Es un hecho que las noticias sobre agresiones, robos y peleas crecen y se suceden en Pamplona. A tal punto la inseguridad se ha normalizado que los robos, peleas y agresiones forman parte ya del paisaje informativo sin que se le preste mucha atención, salvo que las cosas alcancen una dimensión fuera lo habitual. El problema es que vivimos un in crescendo en el que efectivamente sucesos cada vez más graves se abren paso casi cada día en los informativos locales de actualidad.
El aumento de la inseguridad es obvio y obviamente tiene unas causas, otra cosa es que de esas causas sea tabú hablar. Todo el mundo, sin embargo, es consciente de la repetición de dos elementos. El origen inmigrante de los causantes de la mayor parte de los problemas y que estos delincuentes importados, además, suelen acumular sobre sus espaldas un enorme historial delictivo a pesar del cual no sólo no son expulsados sino que gozan de una sensación de absoluta impunidad. No será porque los propios sindicatos policiales no lo paran de advertir.
En este escenario de degradación de la seguridad, si queremos afrontarlo, es importante que existan alternativas políticas y que sea manifiesta su visibilidad. Es decir, cuando un ilegal que cuenta con un largo historial de antecedentes comete un nuevo delito, hay que denunciar la responsabilidad política de la izquierda respecto a la comisión de ese delito, ya se trate de crímenes, robos, agresiones sexuales o lesiones. Dejar que delincuentes importados y reincidentes sigan adueñándose de nuestras calles, sin ser expulsados ni encarcelados, es una responsabilidad directa de políticos izquierdistas y jueces. Los autores de la última pelea con palos y armas blancas, ya el día antes fueron objeto de una intervención policial y no pasó nada. Seguramente hoy ya todos ellos seguirán impunemente en la calle.
No menos importante por consiguiente es que la ciudadanía pueda visibilizar una alternativa política para afrontar de manera decidida este grave problema. No es sólo que si hay una alternativa visible y la gente la vota será por algo, sino que la gente tiene derecho a una alternativa. Si los partidos que niegan este problema no ofrecen soluciones, la gente tiene derecho a buscarlas en otros partidos y dejar a los negacionistas asombrados de que se les escapen los votos.
