“Que te vote Txapote” se convirtió en el eslogan más popular de las elecciones generales de julio del año pasado. Fue un lema controvertido para algunos tanto antes como después de las elecciones, tanto desde el punto de vista estético como desde el punto de vista pragmático, a la vista de los resultados. ¿Por qué en todo caso se hizo tan popular ese lema? Ya entonces resultaba evidente que Pedro Sánchez, para poder mantener la presidencia, se había puesto en manos de Bildu. Que te vote Txapote era por tanto un acertado diagnóstico. Lo malo es que si ese diagnóstico ya era acertado antes de las generales de 2023, mucho más certero y penoso es ahora. Sánchez consiguió volver a ser presidente, pero su dependencia de Bildu ahora es permanente y absoluta, y para saber quién manda podríamos remitirnos a la famosa pregunta del propio Sánchez preguntando: ¿de quién depende? Pues el gobierno está claro que depende todo el rato y para todo de Bildu.
Decir que el gobierno depende de Bildu es tanto como decir que el gobienro depende de Txapote. O sea, no parece muy probable que entre Otegui y Txapote haya grandes diferencias. Cuando entre la izquierda abertzale y un preso de ETA hay alguna diferencia lo que en realidad sucede es que pasa a aser cancelado por la izquierda abertzale. No es el caso de Txapote. Txapote, por otro lado, no está de más recordar que es el asesino de Miguel Angel Blanco, el concejal del PP secuestrado por ETA en 1997, mantenido como rehén durante 48 horas y ejecutado con dos disparos en la cabeza. La gente que toma civiles desarmados como rehenes, los maniata y los ejecuta de un tiro en la cabeza no son soldados, son terroristas. Incluso en una guerra esto sería considerado un crimen de guerra. Este es por otro lado el estándar de cómo tratar a u preso vasco según la izquierda abertzale, no en la teoría, sino en la práctica. Txapote es por tanto un buen exponente de todo lo que significa la ETA y de todo lo que significa esa parte de la sociedad que apoya a la ETA. Si mañana sueltan a Txapote, lo recibirán en su pueblo como un héroe, como una estrella de la música o del deporte. ETA es una planta cuyo crecimiento resulta inexplicable sin su pedacito de tierra con su suplemento de estiércol, todo eso que no es la ETA pero donde hunde sus raíces para nutrirse la ETA.
Hablar de que mañana Txapote puede ser puesto en libertad y recibido como un héroe en su pueblo es más que una hipótesis aventurada. De hecho, la noticia es que el PSOE ha colado en el Congreso, sin duda a instancias de Bildu, una reforma que podría suponer la puesta en libertad inmediata de Txapote y otros presos de eTA. El que te vote Txapote, como decíamos, se revela así como algo más que un eslogan malicioso, sino como un certero diagnóstico. Ahora literalmente hay que pagar a Txapote por su voto.
La noticia de la reforma que puede significar la inmediata puesta en libertad de la flor y nata de los asesinos de ETA viene sólo días después del anuncio de que se va a proponer una Ley de Seguridad que quita autoridad a la policía y la desprotege en los grandes tumultos al dejarla sin las pelotas de goma. Se trata de la Ley de Seguridad que hubieran redactado los autores de esos grandes tumultos. Es más, es que justo ha pasado eso. Es la hora de pagar las facturas a Bildu. Txapote hizo su parte entregando su voto, ahora toca pagar ese voto. Y quien diga algo contra Txapote es un enemigo de la paz. Y tú, Sánchez, ¿de quién dependes? No hace falta que nos responda. Viendo las órdenes ya sabemos de dónde vienen.
