25 marzo: San Dimas
Hoy hay quienes celebramos a nuestro patrono San Dimas, conocido como «el buen ladrón». Festividad un tanto desapercibida porque los cristianos celebramos también la encarnación del Señor, esto es, nueve meses antes del nacimiento en Navidad. Sin embargo la particularidad de Dimas radica entre otras cosas en ser el primer «santo» de la Iglesia, enviado al cielo nada menos que por el mismo Cristo en el tiempo de descuento. Hace poco salió a relucir nuestro «santo súbito last minute» en una conversación sobre el cielo y el infierno. Por un lado, la Iglesia afirma que son muchas las almas que gozan del cielo -todos los canonizados con nombre y apellidos-, pero la Iglesia nunca ha declarado que ninguna persona concreta esté en el infierno, ni siquiera a Judas Iscariote. Miles de santos canonizados «oficialmente» además de los miles de mártires innominados, y que por tanto y en el lenguaje común «están en el cielo». Y es que tras la Resurrección, la Iglesia no ha afirmado lo contrario de ninguna persona concreta. Por algo será.
El primero de todos ellos fue Dimas, el conocido como el buen ladrón. Una denominación popular algo moralizante, dado que quizá lo más acertado era hablar de un bandido y quizás un asesino «justamente» condenado a muerte según las leyes del momento. Dimas pagaba en la cruz por sus malas acciones. Con las manos vacías de buenas obras con las que poder «ganarse el cielo» en la popular expresión cargada de herejía pelagiana por otra parte. Y sin embargo le llegó el milagro y el escándalo. Su única obra buena fue creer, y la confirmación de Jesucristo de que tras su acto de fe iría directo al cielo. Los primeros conversos cristianos debieron verse reflejados bastante en el buen ladrón. Si hay un Dios que ha perdonado y salvado a condenados a muerte, ¿por qué no yo?.
Por naturaleza tendemos a creernos buenos. Los malos son los otros. Los que merecen castigo y escarmiento. Sin embargo todos tenemos la certeza de nuestra debilidad, pobreza y miseria en varios momentos de nuestras vidas. Quizá tengamos a Dimas de patrono sólo cuando nos sabemos débiles y vulnerables, y a san Phantomas cuando nos creemos supermán. Pero en el fondo #todossomosDimas. Todos necesitamos de ese Dios hecho hombre donde prima el amor y la misericordia, y que nos ha salvado por sus méritos y por suerte, no por nuestras obras.