El capítulo de escándalos diarios que en cualquier otro país desarrollado que no fuera España harían caer al gobierno, contempló ayer la publicación de un caso de particular gravedad, como es que el Fiscal General del Estado, que ya nos explicó Pedro Sánchez fuera de toda duda de quién depende, decidió frenar el “caso Koldo” antes de las elecciones generales del pasado mes de julio, para no perjudicar al sanchismo.
La Fiscalía tuvo listo el ‘caso Koldo’ antes de las generales del 23-J, pero decidió frenarlo.
Lo cuentan Ketty Garat (@KettyGarat) y Teresa Gómez (@teresagomezgp).https://t.co/0ZpOaykv6Q
— THE OBJECTIVE (@TheObjective_es) March 26, 2024
Naturalmente aquí hay dos opciones, o que vayan a la cárcel los periodistas que han publicado esto, o que vayan a la cárcel el Fiscal General y el mando del que depende, o sea el presidente Pedro Sánchez. En el caso de que sean los periodistas los que vayan a la cárcel, por otro lado, puede ser que o hayan mentido o que el sanchismo ya sea de hecho un régimen tiránico, como por otro lado dibuja la noticia, porque de ser cierta esto ya no es el umbral de la tiranía, es ya el cuarto de estar de la tiranía.
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La noticia no sólo es grave por la colonización de la justicia que implica, sino por la posibilidad de que ese retraso esté también tras el hecho de que los implicados en el “caso Koldo” supieran con mucho tiempo de antelación que estaban siendo investigados. De este modo, retrasar el caso por motivos electorales habría podido servir a los investigados para destruir pruebas o para sembrar de pruebas falsas el sumario.
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Cabe también la sospecha, de ser cierta la noticia, de que no sólo retrasaron el caso Koldo hasta después de las elecciones, sino hasta tener preparado un caso Ayuso para sacar inmediatamente después del caso Koldo.
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Decíamos al empezar que todas estas noticias que en cualquier país desarrollado harían caer a un gobierno aquí se están naturalizando con toda tranquilidad, pero eso no quiere decir que un país desarrollado pueda normalizar este tipo de prácticas, sino que cuando se normalizan este tipo de prácticas un país deja de ser un país desarrollado. Por eso no hay países desarrollados tolerantes con estas prácticas. Igual que si comienzas a ir desterrando este tipo de prácticas te vas convirtiendo en un país desarrollado, si comienzas a practicarlas te vas convirtiendo a todos los efectos y en todos los capítulos, uno detrás de otro, en un país tercermundista, porque para que las cosas funcionen bien todo está relacionado con todo.
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Siendo todo lo anterior no ya grave sino casi aterrador, hablamos nada menos que de la manipulación de un resultado electoral. No ya sólo por una campaña basada en la mentira de que no habría amnistía, sino por usar los resortes del estado para tapar o al menos retrasar por meros motivos electorales un caso de corrupción, con posible riesgo además de haber comprometido la investigación. El sanchismo todavía puede superarse, pero le va a costar. Y si se supera sobre todo nos va a costar la vida y la libertad a los demás.
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