Hermanarse con la CAV está muy bien. Lo que pasa es que los navarros estamos hermanados con la CAV igual que estamos hermanados con los aragoneses, los riojanos, los madrileños o los catalanes, de manera prepolítica. O sea, estamos hermanados tenga eso o no un reflejo institucional. Seguramente, eso sí, es lógico que ese hermanamiento real tenga un reflejo institucional. De hecho podría decirse que España es la forma institucinal de reflejar ese hermanamiento.
Primer encuentro institucional con el Lehendakari, @Imanol_Pradales
— María Chivite / ❤️ (@mavichina) September 4, 2024
Navarra y País Vasco mantienen una relación histórica. Conversamos acerca de los retos presentes y futuros, con la vista puesta en la ciudadanía.
Mila esker Lehendakariari lehenengo bileragatik. pic.twitter.com/lhksp6BDwa
El problema con los hermanamientos es cuando empiezan a ser selectivos. Cuando niegas a un hermano. O cuando pretendes ser más hermano de uno que de otro. Cuando te sobra algún hermano o pretendes borrarlo. Decíamos que cuando existe una hermandad real parece lógico que eso tenga un reflejo institucional, pero a menudo lo que vivimos es una realidad espejo. Es decir, lo que se pretende es crear primero una realidad institucional y que la realidad material aparezca después, como un espejo que creara la imagen. A eso solemos llamarlo ingeniería social.
Donde gobierna el nacionalismo suelen dedicarse salvajes cantidades de dinero a la ingeniería social. También podría enunciarse la cosa al revés: donde se dedican salvajes cantidades de dinero a la ingeniería social gobierna el nacionalismo. Al nacionalismo le basta ir entrando poco a poco al principio como una minoría en el gobierno, porque si su apoyo se traduce en fondos para financiar sus proyectos de ingeniería social, es después cuestión de tiempo que sea el nacionalismo quien monopolice el gobierno.

Por eso resulta tan chocante el interés del Gobierno de Navarra por hermanarse con todos, pero sobre todo con nuestros queridos vecinos de la CAV, que para los socios de Chivite serían los únicos vecinos con los que nos querrían ver hermanados. Pero este hermanamiento tan querido, sin embargo, excluye específica y llamativamente el hermanamiento fiscal con la CAV.

De hecho, tenemos un gobierno de progreso que ha convertido la fiscalidad navarra en el patito feo de toda la fiscalidad española. Somos el puesto con los precios más altos del mercadillo. Para que alguien nos compre melones, tendrán que acabarse los melones de todos los demás puestos. Y después que estamos como estancados, que no crecemos, que no percibimos que tengamos más prosperidad que hace unos años, que no creamos empleo como antes… y que encima tampoco apreciamos una mejora en la calidad de los servicios públicos que pagamos con todos estos impuestos.
Hemos inventado algo así como el antifuero. Un fuero que nos permite pagar impuestos más altos que el resto en vez de más bajos, ser fiscalmente menos atractivos que el resto. Ser incluso fiscalmente repulsivos. Normal que los antiforalistas se burlen de nuestro estado.
Un comentario
el socialismo arrasa con todo, dicen que nos suben los impuestos para darnos mejores servicios, sus servicios publicos se los pueden meter en la parte baja de la espalda, Txibite deja el dinero en mi bolsillo que yo soy el que mejor conoce mis necesidades, ¿pero acaso esto es tan dificil de entender? los socialistas son unos lelos