Teniendo en cuenta que el disparate es su estado habitual, qué tendrá que haber dicho esta vez Maduro para ser noticia por alguna declaración. Pues nada menos que Jesucristo no era judío sino palestino, que no nació en Israel sino en Palestina, que fue el primer luchador antiimperialista y que lo crucificó el Imperio Español. No se rían ustedes demasiado que el resto de la leyenda negra contra España no tiene mucho más fundamento y ahí está.
Maduro afirma que Jesucristo fue crucificado «por el Imperio español»: «¡Fue el primer antiimperialista de la historia!». pic.twitter.com/9RUweP6Fj4
— THE OBJECTIVE (@TheObjective_es) October 10, 2023
La pregunta a la vista del conjunto de agresiones a la historia perpetradas por el mandatario bolivariano es qué clase de país puede tener como presidente a alguien que pronuncia sobrio tamañas insensateces. Un país arruinado, por supuesto. Y a la inversa, un país que tiene a un indigente mental como este se encuentra condenado a la ruina y a que le falte gasolina aunque se asiente sobre la mayor bolsa de petróleo del mundo. Por otro lado, ante la pregunta de qué clase de gente sigue creyendo en el socialismo en el siglo XXI, Maduro no es que responda a la pregunta, es que encarna él mismo la respuesta.
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Aquí en España, por otro lado, los personajes en cuyas manos estamos poniendo el país manejan discursos del nivel del de Maduro sin saber por lo menos conducir un autobús. No creamos que poniendo un país como España en manos de gente como esta el resultado no será el mismo que Venezuela. No hay países del primer mundo con líderes tercermundistas ni países tercermundistas con líderes del primer mundo. O el país tercermundista con líderes de primera pasa a formar parte del primer mundo, o el país del primer mundo con lideres bananeros pasa a convertirse en otro país más del pelotón tercermundista. De hecho podemos acabar tan arruinados como los venezolanos a los que asesoraba Podemos en mucho menos tiempo que ellos, ya que nosotros ni siquiera tenemos una fortuna en el subsuelo. Lo único que garantiza el socialismo del siglo XXI es que no hay dictadura socialista sin ruina y que casi nadie escarmienta con los errores ajenos. En las próximas procesiones de Semana ya está tardando Yolanda Díaz en exigir que a los soldados romanos se les vista con el uniforme de la Guardia Civil.
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