Un asesinato particularmente salvaje lleva varios días dando vueltas por las redes sociales y algunos medios. Se trata del caso de un hombre muerto a palos en una localidad de Alicante por tres marroquíes de los que días antes había defendido a una menor.
El asesinato parte de un momento en que el asesinado defiende a una chica menor del ataque que están realizando los marroquíes. Los marroquíes, en venganza, con premeditación, al cabo de unos días, lo buscan, lo esperan y lo matan a palos. Naturalmente los marroquíes, desde luego el principal acusado, son personas que todo el mundo en la localidad conoce, que ya han agredido antes a más personas, que ya han molestado a más mujeres, que ya han sido anteriormente detenidas, pese a lo cual siguen viviendo en España, siguen sin ser expulsadas, siguen delinquiendo con impunidad, siguen aterrorizando a los vecinos, y no pasa nada hasta que llega un punto en que asesinan a una persona de forma salvaje y despiadada. El principal acusado, además, es okupa.
La solución a este evidente problema, ¿es perseguir a la delincuencia importada? En absoluto, para el discurso dominante la solución al problema es silenciar el problema. En este sentido resulta de lo más indignante que la mayoría de los medios, obedeciendo las consignas del poder, o censuren el dato de que los delincuentes son inmigrantes, o ya es que ni ofrezcan la noticia de un asesinato tan brutal cuando el asesino es un inmigrante.
La izquierda española dice proteger a la mujer en la misma medida en que la pone en manos de depredadores que pueden campar con impunidad por nuestras calles. La izquierda alimenta las condiciones que alimentan la xenofobia y el crecimiento de la extrema derecha en la misma medida en que dice luchar contra la xenofobia y la extrema derecha. Y la izquierda censura, niega o maquilla la realidad en vez de afrontar y solucionar el problema. Obviamente tenemos un problema que no va a solucionar la izquierda cuando lo que hace la izquierda es negar el problema. En realidad es imposible que este problema no deje de crecer mientras persistan sus causas y gobierne la izquierda.
No se trata aquí tampoco de extender un manto de culpabilidad general sobre el conjunto de los inmigrantes. Lo que estamos discutiendo, por el contrario, es un mínimo tan elemental como el de echar del país al inmigrante particular y concreto que objetivamente está creando problemas y que ya tiene antecedentes y un historial delictivo.
Por lo demás sería una gran idea que las autoridades, puesto que ellas disponen de todos los datos, elaboraran un listado con todos los asesinatos, o todas las agresiones sexuales, o todas las agresiones homófobas, que se podrían haber evitado al año en España si sus autores hubieran sido expulsados al cometer el primer delito. Queremos saber cuántas vidas se hubieran salvado o cuántas agresiones sexuales se hubieran evitado. Es preciso poner en evidencia además que si todas esas muertes o todas esas agresiones sexuales podrían haberse evitado es que todas esas muertes y todas esas agresiones sexuales tienen responsabilidades políticas.
