Mientras por un lado se firman manifiestos para personificar a los animales, otra parte de la población se dedica a animalizar a las personas. En este sentido no parece una buena idea que los cerdos que participan en las carreras de Arazuri reciban nombres que corresponden a personas concretas. Podría apelarse al sentido del humor al tratarse de una carrera de cutos, pero el humor empieza siempre por reírse de uno mismo. Reírse sólo de los demás es más propio de la crueldad que del humor. Y no parece en este caso que los nombres de los cerdos, por lo menos, estuvieran repartidos. Iniciativas de este tipo, en todo caso, da la impresión de que por su propia naturaleza se encuentran condenadas a suscitar un despliegue de zafiedad importante. Léanse si no los comentarios que deslucen la información en el Diario de Noticias. Aunque no lo parezca,las personas con las que no se está de acuerdo también merecen respeto.
4 respuestas
Hacerse el graciosillo es fácil. El humor inteligente no está al alcance de cualquiera.
A mí lo que más me sorprenden son los nicks de los comentaristas. En mi vida había visto tantas tx, k, y rr juntas. Pero luego trataran de decirme que llamar Uxue a tu hija no es «no ser Español», o Aritz a tu hijo, o Urtzi a lo que sea, que no se si es femenino o masculino.
…ARAZURI, MENDILLORRRI, LUMBIER… TÁCTICA «MÁS VIEJA QUE LA PANA»
La izquierda abertzale utiliza las fiestas populares para imponer su imagen prepotente, asustar a la inmensa mayoría, echar el pulso a las autoridades, y disolver los valores y virtudes sociales más básicos. Quieren ser poder -el doble poder- ya que no son autoridad, y quieren que la gente buena -que también es mayoritaria- se retraiga a sus casas y les deje el campo libre.
Así lo deduzco de esta penosísima noticia sobre las fiestas de ARAZURI. Pienso en lo que he leído en este medio sobre las fiestas de MENDILLORRI. Pienso en lo que he vivido -escuchado y visto- hoy martes por la noche en LUMBIER…, pueblo este siempre generoso y sano, donde pudiera existir un «pacto implícito» a cambio de que «los abertzales» no manchen el pueblo y armen bronca.
Las autoridades que no actúan y no ejercen su derecho, favorecen a los que sólo buscan la disolución social y a continuación recogen el poder del arroyo. La sociedad que se retrae y deja hacer, se pierde al fin a sí misma, pues el individuo aislado puede ser víctima -y así va siendo- de cualquier chantaje por cualquier grupúsculo.
Esta es una táctica «más vieja que la pana».
Ramón de Argonz
Este tipo de cosas no debe sino animar a seguir defendiendo los ideales en contra de esta chusma.
Si los abertzales ponen a los cerdos nombres de políticos «normales» es que los políticos normales van en la buena línea y deben seguir en ella.