La Comisión de Cultura, Deporte y Turismo ha aprobado hoy, con los votos a favor de UPN, PSN, EH Bildu, Geroa Bai, PPN y Contigo-Zurekin y el único voto en contra de Vox, una resolución por la que se insta al Ejecutivo Foral a “implementar campañas contra la LGTBIfobia, y a incluir campañas del Instituto Navarro del Deporte y de la Actividad Física (INDAF) contra la LGTBIfobia en competiciones y eventos deportivos de máxima visibilidad en los que colabore el INDAF o el Gobierno de Navarra conjuntamente con federaciones o clubes”.
La resolución incluye un segundo punto en el que se emplaza al Gobierno de Navarra a “incluir, en las modificaciones legales, normativas o de planificación que se puedan desarrollar, estrategias de erradicación de la LGTBIfobia en el ámbito deportivo y programas de inclusión LGTBI+ en el deporte”. Antes de aprobar ciegamente este punto interesaría haber aclarado en qué consiste la lgtbfobia porque por experiencia sabemos que puede ser cualquier cosa, desde decir que sólo existen dos géneros a negar que los hombres se puedan quedar embarazados.
El texto señala además que el deporte ha sido tradicionalmente un ámbito donde se han marcado estereotipos de masculinización y feminización en determinadas disciplinas, y que, todavía hoy, constituye un espacio difícil para las personas LGTBI de nuestra sociedad.
A la vista de que 48 de 50 diputados forales han votado a favor de la resolución, cabria pensar que el 95% de la sociedad navarra, si los partidos representan a la sociedad, está a favor de esta resolución, ¿pero realmente lo está en esa o parecida proporción?
La realidad es que la ideología de género se enfrenta en estos momento a una oleada de rechazo por parte de una proporción importante de la población, no ya en Navarra o en España sino en todo el mundo occidental. Este rechazo a la ideología de género woke viene dado por dos factores. Primero por la irracionalidad e inconsistencia del propio discurso de la ideología de género, ya sea estableciendo cuarenta géneros, convirtiendo el género en algo autodeterminable, o poniendo en crisis al deporte femenino al sustituir la división entre deporte masculino y femenino por la división entre deporte masculino y deporte trans, al ser relegadas en el deporte femenino las mujeres por los trans. Por supuesto hay que asumir que toda esta ideologización del deporte se va aplicar en igual medida o incluso con mayor intensidad en el deporte infantil. ¿Está el 95% de la población navarra a favor de toda esta sinrazón? Esto nos lleva al segundo gran punto de rechazo que se está generando contra la ideología de género y es la naturaleza obligatoria y totalitaria del pensamiento woke. Quien osa cuestionar el más pequeño apartado de la ideología de género woke es señalado y cancelado de tal modo que casi nadie se atreve a separarse del discurso único obligatorio. En el Parlamento de Navarra, sólo VOX ha tenido esa osadía. ¿Por qué existe VOX en el Parlamento de Navarra y por qué seguramente VOX va a seguir creciendo en Navarra? Pues en buena medida porque, para muchos navarros, es la única formación que en cuestiones como esta se va a atrever a salirse del discurso oficial. Si todos los demás le regalan todo ese espacio a VOX, buena suerte para los de Abascal.
