Benedicto XVI, ¿sospechoso de encubrir abusos sexuales de un religioso a 200 menores sordos en EEUU?

El Diario de Noticias, y muchos otros medios, lo tenían ayer muy claro: “Las máximas autoridades del Vaticano, incluido el futuro Papa Benedicto XVI, encubrieron a un sacerdote estadounidense que abusó sexualmente de unos 200 menores sordos, según documentos obtenidos y revelados hoy por «The New York Times».

La acusación contra el Papa vendría sustentada por los siguientes hechos:

  • En 1996 el arzobispo de Milwaukee, Rembert G. Weakland, informó por carta al entonces cardenal Ratzinger -quien dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe- acerca de los abusos de un sacerdote llamado Lawrence C. Murphy, que había trabajado en una escuela para niños sordos de Wisconsin entre 1950 y 1974.
  • Se inicia un procedimiento canónico contra el sacerdote con el objeto de determinar su posible expulsión del sacerdocio.
  • El proceso se detiene después de que el sacerdote escribiese una carta a Ratzinger alegando su arrepentimiento y su precario estado de salud.
  • De esta forma, el cura pederasta nunca habría sido sancionado por la Iglesia ni denunciado por sus horribles delitos.

El New York Times convierte la conclusión en titular: “El Vaticano evitó expulsar del sacerdocio a un cura que abusaba de los niños”. Diario de Noticias acusa directamente a Benedicto VXI de encubrirlo.

La investigación detallada de los sucesos, y la lectura de los propios documentos aportados por el New York Times, exige sin embargo una segunda aproximación a los hechos:

  • Los abusos sexuales sobre los que se tenía noticia databan de antes de 1969.
  • Los hechos comienzan a conocerse años después, en 1974, al ser públicamente declarados y denunciados por algunas de las víctimas siendo ya adultas.
  • No obstante lo anterior, el sacerdote pierde su puesto en la escuela y es retirado a vivir en su casa familiar.
  • En 1996, más de 20 años después, el arzobispo de Milwaukee escribe la carta al todavía entonces cardenal Ratzinger, en su calidad de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Es la primera vez que la institución dirigida por Ratzinger tiene noticia de los abusos del padre Murphy.
  • De manera casi inmediata, se inicia un proceso sancionador contra el sacerdote por los hechos acaecidos hace más de 20 años.
  • El abogado del sacerdote alega la prescripción de los hechos.
  • El sacerdote acusado, el padre Murphy, escribe una carta en enero de 1998 al cardenal Ratzinger, explicando que las acusaciones de que es objeto tuvieron lugar antes de 1974, momento en que fue removido de su cargo pastoral. Añade que desde entonces lleva una vida retirada y que no se han producido más denuncias de abusos. Alega además que los hechos se encuentran prescritos y que su salud se encuentra muy deteriorada.
  • Tras varios intercambios de correspondencia entre diversas instancias de la Iglesia considerando el caso, el cardenal Bertone, entonces Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, decide poner fin al proceso judicial canónico pero para abrir otro de carácter administrativo, para declarar al acusado “irregular” en el ejercicio del sacerdocio.
  • Pocos días después, el padre Murphy muere, el 2 de septiembre de 1998.
  • El Vaticano, lógicamente, considera el proceso contra el padre Murphy cerrado.

A la luz de estos sucesos, podría concluirse que toda la noticia se remonta a unos hechos que no sólo no permanecieron ocultos, sino que saltaron a la luz en los años 70 y estuvieron en manos de la Justicia. Que por tanto, difícilmente se puede acusar a Benedicto XVI como “encubridor” de unos delitos de cuya existencia tenían conocimiento las autoridades civiles desde hacía 26 años, y que la policía y la fiscalía de Milwaukee, tras investigarlos, los habían considerado prescritos y cerrado el caso. Que el caso se reabrió canónicamente muchos años después, tras conocer el pasado del padre Murphy el nuevo arzobispo de Milwaukee y pedir consejo a Roma. Que el acusado, con 72 años, se encontraba ya en un estado de salud muy precario, a las puertas de la muerte. Que no obstante, el pederasta falleció cuando se encontraba en pleno proceso de ser declarado “irregular” en el ejercicio del sacerdocio.

Compartir este artículo

3 respuestas

  1. Está claro que hay que desconfiar de los titulares y leer las noticias enteras. Una tarea que en este caso, como en otro, facilita Navarra Confidencial y que hay que agradecer.
    Lo peor es cuando las noticias no se dan enteras, y no por falta de papel, sino de deseo de conocer la verdad.
    La indignación ante unos hechos indignantes (los casos de pederestia que están saliendo a la luz) están siendo aprovechados por los inquisidores del siglo XXI.

  2. Aunque me pese, tengo que decir que no estoy de acuerdo con lo que concluye el artículo, ni sobre la conclusión de desconfiado. Todo aquel que haya tenido una posición directiva y sobre todo si es en Finanzas, entenderá, que el «yo no sabía» no es escusa en lo absoluto. Cualquier organización, y ahora resulta evidente que por supuesto también la Iglesia, está obligada a tener controles que aseguren su patrimonio, sus marcas, la integridad de sus empleados…Si un cura de una remota isla, hace algo indebido, y sobre todo si el caso está en manos de la justicia, el Ovispo o quien sea que la Iglesia designe, debe tomar el tema, informar al Vaticano y poner los medios para que no se repita. Definitivamente la Iglesia necesita una buena reingeniería en procesos…

  3. Estoy de acuerdo con casi todo lo escrito anteriormente (el artículo y los dos comentarios). No obstante habrá que reconocer que la Iglesia es la única institución o sector de la sociedad, que pese a tener una menor proporción de casos que el resto (y esto no les quita gravedad) coge el toro por los cuernos para atajarlo en seco. Cosa que no han hecho asociaciones de profesores, padres, policías, jueces, abogados, políticos, sindicalistas, artistas, colectivos homosexuales, empresarios del turismo, médicos,… que por desgracia tienen mucha más proporción de casos y no hacen nada.

  • Navarra Confidencial no se responsabiliza ni comparte necesariamente las ideas o manifestaciones depositadas en las opiniones por sus lectores. Cada usuario es único responsable de sus comentarios
  • Los comentarios serán bienvenidos mientras no atenten contra el derecho al honor e intimidad de terceros, puedan resultar injuriosos o calumniadores ,infrinjan cualquier normativa o derecho de terceros , empresa, institución o colectivo, revelen información privada de los mismos, incluyan publicidad comercial o autopromoción y contengan contenidos de mal gusto.
  • Se procurará evitar en lo posible los comentarios no acordes a la temática publicada
  • Navarra Confidencial se reserva el derecho de eliminarlos

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Navarra Confidencial
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@navarraconfidencial.com.

Suscríbete a nuestro boletín