A la mujer de la Rochapea la ha matado el buenismo izquierdista

A la mujer de la Rochapea la ha matado el buenismo izquierdista. Es decir, otra mujer que paga con su vida el buenismo izquierdista. En realidad otra persona más. El buenismo izquierdista cuesta vidas constantemente en España. La noticia es que el okupa asesino de origen marroquí que ha asesinado a una mujer en Pamplona es, como era de temer, un viejo conocido de la policía. En mayo fue condenado por un delito de atentado, por amenazar, insultar, lanzar una lata de cerveza y escupir a dos agentes en la Oficina de Extranjería de Pamplona. Además, se encontraba a la espera de juicio, en libertad, acusado de una agresión sexual en Mercaderes. No sólo eso. Según Diario de Navarra en los últimos años el asesino acumula hasta una decena de antecedentes en los juzgados y en las distintas bases policiales. Estos antecedentes incluyen pertenencia a bandas juveniles, una detención por hurto en Galar, actuaciones relacionadas con denuncias por tenencia de drogas y otras acusaciones por delitos de lesiones. A Kayle Villar Pons la mató Yahya Mazouri como autor material, pero le permitió hacerlo el buenismo izquierdista y judicial, así como el negacionismo en materia de inmigración.

El crimen de la Rochapea evidencia cómo el asesino es el típico delincuente importado cuya existencia niega la izquierda, que lleva años dando avisos y viviendo en un in crescendo y en un clima de impunidad en virtud del cual no sólo es que lo ocurrido se podía prever, sino que casi resultaba inevitable. ¿Cuántos sujetos como Yahya Mazouri pululan por nuestras calles? ¿Cuántas muertes, heridas, agresiones sexuales o robos podrían evitarse actuando implacablemente contra este tipo de sujetos? No hacer nada respecto a estos sujetos es algo más que pasividad, es complicidad. Existe una clara responsabilidad política por negarse a reconocer la realidad y por negarse a actuar contra esta realidad. Se está desmoronando la seguridad, se está disparando la criminalidad y está sucediendo por culpa del buenismo político y judicial.

Denunciar esta situación no tiene nada que ver con el racismo y la xenofobia. Es no actuar contra esta situación lo que precisamente puede alimentar un posible brote de racismo y xenofobia. Aquí no se trata de actuar contra los inmigrantes en general, sino contra inmigrantes en particular que ya han demostrado su voluntad de venir a delinquir. Estos sujetos no merecen otra cosa que la cárcel y la deportación. No se puede esperar que maten a alguien para actuar. No son refugiados, son delincuentes. ¿Por qué no se actúa contra ellos? Que a los políticos izquierdistas y a los jueces buenistas no les importan en absoluto las víctimas de estos delincuentes importados parece la explicación más lógica. Si se pusiera el mismo empeño en encarcelar y expulsar del país a este tipo de sujetos que el que se pone en excarcelar etarras, Kayle Villar Pons estaría viva.

Como a Kayle la ha asesinado de 20 puñaladas un okupa inmigrante, nadie se habrá enterado de ello si sólo sigue las cuentas de Chivite, Asirón o el Ayuntamiento de Pamplona. Silencio informativo, no es violencia machista sino violencia importada. Contra esto no proceden concentraciones, declaraciones altisonantes ni denuncias públicas. Defendemos a la mujer de 9 a 13, sólo los martes y los miércoles, sólo dependiendo del perfil de asesino. Ayer se concentraban nuestros políticos ante la puerta del parlamento foral pero no por el asesinato de Kayle, sino por dos asesinatos machistas cometidos los días 4 y 5 de octubre en Almería y Pontevedra. El Parlamento de Navarra también ha guardado un minuto de silencio esta mañana, pero por el fallecido en un accidente laboral en Funes. Los muertos como víctimas de la violencia importada no existen en las instituciones, no se habla de ellos, están invisibilizados.

No es que ayer Chivite no publicara nada en sus redes sociales por haber estado alejado de ellas, las usó para hablar del programa de Jesús Calleja y de lo bonito que es el paisaje de la Sierra de Urbasa. Asirón también uso sus redes sociales para hacerse eco de una entrevista en la ETB en la que hablaba de los riesgos de la gente que viene de fuera a crearnos problemas. Pero no se refería a sujetos como el asesino de Kayle, sino a los turistas. Han asesinado de 20 puñaladas a una mujer en Pamplona y la presidenta de Navarra y el alcalde de Pamplona miran para otro lado. En la cuenta en X del Ayuntamiento de Pamplona no aparece ninguna mención al respecto. ¿Dónde están y cuándo son las concentraciones feminstas contra este asesinato? No van a resolver el problema y mirando para otro lado de hecho van a agravarlo. Las campañas de concienciación, los aspavientos y las declaraciones altisonantes no hacen falta para los problemas que ya todo el mundo reconoce y de los que todo el mundo está concienciado. ¿Cuál es la violencia que se está negando? ¿Cuáles son las víctimas y los agresores que se están ocultando? Pues de eso es de lo que tenemos que estar hablando.

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Un comentario

  1. Vergüenza y rabia da contemplar esas fotos de pantomimas parlamentarias. Pronto apuntalarán su protesta enfatizando que están en contra de «todas las violencias».

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