A Chivite se le empieza a acabar el chollo del gasto sin freno

María Chivite quizá va a necesitar traerse a unas cuantas decenas de miles de mauritanos para poder revalidar su trono de cara a las próximas elecciones, la razón es que ha creado un gobierno monstruoso. Monstruoso en su sentido literal, “excesivamente grande”, como lo define la RAE. El gasto público en Navarra, para evidenciar esta monstruosidad, ha crecido un 70% en los últimos 10 años. He aquí por tanto el resultado de los gobiernos del “cambio” y el paquidermo que ahora debemos alimentar..

En realidad resulta curioso que un aumento tan bestial del gasto del gobierno sea entre algunos motivo de elogio y aplauso, lo miremos como queramos. Es decir, si pensamos que el gasto del gobierno debe ir acompañado de un crecimiento real de la economía que pueda sustentarlo, entonces nos encontramos con que ni de lejos la economía navarra ha crecido un 70% en los últimos 10 años. De hecho, el PIB navarra ha pasado de unos 18.000 millones de euros a 22.000. O sea, el gasto del gobierno ha crecido un 70% mientras que la economía real sólo ha crecido un 20%. No hay forma de concluir que esto resulta sostenible y que la política de los gobiernos del cambio ha consistido en otra cosa que cambiar eficacia en la gestión por gasto desenfrenado.

Podemos pensar, no obstante, que el gasto del gobierno no tiene nada que ver con el crecimiento real de la economía, que la sostenibilidad es una milonga y que gastar dinero público sin medida es la mejor política posible. Pero en tal caso lo criticable sería que el aumento del gasto del gobierno sólo haya sido del 70%,. Si el gasto del gobierno debe ser proporcional al crecimiento real de la economía, no debiera haber subido del 20%, pero si se piensa que no debe haber correspondencia alguna entre la economía real y el gasto del gobierno y el gasto del gobierno es maravilloso, ¿por qué no haberlo aumentado entonces un 700%?

La mala noticia para Chivite es que el gasto desenfrenado se acaba. Se acaba porque cuando el dinero que gastas no es tuyo, sino que tu financiación depende del respaldo de un tercero, este es quien al final decide hasta dónde gastas y cuánto. La libertad de uno llega hasta gastar tanto como ingresa. Cuando para gastar más tiene que recurrir a la financiación de otro, la libertad se ha acabado. Y esto es lo que le va a pasar a Chivite y en general al sanchismo. Europa ha decidido, al menos en teoría, cerrar un poco el grifo, volver a la estabilidad presupuestaria y cortar el chorro de los fondos Next Generation. ¿Por qué? Al menos por un par de motivos. Primero porque el que presta dinero, al final, suele tener la vaga esperanza de recuperar el dinero prestado, y cuando las cuentas del deudor están lo bastante desbarajustadas el acreedor empieza a ponerse nervioso. Segundo porque el gasto público por encima del crecimiento real, como el de Chivite, genera inflación. A la gente que aplaude el gasto público le molesta luego la inflación y ver que el sueldo se le encoge para llenar el carro de la compra, no dándose cuenta de que no es que las cosas cuesten más, sino que su dinero vale menos. Y vale menos porque el BCE tiene que imprimir euros para comprar deuda pública a los estados cigarra como el español.

El propio Noticias, órgano oficioso de comunicación del gobierno, anticipa que el conjunto del presupuesto crecerá en 2025 apenas un 1%, por debajo de la inflación prevista del 3,1% y lejos de los crecimientos de los últimos ejercicios. También señala que el capítulo 1, el de los gastos de personal, es prácticamente de hecho el único que crecerá el año que viene, hasta cerca de los 2.000 millones que, una vez excluidas la aportación al Estado y la financiación de las entidades locales, representará el 40% del gasto público. De esto es de lo que hablamos cuando hablamos de un monstruo.

Chivite y sus socios han creado en los últimos 10 años un modelo de administración foral que sólo es sostenible en tiempos de vacas gordas y con Europa financiando el gasto auténticamente a chorro desde el exterior. ¿Qué está pasando ya? Que los gastos de personal se comen casi todo el presupuesto. ¿Qué va a pasar cuando lleguen las vacas flacas y haya un cambio de ciclo económico cosa que más tarde o más temprano ocurrirá con toda seguridad? Que como se ha creado una estructura de gasto muy difícil de recortar, precisamente en buena parte por la relevancia de los gastos de personal, cuando se produzca una caída de los ingresos Navarra va a tener un gravísimo problema para sostener el gasto de la administración foral. El problema es que Chivite y sus socios no piensan los presupuestos en términos de sostenibles o insostenibles, sino sólo en términos de populares o impopulares. A lo mejor este es el problema social de fondo: la cantidad de personas cuya forma de pensar, instalada en la cultura del gasto, hace que correr hacia el abismo sea lo más popular.