La inteligencia artificial es una de las cuestiones apasionantes de nuestros días. Todo apunta a que el próximo gran salto tecnológico, económico y social de la humanidad, tras internet, va a ser (está siendo) la inteligencia artificial. El límite lo ponen la ciencia ficción y la inteligencia natural. Otros límites de la inteligencia artificial son la estupidez natural y la estupidez artificial. Un buen ejemplo de ello es la que Google acaba de liar.
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No es que para Google y sus caprichosos algoritmos la inteligencia artificial sea una gran novedad, pero para las empresas llegados a esta fase no sólo es importante estar ya de lleno en el desarrollo de la inteligencia artificial, sino visualizarlo ante los clientes y accionistas. Frente al auge de ChatGPT, Google está desarrollando Gémini, su propio monstruito inteligente artificial. El asunto es que estos días Gemini ha dado mucho que hablar y no para bien.
Google Gemini is super racist & sexist! https://t.co/hSrS5mcl3G
— Elon Musk (@elonmusk) February 27, 2024
Resulta que los usuarios se han encontrado con que Gemini hace cosas un poco extrañas cuando, por ejemplo, se le pide que genere imágenes sobre personajes o situaciones históricas. Gemini introduce la perspectiva de raza y de género en la recreación de todas esas imágenes de forma que la Alemania medieval aparezca llena de negros o de familias heteronormativas. Los personajes históricos de raza blanca ven artificialmente mulatizados sus rasgos a menudo rayando la situación el ridículo. Gemini parece incluso incapaz de generar la imagen de un Papa blanco y varón. La inteligencia artificial de Google resulta sospechosamente parecida a la inteligencia natural de Irene Montero y viceversa.
Prompt I used for every example:
"Generate a picture of an <x> woman"Of course, your mileage may vary! These are probabilistic and they're probably trying experiments all the time. pic.twitter.com/jczbNDKEhU
— Deedy (@deedydas) February 20, 2024
Sería fácil incurrir en el error de minusvalorar esta noticia o tomársela a broma, porque por un lado tenemos el hecho de que la inteligencia artificial va a ser un elemento esencial (en parte ya lo es) de cara a la búsqueda y obtención de información, o de exclusión de información, y por otro lado tenemos la evidencia de que la inteligencia artificial ya está siendo ideológicamente programada para convertirse en una potente arma de adoctrinamiento y manipulación. Ahora es todo muy burdo y por tanto muy evidente, al menos en algunos casos como este que nos ocupa, pero cada vez el mecanismo estará más afinado para manipular más sutilmente y mejor. Lo que va a desaparecer en algún momento no es el afán adoctrinador, que ahora se evidencia tan chapuceramente, sino la forma tan chapucera de ejecutarlo. Cuando deje de ser noticia la manipulación tan grosera en los grandes motores de IA, la gran pregunta será si es que ha desaparecido el afán de manipulación o se ha conseguido disimularlo de forma que ya no llame la atención. ¿Y a quién recurriremos entonces para que nos resuelva esa pregunta? ¿A la Inteligencia Artificial?
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