En los tiempos que corren las noticias hay que agruparlas de 3 en 3 para por dar abasto si se pretende que no pasen por completo inadvertidas a nuestra atención. Porque efectivamente, mientras nos distraemos con insignificancias como el hedor a sospecha que envuelve a todo el entorno presidencial, el dinero público sigue fluyendo a toda velocidad como una riada valencia. Y aquí hay muchas cosas a tener en cuenta y considerar.
Mientras los españoles cada vez se encuentran con más problemas para llegar a fin de mes, y sufrimos una fiscalidad asfixiante que afecta primero a los ingresos,y después a todos los gastos necesarios relativos a la energía, la vivienda, o los vehículos, ¿tenemos a cambio unos servicios públicos de primera o cada vez son más precarios? Si hay una DANA, ¿te auxilia el estado de inmediato o te deja al menos cuatro días tirado?
No parece que los servicios públicos vayan tan bien o que los españoles anden tan desahogados a fin de mes como para que el dinero público se pueda gastar alegremente en todo tipo de gastos que no son de primera necesidad. Al contrario de lo que pretende Broncano, el dinero de RTVE sí que sale de los hospitales. O sea, el dinero de Broncano o de los consejeros de RTVE no sale del presupuesto de Sanidad sino del de RTVE, pero el dinero de RTVE es dinero de los Presupuestos Generales del Estado que va al presupuesto de RTVE en vez de al presupuesto de Sanidad. Es un escándalo la forma en que el gobierno reparte a manos llenas en cosas prescindibles y no esenciales el dinero que después, tras pagar sus impuestos, le falta a fin de mes a la gente común.
Lo que hace el gobierno por otro lado con el dinero de todos es algo peor y más perverso que malgastar, es comprar adhesiones. ¿Cómo no van a ser devotos del gobierno unos sindicatos, unas organizaciones o unos consejeros que cobran del gobierno cantidades multimillonarias? ¿Cuánto nos cuesta a todos pagar y mantener a los devotos del sanchismo?
Si por otro lado hace falta pagar a la gente para defender algo, es que eso no se defiende bien por sí sólo. Y también es llamar tontos a todos los que defienden gratis al gobierno.