¿Qué es lo que distingue a los funcionarios del resto de los humanos? Habría múltiples respuestas a esta pregunta, alguna sin duda claramente maliciosa. Sin embargo, una diferencia sin duda fundamental es que el salario de los funcionarios lo pagan quienes no son funcionarios. Este es un hecho cierto al margen de todo lo eficaces, trabajadores, probos y honrados que sean los funcionarios. A todos nos interesa, por tanto, el trabajo de los funcionarios.
Comparativa por países.
Hoy mismo, el diario El País aborda una interesante comparativa europea respecto al número de funcionarios. Según los datos que cita este periódico, relativos a un estudio de la Unión Europea en 2008, Francia es la potencia europea con más asalariados públicos por habitante (1 de cada 12). Curiosamente, el estudio omite los datos de España. El País elabora sus propias cuentas a partir del último Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas editado por el Ministerio de la Presidencia, el cual cifra el número de asalariados del sector público en 2,65 millones (excluyendo aquellos que trabajan para entidades públicas empresariales de las CCAA). Las últimas cifras del INE, no obstante, elevan esta cantidad hasta los 3,08 millones de asalariados. Con este dato, el número de asalariados públicos en España llegaría a 1 por cada 15 habitantes. Una proporción inferior a la de Francia aunque superior a la de otros países como Italia (1 de cada 17) o Alemania (1 de cada 18) y muy lejos de alguno como Gran Bretaña (1 de cada 22).
El análisis anterior se complica notablemente cuando relacionamos el número de funcionarios no con la población total, sino con el número de trabajadores ocupados, el de pensionistas y el de parados. Es decir, poniendo en relación el número de personas que pagan a la Administración con el número de personas que cobran de ella. En este caso, en Navarra, la relación es sólo 1 que cobra por cada 1,19 que pagan. Evidentemente se trata de una proporción muy escasa.
Un puesto seguro.
El mismo análisis de El País cuestiona la fama de los funcionarios de tener un puesto para toda la vida, recordando que éste sólo es el caso de los funcionarios de carrera, que han accedido a su cargo por oposición, un contingente que El País cifra en 1,59 millones. El reverso de este argumento es la cantidad de personas que disfrutan de un salario público sin haber accedido a él por medio de una oposición. Una categoría en la que militan las personas que ostentan cargos de confianza, asesores y todo tipo de contrataciones que no han pasado por el filtro de una oposición pura.
¿Cuánto cobran?
Un dato sin duda chocante, tal y como lo refleja un análisis del Boletín Económico del Banco de España de febrero del 2006, es que los funcionarios cobran un salario que supera en un 44% el salario de un trabajador en un puesto equivalente en el sector privado. La cifra cobra especial sentido en un día como hoy, en el que se produce una huelga por la rebaja de sus salarios. En el caso de Navarra, según el mismo Boletín, el salario de los funcionarios es un 41% superior al de los empleados del sector privado.
Absentismo laboral.
Otro factor polémico del debate, pero que resulta insoslayable, es del absentismo laboral de los funcionarios. Se trata de un hecho periódicamente resaltado precisamente por resultar mucho más elevado que en el sector privado. Según datos nuevamente de El País, en la Comunidad de Madrid nada menos que el 22% de los empleados públicos falta al trabajo a diario. La cifra contrasta vivamente con el 4% correspondiente al sector privado.
Todo este conjunto de elementos, algunos de ellos discutibles y polémicos, resultan sin duda interesantes en un día como hoy para una reflexión relativa a los funcionarios. No obstante, algo parece que se ha tenido que hacer mal cuando hasta el primer trimestre de este mismo año ha seguido aumentando el número de asalariados públicos, si ahora hay que reducirles los salarios al no disponer el gobierno de dinero para pagarlos. La reducción de salarios, por otro lado, tendrá un efecto negativo sobre el crecimiento económico. Retomando el argumento con el que comenzábamos, todo esto nos incumbe sobremanera en la medida en que lo que realmente distingue a los funcionarios del resto de ocupados es que es el resto de ocupados quien paga –si puede- los salarios de los funcionarios.
13 respuestas
Una puntualización al escrito: el sueldo de los funcionarios no lo pagan los que no son funcionarios, lo pagamos entre todos, funcionarios y no funcionarios. ¿O los funcionarios no pagan también sus impuestos, de donde sale su sueldo?
Como el resto de los datos que se exponen tengan este rigor……
Claro que se paga entre todos, pero ellos con el sueldo que previamente han cobrado del dinero común.
La gran diferencia es que son un coste (administrativo, por eso se llama Administración) para la sociedad, no realizan una actividad productiva, sin embargo los otros contribuyentes sí aportan al PIB.
El Estado es como una empresa, si los costes son superiores a la facturación, mal negocio, puedes poedir prestado, pero si sigues sin ganar, a medio plazo quiebra, eso es lo que nos está pasando.
Qué quieres que te diga, Carlos.
No entiendo de Economía, pero no me dirás que es menos importante el trabajo que hace un bombero, o un neurocirujano, que el que hace un abogado en su bufete.
¿Que no aportan al PIB? Seguro que el abogado tampoco.
Y te equivocas en cuanto a que el Estado es como una empresa. ¿Desde cuando su objetivo tiene que ser ganar dinero? ¿O ese no es el objetivo de toda empresa que se precie?
Mira que hay motivos para darles caña a los funcionarios, pero no estáis dando ni una.
Yo no he dicho que sea menos importante, sin que es un coste.
Tampoco he dicho que la Aministración tenga que ganar dinero, sino que si tiene déficit eso se financia con Deuda pública y si no se corrige el déficit la Deuda acaba asfixiandote, que es lo que precisamente la ocurre a España.
Tampoco les estoy dando caña a los funcionarios, mi padre lo era y mujer lo es, creo que conozco bien ese tema.
Veo que no sabes mucho de economía, pero tranquilo, en dos tardes, como Zapatero, te pones al día.
Me parece que no estamos discutiendo si los funcionarios lo hacen mejor o peor. Si algunas actividades se podrían ampliar o recortar. El punto es que la Administración es un gasto. No genera riqueza. Y que por tanto hay que tener mucho cuidado con los recursos (por muy buenos que sean y por muy bien que trabajen)que se dirigen a gasto. Porque los ingresos tienen que ser superiores a los gastos. Si no, hay deuda. Y para que haya ésta alguien se tiene que fiar que tú las vas a devolver. Es decir, que la Administración vaya a tener ingresos a futuro. Es decir, que va a recaudar a futuro del sector privado, que es quien genera. Y lo que me parece evidente es que tenemos un gasto público exagerado, que no es viable, que no se va a sostener si seguimos así. Y la salida es premiar al sector privado que es el que posibilita el público. La mayoría de los universitarios quieren ser funcionarios … Así vamos mal.
La administración sí genera riqueza. ¿cómo que no? No es generación directa, sino todavía más: un presupuesto básico de toda sociedad, previo a la generación de riqueza (en dinerito contante y sonante, del sector público.
La seguridad jurídica (el estado de derecho), la asistencia sanitaria, las coberturas de desempleo, la educación obligatoria, la media y la universitaria, las FFAA, los servicios a la comunidad prepstados por Ayuntamientos, Diputaciones y Administración Central (desde el mantenimiento y limpieza de calles pasando por bomberos, policía, etc.. hsta los servicios diplomáticos, cámaras de comercio, asistencia social, etc..)
Todo suma. Obviamente en estos tiempos, tendremos que recortar servicios públicos y conformarnos con un mínimo; y tendremos que reformar a fondo otras instituciones de derecho político y social, pero nadie quiere que desaparezcan los Ayuntamientos, por ejemplo, ni la policía, ni nuestras Fuerzas Armadas, ni la Seguridad Social.
Evidentemente aquí el problema es de concepto.
Algunos llaman al presupuesto público GASTO. Otros creemos que ese dinero que «gastamos» en lo público es una INVERSIÓN.
Así que no es lo mismo pensar que nuestro dinero se está gastando, o pensar que se está invirtiendo. En este caso se está invirtiendo en pagar a unas personas que nos van a operar de apendicitis, o nos van a sacar de nuestro piso en llamas, o van a defendernos de un ataque terrorista.
Ls Administración es necesaria pero en su justo tamaño. Hay que hacer es un uso racional de las cosas.
Lo que es inviable es un modelo de estado en el que la Administración se ha convertido en un gigante muy mal gestionado y muy caro de mantener.
Es un despropósito el tamaño de la administración estatal, autonómica provincial y local.
En España hemos consentido este crecimiento sin control. No hay mas que mirar a nuestro alrededor para ver paises que lo hacen mucho mejor. Cualquier extranjero, con sentido común ve esto y le da la risa.
En mi opinión, la Administración sólo se justifica cuando no hay alternativa. Si algo lo puede hacer la sociedad civil, entonces no está justificado que lo haga la Administración. Y es que la Administración siempre gestiona peor que el sector privado porque los puestos son fijos, porque no hay competencia y porque los recursos que gestiona no son suyos. La experiencia demuestra una y otra vez que gestiona mejor el sector privado. Por tanto el gasto público para cosas que podría hacer el sector privado no es una inversión, sino en todo caso una mala inversión. Y además pienso que casi todo lo que hace el sector público de hecho lo podría hacer el sector privado.
Me parece evidente, por lo demás, que el salario de los funcionarios lo pagamos quienes no somos funcionarios, aunque los funcionarios paguen impuestos. Porque los impuestos que pagan los funcionarios los pagan con el dinero que cobran. Y el dinero que cobran es que el paga el sector privado. Ta sencillo como que el salario de los funcionarios, a diferencia del de los demás, sale de los Presupuestos. Y me preocupa bastante que los propios funcionarios o buena parte de la gente, a tenor de los votos del comentario de «a la contra» no sea consciente de esto.
Respecto a la huelga, es terrible que con un 22% de absentismo no se vaya ni a notar que hay huelga hasta que se alcance un seguimiento del 23%. O que en un puesto equivalente los funcionarios cobren un 40% más que los trabajadores del sector privado. ¿Se puede llamar invertir a eso?
Todas estas «inversiones» públicas o semipúblicas en servicios que podrían realizar el sector privado tienen una consecuencia directa destructiva: Eliminan la competencia. Quién va a competir contra los presupuestos del Estado? Nadie. Si no hay competencia, la eficencia cae junto con la productividad. Entonces no es inversión, es despilfarro.
Cada uno debe saber qué sabe hacer. Y el sector privado gestiona más eficazmente. Genera riqueza. Activa iniciativas. Emprende. Arriesga. Invierte y con los retornos, premia. El Estado es necesario, y la Administración de algunos servicios generales también. Pero el principio debe ser claro: Lo que pueda hacer el sector privado, que lo haga éste. Nos va a salir mucho más barato a todos. Entonces, cuál es la función de lo público? Arbitrar. Garantizar que se cumplen las reglas de juego. Y sólo eso.
Cuando se murió Franco, el número de funcionarios en España no llegaba a un millón. Hoy tenemos (vistos los datos de arriba) en torno a 3 millones.
Cuando murió Franco, el número de habitantes en España rondaba los 38 millones. Hoy hay 46 millones.
En tiempos de Franco ya eran públicas la sanidad y la educación. Encontes ¿para qué narices necesitamos casi 3 veces más de funcionarios por persona?. ¿Qué es lo que hace por nosotros tanto funcionario?. ¿Qué riqueza, seguridad, apagaincendios… generan de más ahora?
DOMINAR EL GASTO PÚBLICO: DISMINUIR EL NUMERO DE FUNCIONARIOS
Las economías presupuestarias deben concernir a todos los sectores. Esto implica una política progresiva de disminución del número de funcionarios.
Ello se consigue no creciendo las plantillas, no renovando automáticamente las jubilaciones, transfiriendo actividades al sector privado y evitando dobles administraciones con las mismas
competencias empeñadas en solaparse o perjudicarse.
El mismo hecho de controlar la emigración y retornar a los ilegales a su país de origen disminuirá sustancialmente los funcionarios de sanidad, educación y servicios sociales.
La liberalización de la economía y la simplificación de la legislación fiscal hará posible una disminución de los efectivos de las administraciones financieras.
La apertura del servicio postal a la concurrencia incitará a los responsables a acrecentar su productividad.
1. Subsidiaridad.
2. El contrabando es cosustancial a la muga. Cuando desaparece ésta, desaparecen los vistas de aduanas, los carabineros y los contrabandistas.