No se trata sólo de celebrar el 50 aniversario de la muerte de Franco, nos dice el gobierno, sino de combatir al franquismo que sigue vivo. Porque de lo que se trata es de perpetuar el guerracivilismo, la división y el enfrentamiento entre españoles para fidelizar el voto. Todos los que no son sanchistas son franquistas. Franco vive. Pedro o Paco. En julio del 23 el mensaje era mejor la amnistía o la mentira que un gobierno de la extrema derecha, y funcionó. Ahora el mensaje es que mejor la corrupción que un gobierno franquista. Lo más grave que puede hacer un gobernante, más que robar, más que gestionar mal, más que mentir, es sembrar el odio entre los españoles. El odio al otro lado del muro lo justifica todo a este lado del muro. ¿Cómo se llegó a una guerra civil en España? Sembrando antes odio a mansalva, sin duda. No existe por tanto peor delito para un político que sembrar odio. Nada nos pone tanto en riesgo como nación, nada nos debilita tanto.
La supuesta amenaza franquista, expresada en la idea de que el franquismo sigue vivo, es sin embargo algo todavía más siniestro que sembrar odio para fidelizar el voto o para justificarlo todo. Bajo la premisa de que hay que depurar a los franquistas infiltrados en todas las capas de la sociedad española, lo que se está buscando en un pretexto para colonizar la justicia, para politizar la policía y el ejército, para establecer la censura, para perseguir al disidente. Franquista es todo el que le lleva la contraria al gobierno. O alabas al gobierno o eres máquina del fango, desinformación, discurso del odio y finalmente Franco. Este gobierno no es que vaya a utilizar, es que ya está utilizando la supuesta amenaza franquista o ultraderechista para establecer un régimen de excepción.
Irónicamente esto ya lo hemos visto hacer antes en España, concretamente en su máxima expresión en el País Vasco y Navarra. Hace no tanto era la ETA la que, para justificar la eliminación del contrario, lo etiquetaba previamente como fascista. Hasta hace poco eran los socialistas los señalados como fascistas por la ETA para justificar su eliminación. Ahora el PSOE ha empezado a hacer lo que hacía la ETA. La lógica de marcar al que piensa distinto como fascista es justificar las acciones totalitarias que después vendrán contra el. No sólo es que si marcas a alguien como fascista te legitimas para actuar contra él, es que si marcas a alguien como fascista no se entendería que no actuaras contra él, podrías ser reprobado si no actúas contra él. La pendiente a la que nos conduce el sanchismo es un asunto por tanto de la más extraordinaria y letal gravedad.
Finalmente, puesto que empezábamos hablando de matemáticas, el hecho es que han pasado 50 años desde la muerte de Franco. Es decir, que todo el que tenía 20 años cuando murió Franco ahora tiene 70 años. ¿Cómo va a estar tomado por tanto el mundo judicial, militar o policial por antiguos franquistas? Los jueces tienen que jubilarse forzosamente a los 70 años. Los militares a los 65. No hay ni un juez o militar en activo que ya fuera juez o militar en tiempos de Franco. La diputada más vieja del Congreso es la socialista Cristina Narbona, que tiene 73 años. Sólo hay 18 diputados en el Congreso con más de 65 años, y 11 son sanchistas. No hay franquistas en la política activa ni en la judicatura ni en las instituciones del estado. Lo que intenta la izquierda es depurar a todo el que le lleva la contraria tachándolo de franquista. Si hace falta, hasta Elon Musk es franquista.