Los más fervientes impulsores de las leyes antibulos, digámoslo claramente, suelen ser bastante amantes de los bulos. O sea, que no piensan luchar contra los bulos. Lo que pretenden es llamar bulo a todo lo que les lleva la contraria y después empezar a perseguirlo. Cuando se deja que sea el gobierno el que dice lo que es verdad y lo que no, todo lo que dice la oposición pasa a ser mentira y todo lo que dice el gobierno pasa a ser indiscutible. A que todo lo que dice el gobierno sea indiscutible se le llama tiranía. Pero todavía no estamos en ese punto. El momento en el que estamos es en el de advertir que vamos hacia ese punto y en el de seguir denunciando las mentiras y los bulos del gobierno.
El concierto catalán es la herramienta con la que los separatistas catalanes han pactado con el PSOE aportar menos dinero a las arcas generales. Obviamente los separatistas no van a pactar un modelo de financiación nuevo para seguir aportando lo mismo, no digamos para aportar más que ahora. O sea, que van a aportar menos. Que una comunidad rica pase a aportar menos a las más desfavorecidas a cambio de 14 votos para mantener a Sánchez no es una medida muy progresista, así que el sanchismo tiene que cambiar el relato, meternos un bulo, vendernos la moto. La moto es que el problema no es sacar a Cataluña del reparto actual, sino los bajos impuestos de Madrid. Todas las comunidades, nos repiten ahora, tienen que pagar impuestos más altos para pagar las bajadas de impuestos a los ricos de Madrid. No hay un problema con el concierto catalán, miren hacia Madrid.
El problema es que los datos evidencian que Madrid es una aportadora neta a la caja común. Es más, es que la caja común es casi Madrid. Madrid aporta a la caja común mucho más de lo que recibe, o puesto por pasiva Madrid recibe de la caja común mucho menos de lo que aporta. Es decir, que nadie le paga nada a Madrid. Nadie le tiene que pagar a Madrid sus servicios porque con las bajadas de impuestos a los ricos no tiene dinero para pagarlos. Es Madrid la que tiene que tiene financiar a las comunidades más desfavorecidas aunque tengan impuestos más altos. De hecho, Madrid recauda más pese a bajar los impuestos. O por bajar más los impuestos. La Curva de Laffer existe. Si no le quitas tanto dinero a la gente, la economía es más dinámica y se incentiva el consumo; si la economía es más dinámica y hay más consumo, hay más empleo y crecimiento, y si hay más empleo y crecimiento se recauda más. No tiene sentido preferir un gobierno que se quede con la mitad de una tarta de un kilo en vez de uno que se quede con un tercio de una tarta de kilo y medio. En ambos casos el gobierno tiene medio kilo de tarta, pero en el segundo a la gente le queda un kilo de tarta en vez de sólo medio. La clave de un buen gobierno es que permita que la tarta crezca. Sólo para arrancar un trozo sirve cualquiera.
Por lo demás resulta que Madrid no es sólo la comunidad con los impuestos más bajos para los ricos. El recién publicado Índice Autonómico de Competitividad Fiscal del año 2024 pone de manifiesto que Madrid también es la comunidad con los impuestos más reducidos para las rentas bajas. Pareciera que en las comunidades más “progresistas” los ricos tienen los impuestos más altos y los pobres los impuestos más bajos, pero esto es otro bulo más de la izquierda. Lo que se aprecia por el contrario en la tabla es que los impuestos más bajos para las rentas bajas los tiene Madrid, mientras que las comunidades con gobiernos de izquierdas se caracterizan por tener los impuestos más altos para las clases bajas. LA CAV es la comunidad con impuestos más altos para los pobres y más bajos para los ricos. Bombardean a la gente de rentas bajas con bulos y con impuestos, y quieren reprimir la verdad.
