El PP no es capaz de resistir la presión de la izquierda. Este podría ser el resumen ejecutivo de todo lo sucedido. No ya con el decreto ómnibus, sino con todas las cosas desde hace muchos años. Bajo el bombardeo mediático de que estaba dejando a los abuelos sin su subida de la pensión, Feijóo ha claudicado. Al hacerlo ha vendido a toda su gente, que durante días ha estado defendiendo el rechazo al decreto porque convertía en rehenes a los pensionistas y los afectados de la DANA para regalarle un palacete al PNV o blindar a los inquiocupas. Feijóo ha abandonado a todos los simpatizantes del PP que han estado defendiendo al partido frente a toda la presión, votando al final el palacete o el blindaje y dejando fuera la rebaja del IVA a la alimentación. ¿Cómo se sentirá ahora toda esa gente? ¿Cómo se sentirán al menos todos aquellos que se crean las cosas que defienden y que no puedan defender que una cosa es negra y al día siguiente que es blanca porque lo dice Feijóo y porque a Feijóo se lo ordena El País? La debilidad de Feijóo para defender una postura puede explicarse por una falta de valores e ideas. Uno es tan fuerte como las ideas que lo sostienen. ¿Cuál es la ideología de Feijóo, de Gamarra, de Sémper o de Pons? No tienen ideas, tienen posicionamientos. Estar en el centro, posicionarse con la mayoría, seguir la tendencia, ni con unos ni con otros, no confrontar. Sobre todo no confrontar. Por eso tampoco cambian nada al llegar al poder. ¿Qué vas a confrontar si además no tienes ideas que confrontar? O peor aún: tienes básicamente las misma ideas que tu supuesto rival, eres paisaje y no cabe confrontación.
Tenemos por tanto al PSOE que, contradiciendo también su discurso, ha troceado el decreto, plegándose a Junts y humillándose ante Puigdemont, pero cuidándose muy mucho de meter en el nuevo decreto microbús al menos dos de las cuestiones principales que el PP había esgrimido para explicar su anterior rechazo al decreto. Lo que pretendía el PSOE era por tanto desautorizar la postura del PP si ahora apoyaba el decreto microbús. A Junts le daba igual, porque a Junts lo del palacete le da igual y porque a Junts no cabe duda de que le han hecho promesas que no son publicas y que no están en la letra visible del acuerdo, porque la vida parlamentaria en España ya no tiene lugar en el congreso y no se debate en público con luz y taquígrafo, a la vista de los españoles, sino que las cosas se debaten fuera del Congreso, incluso fuera de España, sin publicidad y sin oposición, con un prófugo de la justicia. El deterioro democrático y la desarticulación del estado de derecho es casi total en nuestra nación.
Si el nuevo decreto mantiene el palacete y el blindaje a los okupas, y por otro lado tampoco incluye el mantenimiento de la rebaja del IVA a los alimentos, ¿cuál de los motivos para votar en contra ha decaído entonces? El PSOE ha troceado el decreto, pero dejándose los trozos envenenados. Había que separar el vino del veneno para poder beberse la copa, pero lo que el PSOE ha hecho en vez de eso ha sido vaciar medio vaso. Feijóo no ha comprendido la jugada y se ha bebido el medio vaso sin enterarse. Lo único que le preocupaba es que los altavoces mediáticos de la izquierda y sus cacatúas chillonas le dejaran en paz y bajaran un poco el nivel de crítica, como con el CGPJ. Feijóo es un tipo que siempre ofrece a la izquierda los incentivos equivocados. El mensaje que ha vuelto a mandar es que si se le presiona lo suficiente siempre cede. Esto no va a rebajar la presión de la izquierda sobre él, como se piensa Feijóo, sino que lógicamente la va a multiplicar. Cada vez que la izquierda quiera algo de Feijóo, ya sabe que sólo hace falta someterle a la suficiente presión. ¿Se da cuenta también de esto el votante del PP?
Donde dije digo, digo Alberto. Respecto al palacete del PNV, en un estado de derecho la propiedad se reclama en los tribunales y se establece por sentencia, no en reuniones con el gobierno para establecerla por decreto. Para lo primero evidentemente hace falta algún título de propiedad, para lo segundo basta tener votos que puedan condicionar al gobierno, este o uno anterior. Puesto que hablamos de un inmueble de 16 millones que puede rentar 1 millón anual, normal que VOX pueda interponer un recurso por financiación ilegal.
Feijóo no tiene firmeza para enfrentarse a la maquinaria mediática del PSOE, pero Moreno Bonilla sale diciendo ahora que hay que entenderse con el PNV, y claro, no te vas a entender con el PNV negándole el palacete. A estas alturas por tanto tampoco parece claro si lo que más temía el PP enfrentándose a este decreto era enfadar al PSOE, enfadar a Junts o enfadar al PNV. Lo que está claro es que el temor al rival es su motor. Electoralmente mejor para VOX este PP de Feijóo.
El PP, o por lo menos la parte que predomina en la cúpula del PP, y que seguramente no es la parte que mejor representa a su electorado, para decidir lo que debe hacer se limita a leer la prensa de izquierdas y pensar cómo tiene que actuar para complacerla. No escucha a su electorado, escucha a la izquierda. No sirve a su electorado, sirve a la izquierda. No siente que tiene que ser validado por su electorado, sino por la izquierda. Lo suyo por tanto es que el PP acabe votado sólo por la parte de su electorado que se sienta representado por Feijóo, Gamarra, Pons, Sémper o Moreno Bonilla. El PP o no es consciente de la gravedad de la situación, o carece de la voluntad de lucha necesaria para enfrentar esta critica situación. Feijóo piensa que todavía está en Correos o aspirando a presidir un cantón suizo, cuando estamos en pleno proceso de demolición del estado de derecho español.
