La sustitución poblacional no es una teoría conspiranoica

El debate sobre la sustitución poblacional llega tarde. Es decir, hay personas que ahora empiezan a debatir si la teoría del reemplazo es o no es una teoría conspiranoica. Este debate empieza a tomar cuerpo porque, evidentemente, aumenta el número de personas y creadores de opinión que le otorgan verosimilitud. El problema es que como decíamos el debate llega tarde. No es que la sustitución poblacional no sea ya una teoría conspiranoica, sino que ni siquiera es una teoría, es ya un hecho efectivo, basta mirar a nuestro alrededor.

Las cifras de población están sobre la mesa. Por un lado los nacimientos caen en picado con carácter general, pero dentro de esta caída de los nacimientos sucede además que un gran y creciente porcentaje de los nacimientos son de niños nacidos de padres de origen inmigrante. Esto no es una proyección, es sólo una descripción. Naturalmente la proyección de esta realidad ya presente es que la población futura será muy mayoritariamente descendiente de población inmigrante.

Adicionalmente, la población española crece, pero por lo expuesto no crece a causa de los nacimientos, que como por otra parte se señalaba son nacimientos de niños de padres mayoritariamente extranjeros o de origen extranjero, sino que la población crece por la llegada masiva de inmigrantes. Nos encontramos por tanto ante una situación en la que los dos vectores de sostenimiento de la población, los nacimientos y la inmigración, nos abocan por completo a una extranjerización de la población.

Sin duda, a la hora de hablar de sustitución poblacional, tenemos de un lado una sustitución racial. La sociedad española va a ser una mezcla de razas que nada tendrá que ver con la de hace unas décadas. Pero además y sobre todo a lo que podemos asistir es a una sustitución cultural. El reemplazo racial será un hecho material objetivo e inevitable, pero la pregunta es si además vendrá acompañado de un reemplazo en las ideas, la visión del mundo, los valores, la religión, la cultura. Lo que ya está sucediendo en alguna medida en nuestras calles y lo que sucede en otros países que nos llevan delantera en este asunto invita a pensar que asistiremos a un choque cultural. O sea, que va a existir un conflicto ¿Qué cultura se impondrá? Como en el cuento del lobo blanco y el lobo negro: la que sea más alimentada, la que reciba un contingente más nutrido. Desde luego la velocidad a la que estamos acogiendo tanta población inmigrante nos coloca no ante que nuestra cultura los asimile poco a poco a ellos, sino ante que los inmigrantes formen grandes zonas de población inmigrante, que en los colegios los escolares sean mayoritariamente inmigrantes y que los asimilados en definitiva acabemos siendo nosotros.

La pregunta por consiguiente no es si estamos ante una teoría del reemplazo, porque es evidente que está sucediendo. Ni es teoría ni es conspirativa, es ya un hecho. Lo que podemos dudar es si se trata de algo que forma parte de un plan prestablecido, y que esto que tenemos ahora es un resultado deseado y planificado por las élites políticas y globalistas desde hace años, o si de algún modo es sólo el resultado de una serie de políticas inconscientes y buenistas que nos han traido sin querer a este punto. Sea como sea el resultado es el mismo, la única diferencia es si hasta aquí nos han traído idiotas o malvados. Por otro lado no faltan quienes todavía abrazan la situación con agrado, sea esta situación resultado de la inconsciencia o de un plan de sustitución maquiavélicamente elaborado. El problema con la sustitución cultural es que no es como cuando llegaron los romanos con una cultura superior, sino que nos enfrentamos a una sustitución más parecida a la Caída de Roma. Si la sustitución cultural consiste en convertir esto en el mundo del que vienen huyendo, tenemos un problema con esta sustitución.