Puede trascender a los medios o no, puede hacerlo en forma de titular o no, pero casi todos los días la actualidad navarra incluye un rosario de sucesos cada vez más largo y más preocupante, miremos la realidad o no. En las últimas horas se han hecho públicas detenciones por sendas agresiones sexuales en los días anteriores, una en Pamplona y otra en Tudela. Estas cosas serían noticia de primera página si fueran más infrecuentes, si no interesara taparlas o si la actualidad nacional no fuera un torbellino constante de asuntos que traga todo lo demás.
El caso es que la inseguridad es un problema en Navarra. No es que en Navarra sea un problema mayor que en el conjunto de España, o incluso en el conjunto de Europa Occidental, pero esto no es un consuelo. Al contrario, que el problema sea general no hace sino acrecentar la gravedad de la situación. Los lugares que ya están peor son el espejo en el que nos podemos mirar. Eso lugares son simplemente pacientes con un grado más avanzado de nuestra misma enfermedad.
Frente a este problema, parece que la solución es no querer saber y no querer mirar. Y que la gente no sepa. Sólo así se entiende que el Parlamento de Navarra rechace una propuesta de VOX para que el gobierno elabore un estudio sobre la situación de la seguridad en Navarra. De hecho, desde el punto de vista de los partidos en el gobierno, ¿no podía ser esta una gran oportunidad para desmontar el discurso de VOX? Si los datos refutan el discurso de VOX, ¿cómo es que hay que ocultar esos datos? ¿Cómo es que no hay que estudiarlos? ¿Acaso quieren favorece a VOX tapando los datos? ¿O hay que tapar los datos precisamente porque confirman el discurso de VOX?
