El debate sobre el fútbol femenino todavía colea, valga la paradoja, pero no ya respecto al pico de Rubiales a Jenni Hermoso, sino respecto a los salarios de las futbolistas. El gobierno sigue insistiendo en que las futbolistas deben cobrar lo mismo que los futbolistas, pero la noticia en realidad ya no es tanto esto como que la izquierda empieza a tomar represalias contra todo aquel que osa discutirlo.
"La decisión del Ayuntamiento de Getafe y de su Club de Fútbol de retirar el nombre de Alfonso Pérez al estadio por unas declaraciones es una inconcebible penalización social por parte del poder a quien se expresa de forma discrepante" https://t.co/EKJ2wj6nhu
— EL MUNDO (@elmundoes) October 5, 2023
Las declaraciones de Alfonso Pérez son sin embargo inobjetables. Los futbolistas y las futbolistas no ganan lo mismo porque no generan lo mismo, porque no llenan igual los estadios, porque no venden el mismo número de camisetas, porque las audiencias en los medios no son ni remotamente las mismas. No puedes ganar lo mismo si no generas lo mismo. No es más lógica la postura de la izquierda por empezar a perseguir a todo el que no comparta su postura.
x
Lo que explica que las futbolistas no cobren lo mismo que los futbolistas no es el machismo, sino que hasta el pico de Rubiales las feministas no conocían el nombre de ni una futbolista, ni habían jugado nunca a fútbol, ni habían visto nunca un partido de fútbol. Por eso el fútbol femenino no genera el mismo negocio que el fútbol masculino. Por eso los salarios son distintos. Quieren que el fútbol femenino genere como el masculino pero sin practicarlo y sin verlo, por decreto.
El estadio del Getafe ya no se llamará Rishi Sunak. https://t.co/wIn8aEvW52
— Pablo de Lora (@DeloraPablo) October 4, 2023
Obviamente es posible que el fútbol femenino vaya generando progresivamente más interés entre los hombres y las mujeres. Sólo con que el fútbol femenino generara interés entre las mujeres sería suficiente para que los ingresos de las futbolistas empezaran a multiplicarse. En ese momento no hará falta que el gobierno haga nada ni que le quiten honores y medallas a nadie por opinar distinto para que los salarios empiecen a equipararse, será un efecto inevitable de la demanda de fútbol femenino. Lo que no puede pretenderse es que las mujeres, no digamos los hombres, sientan el mismo desinterés que hasta ahora por el fútbol femenino y esperar que los sueldos que las futbolistas tenían hasta ahora sean distintos.
X
La moraleja final es que, hablemos de lo que hablemos, se trate del tema que se trate, lo que cada vez resulta más evidente es la vocación totalitaria de la izquierda, que no pierde ocasión de convertir sus puntos de vista en obligatorios ni en represaliar a todo el que osa salirse del discurso.
X