España es el país 140 que reconoce el estado palestino. Conviene recordar este dato porque, escuchando a los socialistas, parece que han adoptado una medida inédita, que han roto alguna baraja, que están intentado algo inusitado para cambiar las cosas en el Oriente Medio. Sus seguidores creen que poco menos va a haber un antes y un después del reconocimiento del estado palestino por parte de España. Sánchez ha tomado una decisión que nos enfrenta a medio mundo pero no va a parar la guerra. Lo que faltaba para conseguir la paz no es que el reconocimiento del estado palestino pasara de 139 países a 140. Ya está reconocido el estado palestino, ahora sólo falta el estado palestino.
La realidad es que a Sánchez y al PSOE les importa un pimiento con una cerveza sin alcohol el estado palestino. El reconocimiento del estado palestino tiene mucho más que ver con las elecciones europeas que con ayudar a los palestinos. Es la misma jugada que con Milei. Sánchez siempre juega a lo mismo. De lo que se trata es de polarizar y crear un debate que divida en dos a la sociedad española, y que en esa división el PSOE quede en el lado mayoritario. Los socialistas abren continuos debates en los que sólo les preocupa estar en el trozo más grande en el que se divide la sociedad. Lo que pretenden es convertir las elecciones europeas en una especie de plebiscito sobre Milei, como si Milei se presentara a las elecciones en España o siquiera en Europa. O convertir las europeas en un plebiscito sobre Palestina. El debate político debe girar sólo sobre asuntos en los que el PSOE piense que está situado en el lado mayoritario de la sociedad, aunque esos debates y polémicas se los tenga que inventar.
Por otro lado, tener al PSOE de tu lado es como tener al tarot de Esperanza Gracia a tu favor. Puede que menos. Que se lo digan si no a los saharauis. ¿Por qué no reconoce Sánchez unilateralmente el estado saharaui? Eso sí que sería un gesto osado. ¿Pueden esperar los palestinos del PSOE más de lo que pueden esperar del PSOE los saharauis? La verdad es que toda la izquierda española, pasando por Podemos o Bildu, han sacrificado/traicionado sin ningún titubeo a los saharauis en el altar del sanchismo.
Irónicamente, Israel también ha reconocido la soberanía marroquí sobre el Sahara y Marruecos ha recnocido al estado de Israel, siendo uno de los pocos estados árabes en reconocer a los israelíes. De este modo, Marruecos tiene atrapada a España por la vía de la inmigración mientras por otra parte se convierte en aliado preferente de EEUU e Israel. Es decir, Marruecos se ha convertido para EEUU en un aliado más importante que España en la zona. La consecuencia de todo ello es el acceso de Marruecos a armamento de EEUU e Israel, la sumisión política de España a Marrruecos, y la garantía de Marruecos de que, en cualquier tipo de conflicto entre España y el reino alauita, ya sea este conflicto militar, político, económico o migratorio, España no puede contar con EEUU, la OTAN ni la UE, porque para todos ellos Marruecos es ahora mismo un vector estratégico más importante que la España sanchista.
Decíamos que Marruecos se ha apuntado un tanto importante con su política de acercamiento a EEUU y dentro de esa política con su reconocimiento de Israel y el estrechamiento de lazos con este país. No en vano, el problema con la paz árabe-israelí no es fundamentalmente el reconocimiento de Palestina por parte de Occidente, sino el reconocimiento de Israel por parte del mundo árabe. ¿Cómo va a haber paz mientras el mundo árabe no reconozca a Israel? ¿Cómo va a haber paz mientras quien gobierne Gaza sea Hamás? De poco sirve que casi todo el mundo reconozca a Israel mientras no lo hagan los países árabes de su entorno.
Reconocer a Palestina no tiene mayor trascendencia porque en el fondo todo el mundo está de acuerdo en reconocer al estado palestino. Hasta los israelíes se han mostrado dispuestos en muchas ocasiones a reconocer el estado palestino. El problema es el cómo y el cuándo, que el reconocimiento del estado palestino venga reconocido por un reconocimiento correlativo por parte de los árabes del estado de Israel. Si por otro lado el reconocimiento de Palestina por parte de España no tiene trascendencia para la paz, sí la tiene para nuestra posición geopolítica, porque el debate no es Palestina sí o Palestina no, sino hacer el gesto en este preciso momento, tras el conflicto desatado por los atentados de Hamás el 7-O. El reconocimiento de Palestina recabará un apoyo general en el momento en que este sea resultado de un acuerdo de paz que garantice la seguridad tanto para los palestinos como para Israel. Reconocer Palestina cuando Hamás sigue teniendo el control de parte de Gaza, y cuando no hay una guerra entre Palestina e Israel sino entre Gaza e Israel (no hay conflicto con los palestinos de Cisjordania gobernados por Fatah), sólo sirve para renunciar a la principal baza negociadora en una mesa de paz antes de convocar esa mesa de paz.
Finalmente, a lo mejor los medios estamos contando un poco mal lo que sucede con Israel. Pedro Sánchez ha decidido reconocer Palestina igual que reconoció la soberanía de Marruecos sobre el Sahara, sin consultarlo con nadie y sin tener el respaldo del Congreso. De hecho, lo que ha sucedido en el Congreso es que la mayoría ha tirado todas las propuestas del PSOE y Sumar en contra de Israel, porque se ha topado con el voto en contra del PP, VOX y Junts. Como decíamos en un análisis anterior, en el Congreso actual hay una mayoría de 177 diputados que no es ni sanchista ni progresista. El problema es que no se puede articular una alternativa con esa mayoría por la deriva de Junts. Eso sí, se puede bloquear todo lo que quiera hacer el sanchismo, de hecho el sanchismo si no deja gobernar Cataluña a Puigdemont lo va a tener complicado para poder legislar. Sólo faltaría que PP, VOX, Junts y UPN, aunque no pudieran formar un gobierno alternativo, sí pudieran aprobar determinadas leyes en materia de educación, economía, fiscalidad o inmigración.