Primero tendríamos que ponernos de acuerdo en que traer el AVE a Navarra es lo mejor que nos puede pasar. No se si todos los que aplauden la llegada del progreso ferroviario a Navarra se han percatado de que sus billetes costarán algo más que ese maldito peaje de la A-15. Pero en fin, podemos conceder que, efectivamente, el tren-bala será un logro para nuestro reino. Y que facilitará sin duda (todavía más) la transmisión de ideas y asesores desde Ferraz-Moncloa hasta la sede del PSN.
Ahora bien, ¿era realmente necesario escenificar hasta tal punto ese abrazo UPN-PSOE? ¿No les parecerá a muchos navarros -incluido el sarcástico Oroz– un tanto frustrante ver que sólo para conseguir el trenecito ha tenido que recular y desdecirse hasta tal punto su presidente? En los últimos meses, no se sabe si para conjurar la OPA de los 26 contra los 24, o si para traer el ansiado ferrocarril del XXI, hemos visto al centro-derecha retroceder, dar alas a un Partido Socialista moribundo, hacer piruetas en educación, tragar con la EpC… Y que conste que lo peor de todo es tanto perfil bajo y tanto amuermamiento. Menuda sosada que nos espera. Menos mal que todavía nos quedan Urtasun y Ripa.
Jerónimo Erro