Todas las alarmas del sistema han saltado en Alemania. Alternativa por Alemania ha ganado las elecciones en Turingia y ha quedado segunda en Sajonia. Es la primera vez que Alternativa por Alemania es el partido más votado en un estado federado. No sólo es que AfD sea el partido más votado, es que en Turingia la derecha, con la suma de AfD (33,1%) y la CDU (23,6%), alcanzan casi el 57% de los votos. En Sajonia, la CDU obtuvo el 31,9 % de los votos y AfD el 30,6 %. Alternativa por Alemania estuvo por tanto también a punto de ser el partido más votado en ese estado y la derecha, conjuntamente, supera el 62% de los votos. Esta pujanza de la derecha, paradójicamente, se está produciendo en la antiguamente comunista (a la fuerza) Alemania del Este. Por contraste, los socialistas alemanes se van convirtiendo en un partido residual incapaz de superar el 7% del voto.
🇩🇪 TURINGIA | Elecciones estatales (98 % escrutado)
— El Electoral (@ElElectoral) September 1, 2024
Alternativa para Alemania se impone como 1ª fuerza con un 33 % del voto y casi 10 puntos de ventaja sobre los democristianos.
Die Linke se hunde y es superado por BSW. El SPD mantiene representación y Verdes y FDP la pierden. pic.twitter.com/jTFegKnOPs
La ironía del asunto es que, pesa a esta victoria arrolladora de la derecha, la izquierda puede ser inamovilble del poder en virtud del “cordón sanitario”. El “cordón sanitario” no es en Alemania ni en ningún otro lugar un freno a ninguna amenaza totalitaria. Todo lo contrario, la amenaza totalitaria es precisamente este cordón sanitario. Si se excluye el 30% de los votos, la derecha para poder gobernar tendría sacar el 70% del otro 70% de los votos. Como esto es prácticamente imposible, la izquierda pregona el cordón sanitario no por amor a la libertad, sino porque es el instrumento que le interesa para estar siempre en el poder.
🔴 DW Noticias del 1 de septiembre: Triunfo de AfD sacude a la política alemana [Noticiero completo]
— DW Español (@dw_espanol) September 1, 2024
Por primera vez en la historia de la República Federal de #Alemania una fuerza de ultraderecha gana unos comicios regionales.
Alternativa por Alemania se impuso en #Turingia y… pic.twitter.com/NWWM2nBz88
Al igual que en España, el cordón sanitario funciona siempre de forma unidireccional. Los partido de derechas no pueden pactar entre ellos, pero los partidos de izquierdas no tienen límites en cambio para pactar entre ellos. Nadie es lo bastante ultraizquierdista, bien lo sabemos en España, como para ser excluido de los pactos entre izquierdistas. Por consiguiente, el cordón sanitario es un invento de la izquierda que funciona de forma totalmente injusta y asimétrica. En Francia, por ejemplo, no hay problema para que la izquierda pacte con un castrista como Melenchón. Lo increíble es que parte de la derecha haya hecho suyo este límite impuesto por la izquierda, que es un límite que la izquierda por supuesto no se aplica a sí misma por el extremo izquierdo, que le impide a la derecha llegar al poder, e incluso que con una amplia mayoría social derechista le impediría a la derecha gobernar en solitario, dependiendo siempre del apoyo de una minoría izquierdista para poder gobernar. Un apoyo condicionado por supuesto a que las políticas fueran de naturaleza izquierdista tanto cuando la izquierda gana como cuando no.
🇩🇪🗳 En Turingia el éxito de AfD ha sido rotundo, tanto como la caída de Linke, que deja de destacar en el este de Alemania.
— Javier Robles (@javipolitik) September 1, 2024
La extrema derecha ha sido la 1ª opción para grupo 18-24 años.
Difícil gobernabilidad en Turingia y en Sajonia (la CDU ha confirmado el cordón sanitario). pic.twitter.com/9PXs32zYpS
Por lo menos que no llamen defender la democracia a mantener el programa de la izquierda tanto si ganan como si no. Esto a su vez está dando alas a la derecha más desacomplejada, ya que por una parte la gente ve que votar a ciertos partidos de la derecha es la única forma de conseguir un cambio real, y por otro lado la liberalidad para llamar extrema derecha a todo lo que no es extrema izquierda está haciendo que este estigma carezca ya de cualquier atisbo de eficacia y credibilidad.