burka (para mi, a prohibir, pero por motivos de seguridad, no de tolerancia religiosa, ni de conciencia, matiz que Ud. obvia completamente en TODAS sus intervenciones), o el pañuelo, o cualquier signo público de unas creencias religiosas X que Ud. no comparte.
Ud. tampoco me contesta respecto a su tolerancia en cosas reales: sotanas, maltratos reales o ritualizados (por tanto para otros humillantes o indignos) que se dan fieles de diversas religiones, y que le ejemplifiqué someramete, y que Ud NO CONTESTA.
Pues, ande, contésteme Ud: esto sí son casos reales, no chorradas inventadas para provocar: ¿prohibimos a los penitentes salir casi desnudos, encadenados, ensogados, al frío de la noche? ¿permitimos la circuncisión de los pequeños judíos? ¿permitimos a los chiiés celebrar la muerte del hermano del profeta? ¿prohibimos los votos que contrarian o dificultan -a juicio de la psicología moderna- el íntegro desarrollo de la personalidad (pobreza, obediencia, castidad)? ¿y la dieta vegetariana de los budistas? ¿y los hábitos de los monjes? ¿y la abstinencia de carne el viernes? ¿Y los ayunos de oración? ¿y la reclusión voluntaria en un convento de por vida? ¿y diez mil cosas más que hacemos los seres humanos cuando queremos sentir la incondicionalidad de la fe, y nos da la gana?
¿Se ha dado Ud. cuenta de que lo que hace, piensa, dice, como viste o con quién va por la calle, SIEMPRE molestará a alguna persona? ¿Le gustaría que «alguien» basado en el «sentido común» le impidiera a Ud. manifestar publicamente sus creencias o fe solo porque ese «alguien» se puede sentir ofendido en sus convicciones? ¿NO es un sistema defensivo el suyo? ¿Y de qué tiene Ud. que defenderse porque una Sra lleve pañuelo y reivindique la moral sexual medieval de la península arábiga? Allá ella.
¿Acaso de que el «otro» manifieste creencias que a Ud. le parecen absurdas, anticuadas o indignas? ¡Pues no las siga!