Odian el coche particular. Lo dicen abiertamente a todo el que quiera poner algún interés en informarse, o sea el 1% de la población. Para este 1% no es un secreto que el vehículo particular, la libertad de circulación y el placer de conducir tienen los días contados. Lamentablemente de este 1% de población bien informado parece que ninguno trabaja en Volkswagen o en ninguna empresa directamente vinculada al sector de la automoción. Básicamente porque no parece que la agenda globalista contra la automoción se refleje en el voto o en las protestas populares contra el gobierno. Te anestesian antes de matarte con medios de comunicación que hablan de otras cosas, las cosas que ellos, los globalistas, deciden que tienes que escuchar. Vivimos en una sociedad en estado de sedación terminal.
La penúltima ocurrencia globalista es perseguir a los coches ocupados por una sola persona. Han decidido que poner en marcha un coche para desplazar a una sola persona es demasiado insostenible y antiecológico. “El futuro del tráfico será compartido o no será”, lo avisa el propio director general de Tráfico, Pere Navarro, no nos lo estamos inventado. Obviamente el director de la DGT no es un chiflado excéntrico que hemos tenido la mala suerte de padecer en España como un caso aislado, en Francia ya se están tomando medidas para discriminar y perseguir a los vehículos con un sólo ocupante. En París, por ejemplo, los coches con un sólo ocupante están siendo relegados a un sólo carril de la vía. Para poder circular por el resto de carriles los coches tendrán que trasladar al menos a dos ocupantes. Ya están instalando cámaras térmicas para detectar y sancionar a los vehículos que no circulen por el carril correspondiente.
Mal panorama para la libertad individual en el mundo, no digamos en Europa. Para desplazarnos con el coche necesitaremos 23 pegatinas medioambientales, en el caso de que nuestro coche merezca la concesión de una pegatina, no tengamos que mandarlo al desguace y podamos afrontar la compra de una carísimo coche eléctrico con una durabilidad y un valor de reventa desconocidos. No en vano también nos están diciendo claramente que la intención de la Agenda 2030 es que el parque de coches eléctricos sólo sea el 10% del parque actual de vehículos. Pero tranquila la gente del sector de la automoción o los amantes de la libertad y la conducción, que está todo bajo control.
La gente del campo puede estar también tranquila. ¿Cómo se va a ir y venir por la España vaciada sin vehículos particulares y en vehículos en los que no pueda viajar una sola persona? ¿En AVE? ¿Hará falta otra pegatina para desplazarse por la España Vaciada? ¿Habrá varias clases de pegatinas? Y el que no viva en la España vaciada y vaya a realizar un desplazamiento puntual, ¿necesitará un salvoconducto? ¿O ya para entonces no vivirá nadie en la España vaciada porque tampoco habrá ganadería ni agricultura? ¿Cuál es el plan? Bueno, sí, sabemos cuál es el plan. De lo que nadie puede dudar es del retroceso general de la libertad, no sólo para pensar o expresarse sino también en movilidad. El gobierno cada vez tiene más poder y los ciudadanos cada vez estamos bajo mayor control. La pregunta no es cuándo revertiremos la situación, sino si estamos llegando a un punto en que ya no va a ser reversible la situación.
