Que Navarra tiene un problema con el precio de la vivienda lo reconoce ya hasta María Chivite. La cuestión es que el problema que detecta la presidenta más progresista de Occidente no es que falten viviendas, o que el poder adquisitivo real se haya estancado hace mucho, sino que el problema es que falta un organismo público más. Y eso que ya existe Nasuvinsa, un organismo público dedicado precisamente (con los resultados ya conocidos) a promover y gestionar la vivienda desde la administración.
Seguramente aparece en alguna página del libro de los principios de Peter que crear otro organismo más es el recurso de todo gobierno inepto a los problemas que no puede solucionar. Por eso el tamaño de los gobiernos suele ser directamente proporcional a su inepetitud y el tamaño de los gobiernos tiende siempre a aumentar. ¿Sirve la creación de un organismo más para resolver realmente el problema? ¿Lo cree de verdad Chivite? La pregunta más bien sería, ¿qué problema quiere solucionar realmente Chivite con la creación de este organismo, el problema de la vivienda o el problema de que parezca que hace algo respecto al problema de la vivienda? Para lo único que va a servir este organismo es para que, cuando se le pregunte a Chivite sobre el problema de la vivienda, la presidenta pueda decir que a este gobierno de tan marcado carácter progresista y social le preocupa extraordinariamente el problema de la vivienda, y que en contraste con la indiferencia hacia la gente que mostraría un gobierno de la derecha, este gobierno ha decidido de forma pionera en el mundo crear un órgano que se encargue de solucionar el asunto. Pero que naturalmente hay que darle tiempo y por supuesto seguir confiando en este gobierno.
¿Qué pasará cuando el problema de la vivienda siga agravándose pese a la creación de este nuevo organismo? Eso al menos ya lo sabemos, porque como decíamos existe un organismo previo que tenía que haber resuelto ya este problema, por lo que cuando el problema no se resuelva la solución será crear un tercer organismo. Cuando se vea que el nuevo organismo no sirve para nada, o ya habrán vuelto a ganar o tras elecciones, o se creará otro organismo para estudiar por qué no funcionaron los organismos anteriores. Es lo que la izquierda gobernante hará hasta que la gente deje de creer en este tipo de anuncios y en los gobiernos que ofrecen este tipo de soluciones.
¿Qué es lo que va a ocurrir seguro? Naturalmente que aumentará el presupuesto y el gasto de la administración foral con la creación de este organismo, que tendrá una dirección, unos empleados, unos locales, y unos costes añadidos que pagaremos todos y que se sumarán a los ya elefantiásicos gastos del gobierno. Ahora vas a tener que pagar tu piso además y este organismo. Si este organismo ocupa un piso, habrá un piso menos habitable en Navarra. ¿Cuál es la alternativa? Aumentar la oferta de vivienda y mejorar el poder adquisitivo de los navarros. Lo primero es complicado, porque supone aumentar la oferta de suelo disponible (liberalizar suelo) o proteger al propietario que pone su piso en alquiler, dando la vuelta como un calcetín a toda la política actual del gobierno, y lo segundo es difícil e implica una buena gestión de la economía. Crear un organismo público más a costa del dinero de todos, para que parezca que se hace algo, está sin embargo a la altura del más inepto de los políticos. Será casualidad que sea justo eso lo que hace el gobierno.
Un comentario
El Gobierno ha confirmado su intención de prorrogar el decreto antidesahucios. De confirmarse, las víctimas de la okupación tendrán que esperar otro año más para poder recuperar sus viviendas, algo que, en muchos casos, se antoja insostenible. Extraído de una red social: «Cuatro años y nueve meses de abuso… ¿Qué más quieren de nosotros?», se pregunta entre la rabia y la desesperación Kathy, presidenta de la recién creada Asociación de Propietarios de Viviendas contra la Inseguridad Jurídica (Aprovij) y víctima de la inquiokupación. Su particular calvario empezó precisamente al poco de aprobarse el polémico decreto y su entonces inquilina se lo dejó muy claro: «No te voy a pagar más, porque sé que estoy protegida y, como me cortes los suministros, te destrozo la casa y la vida». Desde entonces, ha emprendido una batalla legal que parece no tener fin y que no solo está arruinando a su familia —lleva más de 25.000 euros perdidos—, sino que también le está costando la salud y casi la vida. Nadie sabe lo que es esto hasta que no lo sufre en sus propias carnes. Llegas por pensar hasta en suicidarte». ¿Quién se atreve así a alquilar su vivienda? Poca oferta, subida de demanda, precios por las nubes. Unos genios gestionando problemas.