Suele repetirse la premisa de que, en la actualidad, no hay diferencias ideológicas entre la izquierda y la derecha. Pero no es cierto. Una de esas diferencias, acaso una de las más fundamentales, es la distinta forma en la que ambas conciben el estado. Porque la concepción del estado puede adoptar dos formas, la del estado paternalista y la del estado subsidiario.
El estado paternalista.
Es la forma más común de concebir el estado, especialmente en Europa. Cuando se dice que entre la izquierda y la derecha existen escasas diferencias ideológicas, suele aludirse al hecho de que la derecha, frecuentemente, comparte con la izquierda un modelo de estado paternalista. El estado paternalista es aquel que se encarga de todo. El estado paternalista tiene un ministerio, una consejería, un departamento, un gabinete, una subsecretaría o una comisión que se encarga hasta del más minúsculo aspecto de nuestras vidas. El estado paternalista lo regula todo hasta el ridículo y continuamente emite un número creciente de ordenanzas, reglamentos, leyes, decretos y normativas de toda índole que prevén y regulan al detalle todos nuestros comportamientos. En un estado paternalista la vida entera de una persona puede transcurrir en el seno del estado: naciendo en un hospital público, creciendo en una guardería pública, formándose en un colegio público, estudiando en una universidad pública, casándose en un ayuntamiento, trabajando en la administración pública, viviendo en una VPO, viendo canales de televisión públicos, cobrando una pensión pública y volviendo al principio para morir en un hospital público. El estado paternalista, como es lógico, conforme se va ocupando de todo tiende a consumir la totalidad de los recursos. Una variante del estado paternalista es el estado totalitario. En realidad, todo estado paternalista es un estado totalitario, aunque a menudo sólo lo percibimos con claridad al tropezar con alguna de las infinitas reglas e imposiciones del estado paternalista. Un estado paternalista es el caldo de cultivo óptimo para que una determinada ideología, al alcanzar el gobierno, se convierta en obligatoria a través de los infinitos mecanismos intervencionistas del gigantesco y omnicomprensivo aparato del estado.
El estado subsidiario.
Por el contrario, los partidarios del estado subsidiario piensan que el estado no debe encargarse de nada de lo que se pueda encargar la sociedad civil por sí sola. Si podemos hacerlo nosotros, no hace falta que lo haga el estado. Si es la sociedad quien se encarga de hacerlo, no hace falta crear una consejería, un departamento, un ministerio ni una subsecretaría que se encargue de hacerlo. Consecuentemente tampoco hace falta pagar esa burocracia. Si el estado no se ocupa de ello, tampoco hacen falta directivas, reglamentos, ordenanzas, leyes ni normas que nos impongan lo que tenemos que hacer o cómo tenemos que hacerlo. Podemos hacerlo de otro modo si queremos. En un estado subsidiario el estado no decide por nosotros. La responsabilidad, por tanto, no recae en el estado sino en los ciudadanos. En un estado subsidiario los ciudadanos eligen el colegio de sus hijos o el hospital en el que quieren ser atendidos. A quien no tiene recursos, lo que hace el estado es pagarle los gastos. La Educación o la Sanidad son de hecho universales, pero en el esquema del estado subsidiario no es lo mismo universal que público. Consecuentemente nadie carece de Educación o Sanidad, pero la sociedad se ahorra una red universal de hospitales y colegios públicos. En un estado subsidiario el concepto del estado del bienestar cede ante el concepto de que es posible el bienestar sin estado. En un estado subsidiario el gobierno no puede imponer fácilmente su ideología a través del aparato del estado, porque el estado se encarga de la mínima cantidad de cosas posibles. En un estado subsidiario los ciudadanos contemplan permanentemente al estado con una mirada suspicaz, preguntándose si no hay ya demasiadas cosas sobre las que decide el estado.
La crisis actual y los defensores del estado.
La situación actual de la economía nos sitúa no ante el dilema de qué clase de estado queremos, sino ante la pregunta de si tenemos recursos para seguir pagando un estado paternalista. Puede que ya no podamos elegir el modelo de estado si ya no somos capaces de pagarlo. La sociedad civil tendrá que empezar a preguntarse de cuántas cosas de las que actualmente se encarga el estado podría ocuparse ella misma. Paradójicamente quienes han llevado a la quiebra el modelo de estado paternalista han sido sus defensores. Lo han matado a causa de su gigantismo. El estado paternalista se caracteriza por su tamaño, su voracidad fiscal y su ineficacia, todo lo cual lo convierte en un estado grande pero débil. Por el contrario el estado subsidiario es pequeño y barato, pero fuerte y eficaz. El último error de los defensores del estado paternalista ha consistido en pensar que sería el estado quien sacaría a la sociedad civil de la crisis. La cruda realidad ha demostrado, por el contrario, que sin sociedad civil que lo pague no hay estado.
5 respuestas
Este es el verdadero debate de actualidad. Gracias por abrirlo con tan clara exposición.
Y quien piensa que esta llamada «crisis» se originó en N.Y. en el sector financiero-bursátil-inmobiliario… podía abrir los ojos y darse cuenta que los enormes caudales de deuda pública (y privada) que iba acumulando la sociedad solamente se podían sostener con tasas muy bajas de tipos de interés. Así, los bancos centrales perdieron su tradicional independencia y tuvieron que seguir las órdenes de los políticos-gobernantes: «mantener bajos los tipos de interés» para poder financiar el ESTADO NODRIZA (que Vdes. llaman «paternalista») Eso desencadenó un consumo y una inversión desenfrenados sin apoyo de un ahorro inexistente y entonces desprestigiado. Provocó ello un ciclo alcista de 15 años (jamás visto en la historia) y cuando el mercado sospechó que los precios en el inmobiliario ya no podrían subir más, … ya estaban bajando y todo se desmoronó. La actual «crisis» no es «crisis». Es un ciclo bajista de recesión, bendita recesión, que estará bastante tiempo saneando las economías: familias, empresas y por fin ahora los Estados que gracias a Grecia se han asustando finalmente. Esta mal llamada «crisis» (bendita recesión que nos está salvando del precipicio)ha surgido de la imposibilidad de financiar el estado nodriza con tipos de interés remuneradores para fomentar el ahorro.
Entiendo lo que se quiere decir y estoy de acuerdo. Sólo sugerir que el término ‘paternalista’ sin más, y en el contexto actual, no se si es muy acertado. Yo hubiera utilizado la expresión estado totalitario sin más. Paternalismo hace referencia a un padre posesivo y puede transmitir una imagen negativa de la paternidad, cuando lo que hace de hecho el estado totalitario es intentar sustituir a los padres de familia en sus tareas. La idea central es que un Estado subsidiario es un estado que respeta una sociedad de padres y madres responsable, que asumen sus tareas fundamentales en la construcción del tejido social y las instituciones de la sociedad civil.
De acuerdo con NC y «comentaristas».
Añado dos campos:
1,. Para elevar la calidad en la enseñanza pública, el gobierno británico ha elegido estimular la diversidad y la autonomía de las escuelas. La diversidad ha hecho posible iniciativas con éxito en escuelas de barrios pobres en EE.UU. En cambio, un informe oficial francés (L’éducation nationale face à l’objectif de la réussite de tous les élèves) revela que “el igualitarismo de nuestro sistema (del frencés) perpetúa la desigualdad”.
2. El modelo sanitario actual no parece sostenible (McKinsey 2009) Quizá sea oportuno pensar en un discreto copago: los españoles vamos al médico 8,1 veces/año, mientras que en la UE-15 la media es de 5,8 veces y tenemos un gasto farmacéutico per cápita un 40% superior al promedio de la UE-15. Por otra marte, casi 10 M de españoles pagamos algún tipo de seguro privado, lo cual supone ya el 30% del total
Totalmente de acuerdo con el artículo y los comentarios. Y aún añadiría un calificativo más para la denominación de este Estado: TUTELAR. La izquierda tiende a tutelar las responsabilidades personales de todos e imponer su moral, y como mejor se consigue todo ello es a través del subsidio, la subvención y la intervención.
«En un estado subsidiario el gobierno no puede imponer fácilmente su ideología a través del aparato del estado»
Conforme, pero tengo dudas:
¿En este estado subsidiario podrá haber entonces escuelas donde, si los padres así lo desean, se de una formación laicista militante, proaborto y a favor de la absorción de Navarra en un Euzkadi?
¿En una zona de pequeños municipios donde la iniciativa privada no de como para crear una red de escuelas que se ajuste a las diversas doctrinas e ideologias, que se hace?
¿Cual es el plan de ruta para cambiar del estado paternalista al subsidiario? Porque así, como de golpe, me parece que no.