Economía para wokes: las empresas que tienen beneficios son buenas, el problema son las que tienen pérdidas

La izquierda tiene un problema con las empresas. Las empresas son el mal. Si cabe alguna matización, es entre las empresas que ganan dinero y las que lo pierden. A las empresas que pierden dinero todavía se les puede prestar ayuda, incluso mantenerlas artificialmente vivas. Una empresa que pierde dinero es como una empresa pública, algo bueno. Se puede admitir en el grupo de los puros a los empresarios que pierden dinero. Si pierden dinero es que no serán tan avariciosos o malas personas como los empresarios que ganan dinero.

Puede parecer una exageración o una ridiculez, pero no lo es. Este es el discurso que late en el fondo de la persecución de la izquierda a los empresarios. Es también la justificación de la constante expoliación gubernamental de los beneficios empresariales. El sanchismo se ha pasado toda la legislatura anterior inventando impuestos sectoriales para expropiar a las empresas con beneficios. Los beneficios son como una cosa sucia por la que has de pagar una penitencia. El impuesto que se paga es como el perdón que compra la empresa por haber cometido el pecado de tener un beneficio. Porque para tener beneficios hay que hacer cosas malas y sucias. Por eso sólo se puede perdonar a la empresa o al empresario que pierden dinero. Por eso el ideal izquierdista de empresa es la empresa pública, sin empresario, sin propietario particular y sin beneficios. En el mundo ideal de la izquierda todas las empresas son públicas, o todo el beneficio de las empresas con ganancias sirve, redistribuido por el estado, para mantener a las empresas que pierden dinero. Y todavía hay quien se pregunta por qué las economías socialistas desembocan siempre en la ruina.

Pese a los prejuicios ideológicos de la izquierda contra los beneficios, una empresa con beneficios es como una fuente, y una empresa sin beneficios es como una cisterna con un agujero. ¿Quieres tener agua? Pues más te vale tener más fuentes que depósitos con agujeros. ¿Quieres una política económica provechosa? No redirijas el agua de las fuentes a depósitos con agujeros. Cuida a los empresarios y las empresas que ganan dinero.

El beneficio no es por lo demás un regalo que cae del cielo. En primer lugar el beneficio es el resultado de haber corrido un riesgo. Para poner en marcha una empresa hace falta un capital, normalmente prestado. En un negocio el empresario o el inversor se juegan el 100% de lo que aportan a ese negocio. Por eso es absurdo pretender que el beneficio de alguien que se juega el 100% tenga que ser el 1% (para eso no monta una empresa, no arriesga, no le dedica tiempo y se compra bonos del estado), o incluso el 10%. Si alguien monta dos negocios y uno le sale mal, en el otro tiene que ganar el 100% sólo para compensar las pérdidas del negocio que le ha salido mal. Si por otra parte el gobierno se lleva el 25% de lo que gana una empresa, el problema es que los beneficios de esa empresa decrezcan, no que se multipliquen por 100. El gobierno debería estar encantado con los grandes empresarios exitosos en vez de insultarlos.

Llevarte una parte demasiado grande de los beneficios de una empresa puede tener además evidentes efectos colaterales indeseados. Desde luego dejas de ser un lugar interesante para que vengan empresas de fuera a instalarse. El extranjero empieza a convertirse un lugar interesante al que marcharse para tus propias empresas. Pero es que además si dejas a las empresas sin beneficios, no pueden reinvertir. Los beneficios de una empresa no se reparten sin más entre los propietarios, como parecen creer los políticos izquierdistas, sino que en buena medida se reinvierten en la propia empresa para crecer, expandirse y mejorar su productividad. En la medida en que tu política fiscal y antiempresa deja menos dinero en la caja, las empresas pueden reinvertir menos en ellas mismas, y entonces son menos competitivas, y entonces venden menos, y entonces tienen menos beneficios, y entonces no crecen, o tienen que decrecer, y en vez de crear empleo lo recortan, y caen en un círculo vicioso, y reinvierten menos, y hasta pagan menos impuestos porque generan menos. Malo es que te meta en un círculo vicioso el mercado, pero peor aún que te meta tu propio gobierno. Si los países antiempresa no funcionan es por buenos motivos.

Vivan los beneficios. A diferencia del empresario, el trabajador en la empresa no se juega su propio dinero ni tiene que poner un capital inicial, que puede perder, para empezar a trabajar. Si los beneficios caen a la mitad, los salarios no caen a la mitad. Hay políticos que pretenden ligar los salarios a los beneficios, pero sólo cuando los beneficios suben, desconociendo que casi todas las empresas son cíclicas o que las subidas de los beneficios no son lineales. O que todas las empresas tienen un ciclo vital, como los seres vivos. Cuando una empresa un año tiene pérdidas, no puede dejar de pagar sus salarios. Puede cerrar. Puede tener que reducir plantilla. Puede tener que pedir un crédito. Pero no puede dejar de pagar los salarios. No hay por lo demás una oposición absoluta y radical entre el empresario y el trabajador. El conjunto de los intereses de los empresarios y el conjunto de los intereses de los trabajadores tienen una zona de divergencia y una zona de intersección. Si a las empresas les va mal es imposible que eso repercuta beneficiosamente sobre los trabajadores. No es que el socialismo pueda salir mal, es que no puede salir bien. La política de la izquierda es quitar el agua a la planta que crece para regar la planta muerta, satanizar a la planta que crece, insultar a la planta que crece. Hasta que acabas teniendo dos plantas muertas.

Compartir este artículo

Te puede interesar..

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

  • Navarra Confidencial no se responsabiliza ni comparte necesariamente las ideas o manifestaciones depositadas en las opiniones por sus lectores. Cada usuario es único responsable de sus comentarios
  • Los comentarios serán bienvenidos mientras no atenten contra el derecho al honor e intimidad de terceros, puedan resultar injuriosos o calumniadores ,infrinjan cualquier normativa o derecho de terceros , empresa, institución o colectivo, revelen información privada de los mismos, incluyan publicidad comercial o autopromoción y contengan contenidos de mal gusto.
  • Se procurará evitar en lo posible los comentarios no acordes a la temática publicada
  • Navarra Confidencial se reserva el derecho de eliminarlos

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Navarra Confidencial
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@navarraconfidencial.com.
Logo_Positivo.webp
Logo_Positivo.webp

Suscríbete a nuestro boletín