Cadenas de Televisión.
Emisión de contenidos atractivos, convenientemente publicitados y en horarios de máxima audiencia: Actualidad política y social. Debates civilizados entre personas expertas en las respectivas materias.Temáticas orientativas en cuanto a la producción televisiva, aparte de la ficción: Ciencia. Tecnología. Historia. Arte. Cinematografía. Naturaleza. Antropología. Música. Literatura. Arquitectura. Urbanismo. Diseño. Grafismo.Decoración. Moda. Viajes. Deporte. Concursos.
Incorporación en todas las parrillas y en horarios razonables, de programación dedicada a los niños. Deseable en las cadenas de titularidad privada; obligatoria en las de titularidad pública. Aprovechamiento de archivos, primando la redifusión de productos dignos y plenamente vigentes, desconocidos por las nuevas generaciones. Publicitación de los programas de calidad. Adelantamiento general de horarios.
Especial atención a la programación cinematográfica. Respeto a la obra de principio a fin incluyendo los títulos de crédito.Versiones originales subtituladas. Evitar repeticiones. Dedicación a ciclos y a cuanto acontecimiento relevante tenga lugar.
Cumplimiento escrupuloso de la normativa vigente, y muy especialmente en materia de protección del horario del menor, considerando que niños y adolescentes están de vacaciones. En relación a la publicidad y en los espacios dedicados a la emisión de películas, el menor número posible de interrupciones. Programas para la expresión de los intereses y derechos de los usuarios de medios de comunicación, telespectadores y radioyentes. Comités de expertos en programación infantil, en cinematografía, en actualidad, en ciencia política y social.
Gobierno.
Vigilancia del cumplimiento de la Ley 7/2010 de 31 de Marzo, Ley General de la Comunicación Audiovisual. Sanción en caso de incumplimiento. Máxima celeridad en cuanto a la actualización de los mecanismos previstos para la representación y defensa de los intereses y derechos de los ciudadanos.
Familias.
Procurar todos los sistemas de protección ante contenidos inapropiados en la red. Preocupación extensible a los videojuegos. Colocar los ordenadores y todo tipo de pantallas en espacios comunes de la vivienda, evitándolos en los dormitorios, máxime de menores. Compartir el conocimiento práctico de las nuevas tecnologías colaborando a no aumentar la brecha tecnológica. Acompañar a los menores, siempre que sea posible, en sus ratos de ocio ante las pantallas. Elegir y planificar lo que merece la pena ser visto, grabando en su caso. No dejarse llevar por la televisión basura: desmoralizadora, en el más amplio sentido de la palabra, tanto para niños como para adultos. Considerar el medio más poderoso, de presencia apabullante: la publicidad.
Saber que los jóvenes y adolescentes se relacionan con extraordinaria facilidad y naturalidad con los medios audiovisuales y sienten, casi sin excepción, el poder de fascinación que sobre ellos ejerce la imagen.
Acercar a los más jóvenes a la cultura, al conocimiento y cuidado de la naturaleza, a la práctica del deporte al aire libre, a las miles de alternativas * que les permitirá ser protagonistas activos de estimulantes aventuras. Siendo los medios audiovisuales extraordinariamente potentes y por supuesto positivos en tantos aspectos, saber que la vida que más merece la pena ser vivida, espera fuera de las pantallas.
Maribel Martínez Éder, www.asociacionplazadelcastillo.org