El caso del sin techo que se le murió de frío a Asirón en la calle sigue levantando ampollas. Imaginemos que esto le hubiera sucedido a un alcalde o alcaldesa de la derecha. Además, el sin techo murió justo después de un publi-reportaje de los medios de la izquierda abertzale asegurando que Asirón, tras hacerse con la alcaldía, había acabado en 24 horas con el problema de los sin techo. No condenamos a ETA pero acabamos con la pobreza, podría haber sido el mensaje. También es mala suerte que casi de inmediato muriera de frío una persona en la calle, pero el karma a veces golpea duro. Para rematar la faena, la solución al problema fue pagar un billete de autobús a los sin techo que pululan por Pamplona para que se largaran a otro sitio. Así quedó claro ante los ojos de todos los navarros cómo solucionaba la alcaldía más progresista del mundo los problemas de los más desfavorecidos. Tras esta sucesión de desastres obviamente se imponía hacer algo para combatir esta imagen, y ese algo viene ahora de la mano de la consejería de Derechos Sociales, que prepara una hoja de ruta para trabajar el “sinhogarismo”, creando un servicio de urgencias sociales.
Se incrementa el sinhogarismo en Navarra
👉Derechos Sociales plantea crear un servicio de urgencias sociales para atender a personas sin techohttps://t.co/Ve2iRsXwTp— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) April 23, 2024
Lo primero que llama la atención es que, puesto pagamos la mitad de lo que deberíamos ganar en impuestos, esto ya debería haber estado resuelto hace tiempo. Constantemente se justifica la existencia de un estado carísimo y monstruoso en virtud de la excusa de que los impuestos pagan la educación, la sanidad y cosas como los servicios de urgencias sociales para los sin hogar. Lo que pasa es que después la gente se muere de frio en la calle, o enferma de ELA, y se descubre que la piscina estaba vacía aunque el agua se había pagado. Ya teníamos una consejería de Derechos Sociales, para que a la vista del nombre creyéramos que no podían pasar estas cosas, pero por lo visto estábamos equivocados. Te quitan el dinero con la excusa de que es para evitar que la gente se muera de frío en la calle pero después resulta que la gente muere de frío en la calle y lo que estás pagando realmente es un curso sobre minorías eróticas y no monógamas. No hay dinero para lo esencial pero que no falte para erotismos raros.
Los cursos del Gobierno de Navarra sobre minorías eróticas y no monogamias
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Llama la atención también esto de llamar a la pobreza “sinhogarismo”, como si fuera una ideología, una tendencia, una moda, incluso un capricho. Ahora con el gobierno de progreso se lleva el degrowth y el sinhogarismo. Pero no es sinhogarismo, es pobreza pura y dura, y es la pobreza que las políticas del gobierno están generando. La propia consejera de Derechos Sociales, para explicar la necesidad de la hoja de ruta que permita ahora la creación de un servicio de urgencias sociales, reconoce que «las personas sin hogar han venido aumentando en Navarra» en los últimos años. Según los datos del INE, aportados por la consejera, el incremento es del 82,7% respecto a 2012; según datos de la Historia Clínica, el incremento es del 22% respecto a 2019, y según las memorias de los albergues, el incremento es del 86% respecto a 2020. A ver si la solución a unos datos tan desastrosos no va a ser una transfusión sino cerrar la herida, ni más gobierno sino otro gobierno con otra política, que vaya a las causas del fenómeno en vez de a los tratamientos paliativos y que no empeore el problema. Tenemos un gobierno que por un lado intenta salvarte, sin conseguirlo, de la pobreza que por otro lado genera. Alguien dijo que el peor enemigo de las políticas de la izquierda no es la derecha, sino sus resultados, menos mal para la izquierda que mucha gente todavía vota discursos y no resultados.
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Un comentario
Comparto que la vara de medir es distinta, según gobierne la izquierda o la derecha. Pero creo que el artículo aborda el problema de forma insuficiente.No paramos de hablar de los derechos, entre otros, el de la vivienda. Abusamos del lenguaje de los derechos y apenas si nos referimos a los deberes que nos incumben. La constitución establece el deber de trabajar ,que atañe a todos los capacitados para ello. Se ofertan muchísimos puestos de trabajo, que resultan muy difícil de cubrir pese a existir una escandalosa cifra de parados. Junto a los auténticamente necesitados, existe un buen número de aprovechados que prefiere vivir de los subsidios públicos. Podemos olvidarnos de esto y no mencionarlo, pero no por ello el hecho deja de existir.
En este contexto, creo que es incuestionable que la oferta de más y mejores prestaciones sociales produce un efecto llamada sobre los eventuales receptores de ellas. Sabemos que Pamplona ha albergado a los sin techo en hoteles, hostales y pensiones, además de en albergues públicos. Solo falta que se nos informe del número y coste de estas pernoctaciones.
Creo que puede abuntarse en reflexiones de este tipo y extraerse alguna conclusión interesante.