Hubo una medida que el gobierno de España sí tomó de manera inmediata al producirse las inundaciones mortales en la Comunidad Valenciana, y esa medida fue la toma por asalto de la televisión pública. Sánchez cambio las normas para nombrar a los miembros del Consejo de RTVE para poder ejercer junto a sus socios un control absoluto. ¿Por qué actuar así en ese momento? ¿Por qué se paralizó toda la actividad parlamentaria menos para esto? Seguramente porque, por un lado, querían que la tragedia tapara el debate sobre este asunto y, por otra parte, de cara a la gestión informativa y la utilización política de la tragedia mejor tener ya perfectamente atado el control de la televisón pública. Hoy mismo ha quedado validado el asalto por una mayoría tan ajustada que no hubiera sido posible sin el voto de Abalos. Del provecho que Abalos pueda sacar de ello no cabe naturalmente sino especular al respecto.
El PSOE y sus socios no han perpetrado este asalto a RTVE para nada. Los consejeros que han colocado al frente de TVE no tienen ni sombra de una remota apariencia de imparcialidad. Todo lo contrario, lo que ostentan es una acreditada carrera al servicio del sanchismo. Los méritos de los nuevos consejeros son haber mentido al servicio del sanchismo, haber difundido bulos al servicio del sanchismo, haber protagonizado campañas contra los enemigos del sanchismo, haber formado parte de gobiernos sanchistas o no haber formulado jamás crítica alguna al sanchismo.
El caso de Angélica Rubio es uno de los más paradigmáticos e ilustrativos de este nuevo consejo de administración de RTVE. Rubio es nada menos que directora de El Plural, medio digital de filiación obscenamente sanchista. Pseudomedio, máquina del fango o propagador del discurso del odio son etiquetas utilizadas por la izquierda todas las cuales le sientan como un traje a medida a El Plural. El caso más reciente y llamativo es el de atribuirle falsamente al juez peinado, el que está investigando a Begoña Sánchez, tener dos DNI para ocultar propiedades y movimientos inmobiliarios. Esta gente es la que el sanchismo ha puesto al frente de TVE, la que todos pagamos, para cambiar información por adoctrinamiento. Hugo Chávez o Maduro no lo harían mejor.
Como puede apreciarse fácilmente por su perfil, todos los consejeros que el sanchismo ha promovido mediante un cambio legal para tomar el control de RTVE son personas con una adscripción política que las inhabilitaría por completo para una televisión pública independiente. Todos ellos tienen carnet de partido, han figurado en las listas de un partido, son creadores de opinión claramente sanchistas o han estado trabajando para distintos líderes de la izquierda y del nacionalismo. Todo lo que deberían ser causas de inhabilitación para el cargo en una democracia normal y en una televisión pública, se convierten en medallas y méritos para la deriva venezolana del gobierno sanchista. Es imposible esperar de RTVE otra cosa que la que cabe deducir del nombramiento de todos estos recitadores del sanchismo. Por lo menos el sanchismo nos ha dejado claro de una vez por todas que una televisión pública es sólo cuestión de tiempo que se convierta en una mera televisión del gobierno. Una televisión que depende de los Presupuestos Generales del Estado no puede ser independiente del que redacta los Presupuestos Generales del Estado. Y el político que puede elegir a quien dirige los medios, acaba nombrando sólo a directores amigos. Los medios públicos son los “de todos” sólo a la hora de pagar la factura entre todos. Una factura no precisamente pequeña `porque no se trata de informar, de servir al pueblo o de gestionar bien, sino de tener bien amarrado por la nómina al equipo adoctrinador.